Discursos dados por Sai Baba – 22. 11/05/71 Sean, y sean benditos

Discursos dados por Sai Baba

{SB 11} (27 de 54 discursos 1971 a 72)

22. 11/05/71 Sean, y sean benditos

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 4 )

Sean, y sean benditos

11 de Mayo de 1971

Prashanti Nilayam

LA ACTIVIDAD ES la base del universo; todos los seres nacen por la actividad, por ella se mantienen y por medio de esa actividad perecen. La continua respiración, la inhalación y exhalación, mantiene el cuerpo a temperatura constante y adecuada. El Uno que está más allá de toda actividad asumió la forma de los cinco elementos básicos aire, espacio, tierra, fuego y agua para actuar y activar. Estar activo pero estar siempre consciente de que todo es únicamente acción es el secreto de la felicidad. Ése es el dharma que debe regular y santificar el karma o acción.

Los avances tecnológicos que han llevado al hombre a la luna son también incidentes en el drama cósmico, donde los actores principales están ejecutando su plan; la identificación con la aventura y su éxito o fracaso hará que los actores se sientan orgullosos o deprimidos, estados que no ayudarán en nada para tener paz interna y alegría. El secreto de un buen karma es: hagan su karma como un acto de adoración, un rito dedicado como una ofrenda a la fuente de toda energía e inteligencia. Y nunca tomen a pecho las consecuencias. De esta manera puede uno aproximarse al Principio Divino, que está más allá de toda actividad.

Ese Principio Divino es la esencia del hombre. La meta de la vida es tomar conciencia de esta verdad, la infalible e irresistible fuente de fortaleza. Cierren sus ojos; sentirán que no hay nadie aquí, aunque hay miles. Si sufren de cataratas o, peor aún, si están ciegos, no podrán saber la verdad; así también, lo Divino está aquí, frente a ustedes, detrás de ustedes, dentro y fuera de ustedes; está en la inteligencia con la cual pueden reconocerlo, pero, o son ciegos, o sufren de algún defecto visual o, peor aún, ¡voluntariamente tienden a cerrar los ojos!

Tienen un pájaro en sus manos, pelo pierden su tiempo y energía tratando de atrapar al pájaro que está en el bosque. Las notas que los hacen creer que hay un pájaro en el bosque son ustedes no lo saben sólo el eco de las notas del canto del pájaro que tienen en su mano. El gurú les revela la verdad y los libera de las fatigas y las mortificaciones de andar buscando el pájaro en el bosque. En un instante pueden tener el conocimiento, y el conocimiento es bienaventuranza. ¿Para qué anhelar lo que no existe?, ¿por qué ignorar lo que «existe», es decir, el Ser? La raíz de todo temor, tristeza y enfermedad de la humanidad es la búsqueda de lo irreal. Aprendan, mientras puedan, cuál es la llave que abrirá la puerta de la liberación, tengan alrededor de ustedes la cortina de la vibrante, la atenta repetición del Nombre de Dios y la recapitulación de su gloria; así, los nocivos deseos de engrandecimiento (el mosquito que transmite la malaria) no los molestarán ni los contaminarán. La atenta repetición del Nombre no los dejará ignorar la esencial falsedad de los asuntos mundanos y lo irracional de involucrarse en ellos. Actúan como si ustedes fueran los diseñadores de su destino; son sólo una ola que se forma en el mar por las tormentas y marejadas.

Cuando su amado hijo, Abhimanyu, un muchacho de dieciséis años, fue emboscado y hecho pedazos por los primos Kauravas, que lo atraparon en un laberinto, Arjuna desahogó su angustia frente a su hermano mayor, Dharmaraja, el firme seguidor de la rectitud, y lo culpó de la muerte de su hijo, diciéndole que si él hubiera sido más inteligente y flexible, habrían podido evitar el exilio, la pobreza, el deshonor, la desgracia y la guerra. Dharmaraja permaneció en silencio, sabía que el propio Arjuna, cuando estuviera más tranquilo, recordaría las enseñanzas del Gita de que cada suceso es Su obra, que nadie mata ni muere si se entiende que todos son como títeres en sus manos.

