Discursos dados por Sai Baba
{SB 05} (58 discursos 1965)
20. 29/03/65 La desnutrición y la curación
29 de Marzo de 1965 Amalapuram Escuchamos a mucha gente lamentándose del estado de cosas y hablando de la expansión de la injusticia y de la falsedad, de la crueldad y del odio en el mundo y en este país. Esto es como clamar por una medicina después de que la enfermedad ya se ha desarrollado. La prevención es mucho más beneficiosa que la cura; algunas veces la cura se hace más difícil debido a las complicaciones ocasionadas por un largo descuido. La actual declinación de la moralidad se debe a la disminución de la fe en los Vedas, los Shastras y los Upanishads en nuestro país. Algunos tienen el hábito de condenar como ateos a todos aquellos que no creen en el Dharma védico, pero no hay ateos entre los hombres. Cuando un ateo declara «no hay Dios» primero afirma «hay» y luego niega algo que ha afirmado. Aunque él pueda negar a Dios, él no niega el amor o la veneración o lo prodigioso y lo asombroso; todas éstas son expresiones de la fe en un dios. Los ateos también sienten ansia de una meta; ellos recuerdan un lugar de donde vinieron, aunque, igual que los demás, son incapaces de encontrarlo. Saben que se están encaminando hacia un lugar donde tendrán la felicidad total; ellos lo anhelan, sueñan con él; tienen sus planes para alcanzarlo. Ellos tienen, como todos los demás, el hambre, el dolor, el descontento. Así como el doctor diagnostica el origen del dolor, el aspirante va a un gurú experto en las diferentes formas de anhelo mental por la meta. Cada quien siente el impulso de ver y conocer la unidad donde hay multiplicidad; este conocimiento está contenido en el Brahmasutra, el cual, como un cordel, enlaza todas las diferentes cuentas del mismo rosario. Todos los miles de personas reunidas aquí delante de mi ahora son como tantas miles de flores, engarzadas en ese único hilo (Brahman). En Brahman encontrarán la unidad, la unidad que les faltaba porque estaban ensimismados en su propia individualidad. Ésta es la verdad; todo lo demás es engaño. Han permitido que esta unidad pase inadvertida, porque los hombres que la conocen son ignorados, ¡sus declaraciones son desechadas como si fueran depravadas! No hay escasez de alimento espiritual nutritivo en nuestro país, pero tenernos este Lamentable espectáculo de la gente muriéndose de hambre en medio de la abundancia. Los males de este país se deben a la desnutrición; no tanto a la desnutrición del cuerpo como a la del espíritu; a la falta de ejercicio espiritual, al descuido del régimen espiritual. Dejando que la enfermedad llegue a su más alto nivel, ¡la gente se dedica a recitar los nombres de las medicinas! No hace ningún intento por tomarlas. Los medios para llevar a cada hogar y aldea las aguas vitalizantes del espíritu se han secado o fueron obstruidos. Ésta es la razón por la cual la desnutrición, con todos sus síntomas de debilidad, desórdenes nerviosos y manías, prevalece en la actualidad. La religión (matam) es una cuestión de inteligencia (mati). A menos que sean capaces de equilibrar a la inteligencia no podrán igualar todas las religiones. Hay diferentes enfoques de Dios para diferentes inteligencias, adaptadas a los gustos y aversiones de los temperamentos de cada uno. Algunas son centradas en el trabajo, otras son contemplativas, algunas son orientadas hacia el exterior, algunas tienden a examinar la conciencia interna más que la externa. Hay disciplinas adecuadas para cada una de éstas en las antiguas escrituras: la devoción (bhakti), el conocimiento (jñana), la acción (karma), la adoración (upasana), el yoga, etcétera. La leche en la cual la mantequilla está inmanente, implícita en cada partícula, en cada molécula, es el Uno (Advaita, no dualidad). La cuajada en la cual se divide por la fermentación tiene la mantequilla separada, pero todavía como parte de ella; aquélla es el Uno, con el segundo como parte integral de ella o visishta-advaita (dualidad condicional). El batido separa completamente la mantequilla, la cual forma una bola que queda flotando en el líquido del cual se ha tomado. Los dos se han vuelto claramente distinguibles, se habla de ellos como de dos, dvaita (dualidad). Éstos son sólo tres nombres para tres estados diferentes de la misma sustancia. El Uno es la realidad. No se encuentra exclusivamente en un solo lugar, no importa lo venerable del lugar, Ni Arunachala ni Thirupati ni Kedaram pueden afirmar que son el lugar donde se puede encontrarlo. Su dirección se da en el sloka 61 del capítulo 18 del Bhagavad Gita: el corazón de todos. Los pandits versados en las