Discursos dados por Sai Baba – 21. 29/03/65 La rara oportunidad

Discursos dados por Sai Baba

{SB 05} (58 discursos 1965)

21. 29/03/65 La rara oportunidad

29 de Marzo de 1965

Amalapuram

El único consejo que les doy es éste: No desperdicien un solo momento de su preciosa vida, vívanla en la forma más útil para ganar contento para sí mismos y para los demás, un contento que nada puede empañar. Han venido por cientos de miles de todas las aldeas de este delta a esta Amalapuram. Hay muchos entre ustedes que son demasiado viejos pare ir a Puttaparti para recibir mi darshan y muchos sufren padecimientos físicos que no les permiten llegar aquí a las filas del frente. Tengan alguna consideración con ellos: quédense parados donde están; no empujen ni traten de precipitarse hacia adelante. Yo estoy en esta alta terraza; dondequiera que ustedes estén pueden verme.

Ahora el trabajo debe ser sólo para el ojo y el oído; no para la lengua. Hoy que tienen la oportunidad, es juicioso no perderla. He venido con el objeto de darles bienaventuranza. Estoy dispuesto a quedarme aquí, hasta que todos ustedes se hayan llenado de bienaventuranza (ananda). ¿Por qué entonces elevan este clamor? Dios se puede sentir y experimentar solamente en el silencio más profundo. Todo el ruido debe cesar; entonces, su voz puede ser escuchada claramente.

La lengua es la prueba de la verdadera crianza. «¡Hey tú, pelmazo! ¿Oíste a los soldados pasar por este camino?», preguntó un hombre a un campesino ciego. Unos minutos más tarde, otra persona lo abordó; «Ciego, abre la boca y dime si escuchaste el ruido dé unos soldados marchando por este camino». Más tarde, una tercera voz se le aproximó: «Señor, ¿escuchó usted a algunos soldados marchar por este sendero?» Finalmente, otra persona se le acercó y poniéndole la mano en el hombro le preguntó: «Mi estimado hombre, por favor, dígame si escuchó hombres marchando a lo largo de este camino». El ciego más tarde describió correctamente a sus interrogadores como un soldado, un capitán, un ministro y el propio rey. Las palabras revelan la crianza del que las dice.

La lengua es la armadura del corazón; es lo que resguarda la propia vida. Hablar alto, hablar largo y tendido, hablar en forma desordenada, hablar lleno de cólera y de odio, todas estas maneras afectan la salud del hombre. Ellas fomentan cólera y odio en los demás, ellas hieren, excitan, enfurecen, provocan enemistades. ¿Por qué se dice que el silencio es oro? El hombre silencioso no tiene enemigos, aunque pueda no tener amigos. Él tiene el tiempo libre y la oportunidad de sumergirse en sí mismo y examinar sus propios defectos y faltas. No tiene inclinación para buscarlos en los demás. Si su pie se resbala, se ganaron una fractura; si su lengua resbala, fracturan la fe o la alegría de alguien. Esa fractura no puede componerse; esa herida supurará para siempre. Por lo tanto, usen la lengua con gran cuidado. Mientras más suave hablen, mientras menos hablen, mientras más dulce hablen, será mejor para ustedes y para el mundo.

Si se amontonan y se empujan hacia todos lados, hacia adelante y hacia atrás, les dan ustedes una buena oportunidad a los ladrones y carteristas. Están librados a su propia suerte; su atención está concentrada en mí, mientras que la atención de aquellos está concentrada en su cartera o en su collar de oro.

Yo conozco las agitaciones de sus corazones y sus aspiraciones, pero ustedes no conocen mi corazón. Yo reacciono al dolor que soportan, al contento que sienten, porque yo estoy en cada corazón. Soy el morador de ese templo. Deben conocerme mejor, porque ¿cómo puede la oficina receptora entender un telegrama enviado en Clave Morse si el receptor no conoce el código? El amor o prema que ustedes dan es de la misma naturaleza que la del código Morse, al igual que la bienaventuranza (ananda) que yo les doy.

La devoción (bhakti) se debe dirigir a lo largo de canales establecidos por la razón. Su devoción los está haciendo comportarse salvajemente como la furiosa corriente de un río. Se aglomeran alrededor de este lugar donde resido, noche y día, en el sol y la lluvia y elevan vivas para persuadirme a salir y darles el darshan. ¡Esto no es correcto, amados míos! Esto no es devoción; esto no es amor. Por supuesto que aun sin que hagan todo ese ruido yo estaría feliz de salir a la terraza y les daría el darshan que piden desde el fondo de sus corazones. Esa es la voz que más escucho; no la voz que sale de sus gargantas.

Casi toda la algarabía que producen se debe a la pelea por espacio, en la que los más fuertes insisten en sus derechos e incluso olvidan los derechos de los demás; éste es un lugar donde deben tratar de ayudar, no de estorbar; ésta es la atmósfera de paz suprema. No se comporten aquí como lo hacen cuando se reúnen en otra parte. No hay lugar aquí para la envidia o la maldad, para el odio o el enfrentamiento. Cuando el deseo y la cólera se elevan en altas llamaradas del corazón ¿cómo pueden los frescos rayos de la paz (shanti), la verdad (sathya), la no violencia (ahimsa) y el amor (prema) emanar de él? ¡Este nacimiento humano es una rara oportunidad! úsenla para propagar alegría, no dolor. Por supuesto, que es natural que el hombre se resienta, se ponga furioso, pero no deben dar rienda suelta a la cólera. Las rugientes corrientes del Godavari deben ser controladas por embalses y represas para que el agua pueda llegar al mar sin anegar los campos de las riberas. Ustedes también deben fijar los límites a su propia cólera y odio, y respetar esos límites.

Ustedes saben que primero deben arar la tierra, alimentarla con agua; luego sembrar la semilla, arrancar las hierbas, resguardar el cultivo del ganado y de las cabras y esperar pacientemente el tiempo de la cosecha. Asimismo, el corazón debe ararse mediante virtudes alimentadas con el agua del amor antes de plantar las semillas del nombre divino; más tarde el campo debe ser vigilado y eliminadas las malas hierbas; es mejor impedir que se acerque el ganado de la intranquilidad y de la duda, poniendo la cerca de la disciplina; entonces el nombre florecerá en la meditación y se podrá recoger la rica cosecha del conocimiento.

Ahora están permitiendo que el precioso y fértil campo permanezca estéril; el campo del corazón está infectado con espinas y malas hierbas; no produce contento a nadie. Cultiven el corazón y cosechen el grano de la bienaventuranza del Atma (Atmananda). Esta ananda es su herencia; es suya si la piden. Pero no saben cómo ni a quién pedirla. Pídanle a la aflicción que se retire y la ananda (felicidad) se materializará como la propia base de su identidad, su sat (ser) y su chit (conciencia). Es muy sencillo. La aflicción se irá tan pronto como descubran su verdadero origen, ya que aquél ha surgido debido sólo a la ignorancia.