Discursos dados por Sai Baba – 25. 17/10/69 Afirmen con cada aliento

Discursos dados por Sai Baba

{SB 09} (30 de 35 discursos 1969)

25. 17/10/69 Afirmen con cada aliento

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 07 cap. 26 )

Afirmen con cada aliento

17 de Octubre de 1969

Prashanti Nilayam

EL SHASTRI LES explicó el poder y la influencia del tiempo sobre los asuntos humanos, tomando ejemplos de las epopeyas así como de la historia. Lo que es bueno hoy puede ser malo mañana; lo que es práctico hoy puede ser improcedente mañana. El tiempo tiene una manera de hacer que los hábitos y costumbres pasen de moda y se vuelvan anacrónicos. Lo que da dolor hoy puede dar alegría mañana. Ir a la escuela es una tarea desagradable para el niño; pero más tarde él agradecerá el haber sido obligado a asistir a clases cuando era pequeño. Para Sita, que renunció a Ayodhya al palacio y a todos los sueños de felicidad que tenía y siguió a Rama a la selva cuando fue exiliado, la vista del venado dorado despertó sus deseos latentes y tuvo que sufrir una serie de calamidades a consecuencia de la aparición del «apego» a los objetos mundanos. El tiempo había conspirado por mantener las raíces del deseo vivas en su corazón.

El Ramayaná enseña también otra lección. La búsqueda de Sita es simbólica del secreto de la autorrealización, en el campo de la experiencia. Cuando recuperó a Sita, Rama recobró la sabiduría de la autorrealización, ahora confirmada por la experiencia. El Ramayana enseña que cuando una persona anhela la preciosa meta de la autorrealización, todas las fuerzas de la naturaleza y de la creación la ayudarán y le prestarán toda su asistencia. Los monos, pájaros, ardillas y hasta las rocas fueron sus compañeros en la tarea. Apunten alto, resuelvan emprender la suprema aventura y todo se ajustará para llevarlos hasta la meta.

De hecho, ustedes son impulsados hacia esta aventura por su aliento mismo, que repite 21600 veces al día: «Él es yo» (soham’), enfatizando la identidad del Morador Interno con el Principio inmanente en el universo. Con su lengua pueden declarar: «No hay Dios», pero el aliento repite «so» al entrar y «ham» al salir, haciendo claro que Aquel que es inmanente es el Yo que es el residente.

La regulación y restricción impuestas a la vida diaria por los sabios de la India, las prescripciones que recomendaban para controlar y dirigir los impulsos y actitudes, son todos valiosos ingredientes de la cultura y deben ser atesorados y puestos en práctica. El mundo es el triple compuesto de gunas o atributos: el sátvico, el equilibrio, el rajásico, el apasionado, y el tamásico, el inerte. Las Upanishads dicen que el trueno enseña una triple lección: da, da y dha», o sea: laya, dama y dharma», a las personas enredadas en estos tres atributos. Para el sátvico, que anhela la bienaventuranza (ananda), los sabios dicen que el trueno recuerda dama, o sea el autocontrol. Para los rajásicos, que anhelan aventura, heroísmo, actividad, los sabios dicen que el trueno recuerda el dharma, o sea la conducta recta, los ideales de rectitud. Para aquellos que están dominados por las cualidades tamásicas, que anhelan los placeres objetivos por medio del apego a los sentidos, los sabios dicen que el trueno recuerda daya, o sea la compasión, basada en el amor, que ennoblece el apego y sublima la codicia.

Los sabios descubrieron el hecho de «Tú eres Eso» (Tat Tuam As¡). Tat, es decir, lo Divino, de lo cual todo esto surgió, de lo cual todo esto está hecho y en lo cual todo esto se funde, puede ser conocido por el sendero de la devoción (bhakfi marga) y de la rendición del ser, de la dedicación. Tuam, es decir, el individuo, puede ser entendido por el karma marga o sendero de la actividad desinteresada, de la renunciación a las consecuencias de toda la actividad, hecha con un espíritu de veneración y con tanta sinceridad como si fuera un acto de adoración. Entonces el proceso de identificación de Tat con Tuam de Aquello contigo , llamado el reconocimiento de As¡, o el eres, debe ser consumado por medio del jñana marga o sendero del conocimiento, del intenso y continuo discernir. Cuando la devoción y la acción se funden, llevan al conocimiento. La devoción ve a todo como Tat, el karma elimina la separación de Tuam y de ese modo, el proceso de «ser» o As¡, se vuelve fácil.