escrituras sagradas de este país son los verdaderos conductores de gente, porque ellos pueden mostrarles el camino hacia la autorrealización, que es el deber más elevado del hombre. Ellos deben, como los sabios y los eruditos de antaño acostumbraban hacer, aconsejar a los gobernantes y guiarlos por el camino del Dharma, de la justicia. Pero ahora los gobernantes los mantienen alejados, mientras que la gente los ridiculiza. Si ellos ahora complacen las bajas exigencias de los gobernantes, degradarán los ideales que deben atesorar y promover. Escapar a las tentaciones de la situación y permanecer firmes en los principios establecidos para ellos en los Shastras requiere una gran dosis de integridad y de coraje por parte de ellos. Por lo tanto, no hay mucha esperanza de que los gobernantes utilicen la sabiduría de los pandits. Hay más oportunidad de que los pandits pierdan su asidero en las cosas fundamentales si se acercan a los gobernantes en busca de ayuda. Así, la gente misma tiene que dedicarse a la tarea de fortalecer a los pandits y de derivar el mayor beneficio de estos depositarios de la antigua enseñanza. Los propios pandits están divididos; han perdido la capacidad de trabajar en un esfuerzo mancomunado. Estoy hablando tan llanamente ahora porque esta Konasima es la cuna de muchos instruidos pandits. Mi tarea es reunirlos y hacerlos concientes de su noble herencia y de su aún más noble deber de estar en contacto con los gobernantes que se beneficiarán de la sabiduría imparcial de los Shastras, de los Upanishads y de los Vedas, vistos y registrados por maestros del desapego, y así establecer la paz y la armonía en el mundo. Ciertamente que tendré éxito; sólo que tienen que tener un poco de paciencia. La mansión llamada vida debe construirse sobre bases firmes; la persecución de los bienes, de la riqueza y del bienestar (artha), y del placer y todos los objetos deseables (kama) debe estar regulada por el principio de la rectitud (Dharma). El Dharma protege a aquellos que lo protegen; «Dharmo rakshati rakshitah». La base más fuerte es la fe siempre presente en el Todopoderoso. Algunos preguntarán: «Si él es todopoderoso, ¿por qué no es visible?» Bien, él se revela a la persona que anhela la respuesta, no al que hace las preguntas por insolencia o ignorancia. Él será visible sólo en el corazón transparente, el corazón que no está nublado por el egoísmo o por el apego a las cosas objetivas. El cordel del rosario sólo es visible en las cuentas de cristal, no en las de coral o en las de rudraksha . Aunque el cordel también pasa a través de estas últimas, sólo puede ser visto rompiendo estas cuentas: éste es el significado de la historia de Hiranyakasypu, quien rompió el pilar; cuando hizo esto, él pudo ver por sí mismo al Señor que es la esencia de cada objeto y de cada ser. Traten de romper un coco tal como viene del árbol; la cáscara estará cubierta de una capa de fibra muy compacta. No pueden romper el coco ni siquiera, golpeándolo con una barra de hierro; quiten la cubierta fibrosa y entonces será fácil romperlo. Cuando toman un coco para ofrecerlo en el templo lo hacen después de remover la fibra; entonces lo ofrecen a Dios rompiéndolo en dos mitades. Éste es el símbolo de la destrucción del ego y de la entrega al Señor. Así pues, tienen que remover la fibra del deseo por lo La conquista del ego es una tarea muy dura; se necesitan años de esfuerzo persistente para obtener éxito en esta empresa. Para obtener un grado deben luchar en la universidad por un número de años, concentrándose en los libros noche y día; cuánto más difícil es este examen que si es exitoso, garantiza felicidad duradera y la liberación de la opresiva rueda de nacimientos y muertes. Algunas personas tienen la mente y los sentidos como las fardos de algodón; una chispa de jñana o conocimiento los incendia y logran la victoria. Otros los tienen como fardos de leña; toman más tiempo, pero la victoria es segura. La mayoría, empero, tienen mentes y sentidos como leña verde e incluso el fuego rugiente del conocimiento puede apagarse por el ataque de la humedad contenida en ellos. Hagan sus mentes y sus sentidos como algodón finamente desmotado. ¿Cómo pueden hacer esto? Por el contacto con sabios y con aquellos que tienen experiencia en la práctica espiritual, como los pandits aquí presentes; escúchenlos; reflexionen sobre sus enseñanzas en las profundidades de su memoria, practiquen lo que aconsejan, sométanse alegremente a su guía. Comiencen ahora. El aprendizaje empieza con el alfabeto; aprendan el abc y sigan hasta el final. La fruta de margosa puede saber amarga al principio pero