Discursos dados por Sai Baba
{SB 29} (53 discursos 1996)
22. 20/06/96 El amor desinteresado y la fe firme
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 29 cap. 22 ) El amor desinteresado y la fe firme 20 de Junio de 1996 Un corazón sin amor está muerto. ¿Pueden llamar vida a eso, meramente porque hay aliento en el cuerpo? Semejante corazón es simplemente un par de fuelles. ¡Encarnaciones de Amor! El rasgo distintivo del amor es thyaga (sacrificio desinteresado). El amor no trata de obtener nada de nadie. No abriga mala voluntad hacia nadie. Es completamente desinteresado y puro. Sin lograr comprender la verdadera naturaleza del amor, el hombre lo anhela de diversos modos. El amor tiene que ser nutrido con sentimientos de abnegación y sacrificio. En lo que se considera amor en el mundo —ya sea amor maternal, amor fraternal o amistad— hay un elemento de egoísmo. Sólo el amor de Dios está totalmente libre de la mancha del egoísmo. El amor Divino alcanza incluso al ser más remoto. Reúne a aquellos que están separados. Eleva al hombre desde la animalidad hasta la Divinidad. Transforma gradualmente todas las formas de amor mundano en amor Divino. Para experimentar este amor Divino, los hombres deben estar dispuestos a abandonar el egoísmo y el interés personal. Deben desarrollar pureza y firmeza. Con fe firme en lo Divino, deben cultivar el amor a Dios, sin importar todos los obstáculos y las pruebas que se presenten. Sin embargo, incluso el sentimiento de hermandad universal no es lo mismo que la experiencia de Ekathvam (unidad). Aun en semejante sentimiento fraternal hay un elemento de interés personal. Quienes realmente deseen promover la hermandad universal deberán desarrollar la conciencia del Espíritu único que habita en todos los seres. A menudo, encontramos incluso a hermanos participando de altercados y odios mutuos. Lo que se describe como fraternidad quizás no sea amor real e inmaculado. El amor verdadero debe expresarse como conciencia de la presencia de lo Divino en todos. Los nombres y las formas pueden diferir, pero el Espíritu inmanente es el mismo en todos. Quien esté lleno de Amor Divino no sentirá temor Llenen su corazón de amor. Uno se está traicionando a sí mismo si alberga malos pensamientos, pero simula exteriormente estar lleno de amor. Quien posee amor Divino jamás dejará de manifestarlo en todo lugar y en todo momento. Los estudiantes, que se comportan bien durante su estadía en el Instituto, deberán mantener la misma conducta dondequiera que vivan o trabajen después de dejar el Instituto. No deben permitir que ninguna asociación o circunstancia externa cambie su conducta. El amor debe estar firmemente arraigado en sus corazones. Quien está lleno de Amor Divino jamás sentirá temor, no tratará de obtener nada de otros y será espontáneo y desinteresado en la expresión de su amor. No es necesario orarle a Dios para obtener dones. Dios dará espontáneamente lo que es bueno para cualquier devoto. ¿Acaso no obtuvieron Shabari y Jatayu la Gracia de Rama, incluso sin pedirla? Dios decidirá qué dar, cuándo dar y dónde. Por lo tanto, deben dedicar todas las acciones a Dios y Él decidirá qué está preparado para recibir el devoto. Cuando todo se deja en manos de Dios con amor puro y fe total, Dios cuidará al devoto. Hoy en día, la gente carece de tal fe firme. En la senda de la devoción se deben superar muchas pruebas severas. Grandes devotos del pasado enfrentaron tales pruebas, con fe y fortaleza. Finalmente obtuvieron la Gracia de Dios y experimentaron bienaventuranza. El ejemplo de Dhruva Por ejemplo, tomen el caso de Dhruva. Él era un niño de cinco años, que sabía poco acerca de los asuntos del mundo. Siguió el consejo de Naradha y mediante severas penitencias pudo tener una visión directa de Dios. Su fe le permitió obtener esta experiencia. Sin embargo, cuando Vishnu apareció ante él y le preguntó qué quería, Dhruva dijo: “¡Señor! Tú viniste a mí, sabiendo dónde estaba realizando mi penitencia. ¿Puede concebirse que no sepas lo que quiero?”. El Señor dijo: “Sé para qué realizaste la penitencia. Cuando partiste de tu hogar resolviste realizar penitencias para obtener del Señor la bendición de que se te permitiera sentarte sobre la falda de tu padre. Quiero saber si tus palabras y acciones están en armonía”. Dhruva dijo: “Es verdad que vine a realizar penitencia para obtener un pequeño favor, un pedazo de vidrio sin valor, por así decirlo. Pero la experiencia de Tu Forma es como un diamante para mí. ¡Qué buena suerte la mía que, buscando una cuenta de vidrio, encontré un diamante espléndido. No necesito ese pedazo de vidrio”. El Señor vio la contradicción entre la resolución original de Dhruva, su penitencia y su deseo actual. El Señor le dijo que debía apegarse al deseo original por el cual había realizado la penitencia y regresar, por lo tanto, al reino con las Bendiciones del Señor. Esto pone de relieve la necesidad de unidad en pensamiento, palabra y acción. Reconozcan a lo Divino en todo el cosmos Para lograr cualquier cosa en la vida, dos cosas son esenciales: fe firme y amor puro. Las personas no deben pensar que el placer y el dolor son causados por alguna fuerza externa. No es así. Son el resultado de los propios pensamientos. No tiene sentido culpar a otros. Si desarrollan amor por Dios, ese amor hará desaparecer todo el pesar y las malas tendencias como el apego, la ira y la envidia. Los estudiantes deben proseguir tanto la educación espiritual como los estudios seculares. Tienen que comprender que la Naturaleza es también una manifestación de Dios. Por eso, no debe ser ignorada. La Naturaleza es el efecto y Dios es la causa. Por lo tanto, deben reconocer la inmanencia de lo Divino en todo el cosmos. Discurso pronunciado en el Sai Kulwant Mandap, el 20-6-1996. |