Aunque todo esto es simple y está explicado en varios textos que son expuestos por eminentes maestros cada día a miles de personas, la verdad no es experimentada, la identidad no es comprobada. Todo es como una actuación en un escenario. Las palabras no vienen del corazón; no sigue la indicación del texto, escrito por otra persona. Se hace más bien para tener un efecto sobre la audiencia y por el aplauso y el dinero obtenido a cambio. ¿De qué beneficio es un fuerte aguacero si mantienen sus cubetas boca abajo? Cuando escuchan los discursos sobre religión, si sus mentes no son receptivas no derivarán ningún beneficio de ello, ¿no es así?

El doctor Mistry habló acerca de las actividades de servicio en Bombay; acerca de la donación de sangre, de sus visitas a hospitales y del servicio prestado a los internos pobres. Realmente, éste es un trabajo que elimina el ego y lo provee a uno de verdadera bienaventuranza. El doctor Mistry es un parsi; sin embargo, noten cómo ha dominado las escrituras hindúes tan bien para explicarles ahora cómo Shiva, Parvati y Ganapati pueden ser interpretados como símbolos de los senderos de la acción, de la devoción y del conocimiento.

El servicio prestado con la fe de que todos son formas del Dios único es el más alto karma. Deben velar para que la inspiración para el servicio venga del corazón y no de la cabeza. Al hablarles hace algún tiempo a los maestros y estudiantes del Colegio de Artes y Ciencias, en Whitefield, les dije acerca de la necesidad de respetar a los mayores.

Ahora los estudiantes saludan a los maestros con una simple inclinación de cabeza o un movimiento de la mano: es todo. Yo les dije que la inclinación significaba distancia, hostilidad, discordia; hace evidente que los estudiantes y los maestros están en campos opuestos, que son extraños. Quería que ellos dejaran tales ideas a un lado, que aceptaran a los maestros como amigos, guías dedicados a su servicio mientras ellos mismos también aprenden; quería que el amor y la reverencia fluyeran entre los dos.

Debo ahora terminar e ir con los niños de la Escuela Védica, quienes escenificarán una obra saturada de néctar espiritual. Ya que Dios es descrito por aquellos que lo han probado como «el néctar mismo», su historia será dulce más allá de las palabras. El universo es dulce debido a él, da alegría porque es él. Ustedes no saben cómo atrapar esa alegría y mantenerla firmemente agarrada; por eso se columpian entre la alegría y el dolor. Adquiéranla a plenitud y para siempre; entonces no habrá nacimiento ni muerte. Ustedes son inmortales, son bienaventuranza, poder, sabiduría.

En esta obra, que van a representar los muchachos, yo describo los Incidentes de las vidas de mis antiguos devotos: Kamsa, las gopis, Akrura, Devaki, Vasudeva y Nanda. Es la buena fortuna de estos muchachos que yo estuviera con ellos, muchas noches, cantando y repitiendo las líneas, para que pudieran aprender estas grandes verdades, escenificar estos inspiradores hechos delante de ustedes y que tengan y difundan alegría. Los muchachos pueden no ser capaces de representar los papeles a la perfección, pero podrán ustedes beber el éxtasis y las lecciones espirituales que intentan transmitir. La historia empieza con Kamsa planeando atraer a su palacio a su enemigo declarado, Krishna, el pastorcillo de siete años, junto con su hermano, para poder matarlo con la ayuda bien del elefante real o de los luchadores reales. Las escenas subsiguientes describen el dolor de las pastoras de Gokula ante la separación del divino muchacho, el dilema que inquieta a los padres adoptivos y la salida de los hermanos para Mathura, donde Kamsa los está esperando.
Krishna acepta la hospitalidad de un devoto indigente, prefiriéndola a la del monarca que lo ha invitado; su llegada causa gran alegría entre el pueblo. Mientras tanto, sus padres, que están encarcelados, se alegran ante la esperanza de verlo después de años de separación. Los alcaides les informan, a medida que suceden, de la serie de triunfos de que la ciudad es testigo, marcando las heroicas hazañas de Krishna y su hermano, de la muerte del elefante, de los luchadores y, finalmente, de la humillación y destrucción del propio rey Kamsa. Krishna y Balarama entran a las mazmorras y liberan a sus padres y allí termina la obra. No le den importancia a la tierna edad de los actores; las palabras que emanan de ellos son sabias y curativas; son las enseñanzas de los Vedas y Shastras. Atesórenlas en sus corazones y vayan a sus hogares, determinados a poner en práctica al menos unas pocas diariamente.

Prashanti Nilayam

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