La forma más rápida y fácil de entender la irracionalidad básica del apego es el sendero del servicio. Derramen amor, aun si ustedes no lo reciben o si tienen éxito o no al darlo. Dejen que el amor se traduzca siempre en servicio, en actos beneficiosos, en dulces palabras de consuelo, aliento y valor y en pensamientos de simpatía y compasión. Con esto no declaro que otros caminos como la devoción o el conocimiento no sean útiles. La adoración a Dios en los templos u oratorios contribuye a la santificación del tiempo y la sublimación de los instintos e impulsos, la indagación de la verdad es útil para disipar la niebla de la duda, pero la actividad en forma de servicio lleno de amor satisface todas las metas de todos los senderos hacia la Divinidad.

Sarvathah pan¡ padam, sarvathokshi siro mukham, dice el Gita (Todas las manos son sus manos, todos los pies, los ojos, las caras y las bocas son suyos). Él trabaja a través de todas las manos, camina por medio de todos los pies, ve por todos los ojos, come y habla mediante todas las bocas. Cada objeto le pertenece, cada paso es su paso, cada mirada, cada expresión y acto son suyos. Ésta es la enseñanza del Gita.

Pidan con toda su fuerza: «Señor, ¿no me escuchas?», y el oído del Señor estará ahí. Oren: «Señor, permíteme caer a tus pies de loto», y los pies se presentarán frente a ustedes; están en todas partes, están en todo momento. Su llamado obliga a la manifestación, eso es todo. Cuando les llega un paquete por correo, ¿qué hacen? Abren el paquete y sacan el objeto que les enviaron, ¿verdad?, tiran la envoltura y guardan el objeto que tiene valor. Ustedes piden: «Yo quiero paz». Quítenle la envoltura a lo que realmente quieren. «Yo» por un lado (signo de egoísmo) y «quiero» por el otro (indica deseo); no sientan egoísmo ni deseo y tendrán paz. Es la envoltura lo que impide asegurar la Realidad. Le dan más valor a la cáscara que al grano.

Había en un pueblo unos filántropos que decidieron abrir un pozo de agua potable; también pusieron un gran tanque para almacenarla y sistema de distribución. Estaban tan complacidos y tan orgullosos con su posesión que decidieron invitar al gobernador del estado a la inauguración del sistema en un día y hora auspiciosos elegidos por los astrólogos. El gobernador aceptó, los filántropos estaban llenos de regocijo, y colocaron una gran tubería y una llave de oro para la ocasión, colgaron listones y banderas como adorno junto a la llave, contrataron bandas de músicos con costosos instrumentos, se reunieron pandits de varias escuelas para recitar himnos védicos cuando el agua empezara a fluir.

Aquella mañana abundaban las personas importantes; cientos de autos llegaron al pequeño poblado. El gran momento llegó; el gobernador, solemnemente, se acercó a la dorada llave; la hizo girar y el agua no salió. La recitación védica se elevó a los cielos; ni una gota, ni señal de alguna. Todos se preguntaban por qué. El pozo estaba lleno, la dorada llave estaba ahí y también la tubería de oro; se preguntaban cuál sería la falla. Por fin alguien descubrió que la tubería no había sido conectada al sistema de distribución de agua.

¿Han conectado sus actos de servicio al depósito de amor que tienen en el corazón? ¿Lo están haciendo con conciencia de Dios, o es un acto de mera rutina ceremonial hecho para notoriedad u orgullo personal? En realidad, el poder que el hombre tiene dentro de sí es insuperable, ningún otro ser creado lo tiene, pues el hombre es la imagen de Dios, el precioso cofre que guarda a la Divinidad. Si son débiles e ignorantes, si están apesadumbrados, la culpa es de ustedes, no de otros; es que no han abierto la llave para que Dios brote desde su interior. Este es el pecado, el estar ciegos ante este hecho patente. Diagnostiquen las fallas de su ojo y cúrense de la ceguera o las cataratas; lo pueden hacer orando o recurriendo a un gurú.