hay muchos que disfrutan comiéndola porque la práctica continua la hace dulce al paladar, especialmente si se convencen que es buena para curar las enfermedades. Por ejemplo, cuando cantan cantos con el nombre de Dios (namavalis) traten también de saborear en la lengua, la dulzura del significado. Sobre la base de lo material pueden ascender a lo espiritual; sólo deben saber que es posible y desarrollar la fe que elimina toda indecisión. Cuando canten acerca de Radha, como hicieron ahora, Radha Medhava Nanda Lala, no imaginen que Radha es una mujer y Krishna un hombre. Pueden convertirse en Radha, ahora, aquí mismo, si solamente saben lo que Radha representa. Ella es la base o adhara, que es adorada o aradh, como una siempre fluyente corriente; ella es la base misma del mundo, que es otro nombre para Dios mismo. Tengan al nombre del Señor como una corriente, fluyendo de su boca. Eviten toda conversación vulgar acerca del Mar de Leche, del Kshirasagara o nacimiento de la mente pura, escalen la montaña de Mandara, que significa una fe incesante en la unidad de la creación; tomen a la serpiente, Ishvaranugraham, la gracia del Señor, y úsenla como la cuerda para batir el océano; bátanlo por medio de la meditación o dhyana y del sadhana o práctica espiritual; entonces podrán lograr el néctar (la esencia de los Vedas, del conocimiento espiritual) de la experiencia espiritual . El Señor es imparcial; ustedes son los que se castigan o se recompensan a sí mismos. Un joven estudiante que estaba intranquilo por un examen de inglés, fue al templo y le rogó a Dios para que hiciera que las preguntas fueran fáciles, y prometió a cambio una fiesta de acción de gracias. Así sucedió y él pudo contestar todas las preguntas a su entera satisfacción en la mitad del tiempo que tenía para ello, pero no entregó enseguida las hojas con las respuestas; él pidió más páginas y escribió una lista de artículos que debería comprar para ofrecer la fiesta de acción de gracias a Dios: azúcar mascabada, arroz, cardamomo, mantequilla clarificada, etcétera. Como tenía muchos minutos más a su disposición; anotó el costo, y encontrándole por encima de sus recursos, revisó la lista y encontró muchos artículos que podía eliminar. Mientras estaba ocupado en esta necia tarea, sonó la campana y el supervisor fue rápidamente hacia él para recoger las respuestas. En la precipitación del momento, el alumno le tendió las páginas donde había escrito la lista de artículos y donde había, por pura avaricia, tachado la mayoría de ellos. Así pues, el joven falló y todo fue culpa suya. Dios es imparcial; es como el termómetro que no puede malinterpretar, exagerar o falsificar. El éxito o el fracaso lo hacen ustedes mismos; ustedes deciden su destino; el Señor no tiene parte en tal decisión. Es muy tarde ya; tienen que ir a sus hogares. Les he ocasionado muchas molestias. Hay muchos ancianos, mujeres y niños entre ustedes. Puedo entender la molestia que han soportado por su amor por mí, recorriendo grandes distancias, caminando o viajando en embarcaciones o carretas de bueyes, negándose el alimento, el sueño y el descanso, luchando incluso por un poco de agua potable y un poco de sombra debajo de un árbol. Viendo este inmenso océano de humanidad, se tiene la seguridad del valor, del continuado valor de la herencia de la India. Se han movilizado en masa de sus aldeas como hormigueros. ¿Por qué? Porque tienen hambre de Dios, tienen apetito por la verdad espiritual. Debo decirles una cosa ahora, porque esto se ha convertido en una verdadera sensación, especialmente al este del Gedavari, alrededor de Amalapuram. No estoy culpando a nadie ni riéndome de nadie, pero la verdad debe hacerse pública. Hay algunos que declaran que «yo entro en ellos», poseyéndolos más bien, y se estremecen, se agitan y tiemblan y dicen toda clase de cosas, afirmando que yo hablo a través de ellos o que ellos están bajo mi influencia. Responden preguntas y «predicen» cosas y realizan muchos trucos para recoger dinero o cosas de gente que no me conoce a mí y a mí realidad. Todo esto es puro engaño; es una enfermedad que se está extendiendo. No la fomenten; córtenla de raíz dondequiera que vean gente afectada por ella. Tales personas tienen «agentes» y «representantes»; deténganlos primero a ellos y sus títeres escaparán. Ellos usan el vestido de la santidad, pero su codicia denuncia su vileza. Dicen: «Baba se me apareció en un sueño y me ordenó hacerles esto y lo otro, cobrar tanto de ustedes; etcétera, etcétera». No presten atención a tales tramposos; castíguenlos en la forma que merecen. Éste es el consejo que tengo que darles. |