Discursos dados por Sai Baba
{SB 17} (31 discursos 1984)
21. 10/09/84 El Gita – El Árbol Colmador de Deseos (Kalpataru)
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 17 cap. 21 )
El Gita – El Árbol Colmador de Deseos (Kalpataru)
10 de Setiembre de 1984
Los seres humanos tienen por fuerza que dedicarse a alguna u otra acción. Deben estar activos, bien sea física o mentalmente, o en ambos aspectos. Aparte de asegurarse una vida contenta y feliz, el hombre ansía riqueza, fama, poder y posesiones y la estima popular. Pero, la enseñanza central del Gita es la actividad desinteresada, es decir, una actividad llena de entusiasmo e inteligencia, hecha con perfección, sin esperanza o expectativa de recompensas y hasta de frutos. “Tú tienes derecho a hacer el trabajo pero no a los frutos del mismo”, le dijo Krishna a Arjuna. El proceso es realmente más agradable y satisfactorio que el producto final. Cuando una persona se dedica a hacer arreglos para la celebración de un matrimonio, olvida su fatiga, el gasto o el tiempo y el dinero mientras despacha las invitaciones, decide sobre el menú, decora la casa, recibe a los huéspedes y parientes, y supervisa la ceremonia. Cuando el matrimonio ha terminado, la alegría declina y la fatiga viene a la conciencia y el resto se vuelve insípido.
Dejen el resultado de su trabajo a la voluntad de Dios
Cuando un trabajo es emprendido con una actitud egoísta, impulsado por motivos egoístas e inspirado por esperanzas de autoadelanto, se alimenta de codicia, orgullo, envidia y odio. Entonces, ata el lazo y promueve el sentimiento de apego a trabajos cada vez más provechosos. Promueve ingratitud hacia aquellos que prestaron sus manos y cerebros y hacia Dios mismo que proveyó a la persona con el impulso y las destrezas. “Yo lo hice”, dice uno cuando el trabajo es exitoso; u “otros lo dañaron”, cuando fracasa. Siguen el resentimiento, la depresión y la desesperación cuando el trabajo resulta en fracaso.
Cuanto más se apega uno a los frutos, tanto más intenso y doloroso es el sentimiento cuando uno es decepcionado. Los únicos medios, entonces, para escapar tanto del orgullo como del dolor es dejar el resultado a la voluntad de Dios, mientras uno está feliz en el pensamiento de que uno ha cumplido su deber con toda la dedicación y cuidado de que uno es capaz. Nadie puede hacer más que lo mejor de sí. El cuerpo está dotado de sus excelencias y defectos inherentes para que pueda ser usado, en cada momento de la vida, para fines que puedan santificar el tiempo por medio del servicio, el sacrificio y el amor.
La palabra karma traducida como trabajo o acción también connota los ritos prescritos por los Vedas en la sección de este nombre. Están enfocados a obtener una variedad de beneficios materiales para las personas que los realizan. Algunos de ellos prometen como recompensa hasta una estadía en el paraíso. Pero, todos están orientados hacia los resultados. Aunque limpian la mente y promueven el renunciamiento, dan los mejores resultados sólo cuando tienen el logro de la paz y prosperidad mundial como meta. Entonces, karma se vuelve karma yoga, es decir, karma uncido a ideales desinteresados. Todos los actos emprendidos por las personas después de que éstas han entregado su voluntad y necesidades al Señor, como dice el Gita: “Abandona toda idea de lo que debes o no hacer, tan sólo ríndete a Mí” (Sarva dharmân parityajya, mâm ekam sharanam vraja – 18.66), se vuelven tan sagrados y tan puros que no nos atan ni por la cadena de hierro de la miseria ni por la cadena dorada de la exultación.
El karma debe ser un acto de satisfacción y adoración
El Gita no alienta la inercia ni la indiferencia o la pereza. Recomienda el karma como un yoga, una comunión divina, como una actividad a tono con la voluntad divina, dirigida a la promoción de la propia consumación espiritual. El karma debe ser un acto de satisfacción, de realización, de adoración y de cumplimiento del propio deber para con uno mismo y con otros. El Gita establece los pasos y el camino hacia la realización de esta meta. Acepta todas las actitudes como valiosas y sublima cada una en un esfuerzo espiritual (sâdhana). Eleva el Karma Kânda (el capítulo sobre el karma) a un medio para la elevación del ser y el adelanto de la humanidad. Es un Árbol Colmador de Deseos (Kalpa Vriksha) que otorga dones a los aspirantes en todos los niveles de compromiso.
Es como un océano de sabiduría espiritual del cual cada uno puede sacar la cantidad que el recipiente que lleva puede contener. El buscador racional, el aspirante activo y el aspirante devocional pueden todos obtener atención y cuidado del Señor. De hecho, el Gita infunde a cada acto de la vida la sublimidad del Vedanta, la inmanencia y trascendencia del principio divino. El Vedanta es interpretado en términos tan simples que hasta el hombre común puede entenderlos y observarlos en la vida diaria.
El Gita es el auténtico Mensajero de Dios; transmite Su mensaje de manera clara y con plenitud convincente. Es el alentador consejo de la Madre para la humanidad. Al captarlo, el hombre puede nadar seguro por el tempestuoso mar de la vida. Es la guía más segura para el aspirante espiritual. Es una mina de mantras; es una fuente sempiterna y activa de verdades vedánticas. Es el camino real a la victoria para los buscadores de la liberación. Hace de este camino un sendero de flores.
El Mandir, Prashanti Nilayam, 10 septiembre 1984
La lengua es una herramienta que pueden usar para dar expresión a sus pensamientos, ideas, sentimientos, deseos, oraciones, alegrías, aflicciones. Si están enojados, la usan para decir palabras duras en voz alta.
Si están complacidos, la usan para decir palabras dulces en una voz baja y agradable. Yo quiero que usen su lengua sólo para su propio bien y el bien de otros.
Si hablan duramente a otro, él también habla a gritos y duramente; las palabras iracundas causan más palabras iracundas. Pero si usan palabras suaves y dulces cuando otro está enojado con ustedes, él se calmará, y se avergonzará de haber usado su lengua de esta manera.
Shri Sathya Sai