Hay tres etapas en este proceso de volverse consciente: indagación, anhelo y logro. E
stos tres periodos se pueden comparar con los tres niveles que se mencionan: 1) el periodo de estudio, 2) el periodo de ocuparse en un trabajo, donde se pone en práctica lo que se aprendió, y 3) el periodo de la vida en el que uno vive sin preocuparse, con una pensión bien merecida. Puede que tengan una imagen o dos de la forma de Dios que les parece mejor. Pueden gemir frente a una imagen: «¡Oh Señor!», y postrarse ante ella con humildad y contrición. Esto ayuda a tener paz en la mente; pero no pidan ganancias indignas o venganzas mezquinas. Estas oraciones los alejarían de la gracia, su fe sufriría quebrantos. Las pérdidas y ganancias mundanas son cosas de un día, son como baratijas con las que se divierten en sueños; cuando despiertan ya no existen. Cuando despiertan al conocimiento y la conciencia de que Dios está dentro de ustedes, todos esos sueños se desvanecen, desaparecen de su conciencia; entonces, ¿para qué molestarse por ganarlos o perderlos?

Instalen en su corazón esta verdad: todos son de una misma esencia; así no puede haber parcialidad, ni temor, ni apego fanático por alguien. Debido a este apego, cada familia se divide en facciones al tener opiniones encontradas en todos los asuntos. El Ramayana y el Mahabharata predican que hay que evitar tales situaciones y establecer el dharma en el hogar, la ciudad y la nación. Esposas como Sita, esposos como Rama, hermanos como Lakshmana y Bharata, Arjuna y Bhima son ejemplos al respecto.

No traten de evitar el contacto con los demás o con la naturaleza externa; desarrollen una visión más amplia, más universal. Consideren a la naturaleza externa como el vestido de Dios; es la expresión de la voluntad de Dios, es la manifestación de su gloria, de su poder, su grandeza y su majestad. Vean esto en cada brizna de hierba, en cada pétalo de una flor, en cada rebanada de fruta. Aprendan las lecciones de los rios, las montañas, las estrellas y el cielo. Por medio de esta actitud llena de devoción hacia el hombre y la bestia, la planta y la piedra, deben quitar el velo de tamas (inercia), rajas (agitación) y satva (equilibrio, bondad) y lograr la ecuanimidad, el estado en el que el propio juicio desaparece; de esta manera podrán volverse conscientes del Ser, que está detrás y más allá de los tres velos. Ya na 8harathi, thana Bharatha, dice la escritura (Donde no hay vidya verdadera educación no hay India). La inteligencia es la señal del verdadero hijo de la India, que busca discernir entre lo real y lo irreal por medio de una inteligencia pura y clara.

Disciernan y decidan, sumérjanse y expongan la profundidad; coman y hablen del sabor. ste ha sido el mensaje de los visionarios de la India. Los antiguos preceptores no les dejaron a los discípulos únicamente axiomas, sino también la oportunidad de probar su validez. En aquel entonces se le decía al discípulo que la Divinidad danzaba en cada una de sus células y por eso no debía temer. Opongan al odio su amor innato, opongan su natural alegría a la tristeza; enfréntense a la ira con el escudo de la paz; estarán destinados a ganar. El universo es el Principio Universal manifestado en la diversidad de individuos. Manava (el hombre) es Madhava (Dios) en miniatura. El cuerpo humano se ha recibido como un don por las vidas meritorias que se han vivido en el pasado. La naturaleza del hombre es genuinamente divina en el pasado, presente y futuro; nunca ha dejado de serlo.

Decir que no se tiene tiempo para la disciplina espiritual es muestra de una gran pereza, es una cobardía, porque es una tarea que puede coexistir con otras actividades y aun fertilizar otras actividades y hacerlas fructificar. No hay nada qué ganar, excepto la conciencia de lo que ya es. Simplemente sean, ése es el estado de bienaventuranza, de paz y verdad y amor.

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