Discursos dados por Sai Baba
{SB 12} (54 discursos 1973 a 1974)
20. 15/11/73 Cuerpo sin corazón
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 50 )
Cuerpo sin corazón
15 de Noviembre de 1973
Brindavan
El océano es un vasto misterio. No tiene límites y es tan viejo como el tiempo. Tiene, en su matriz, remolinos caóticos, embravecidas corrientes, y tiene un rostro con furiosos humores.
Nadie puede esperar navegar sobre él de una costa a la otra orilla, sin un resistente bote confiable. Así también, el hombre requiere de un resistente bote de Gracia Divina para cruzar el embravecido océano de este samsara (siempre cambiante, siempre agitada corriente de la vida). Este océano también es vasto y lleno de misterio. ¡Tiene sus inexploradas profundidades! Zarandea al hombre desde el nacimiento hasta la muerte y nuevamente desde la muerte hasta el nacimiento; le ocasiona muchas subidas y bajadas, muchas enfermedades y padecimientos; en él se arrollan las olas de los deseos y de las resoluciones; atemoriza al hombre mediante habitantes monstruosos, codiciosos; arrastra la razón del hombre hacia los remolinos de la duda.
Para equiparse con el bote de la Gracia digno del océano, uno tiene que desarrollar en sí mismo las cualidades de la fe y de la disciplina. Uno tiene que clarificar y purificar el chiththa (impresiones pasadas). El tiempo es el don con el que Dios ha bendecido al hombre para este propósito. Así, el hombre debería utilizarlo como un instrumento para la clarificación y para la purificación. Contemplando las glorias de Dios, descubriendo Su Presencia en la belleza, la bondad y la verdad, vistas en todas partes, meditando en Su Forma, repitiendo Su Nombre, por estos medios el proceso puede ser exitoso. Por supuesto, esto no es posible sin una vida virtuosa y amabilidad hacia todos los seres. De esta manera la mente resultará inofensiva, caritativa e incluso de gran ayuda en el propio peregrinaje espiritual. A través de una mente purificada, uno puede transmutarse en lo divino.
Manava (humano) puede convertirse en Madhava (Dios).
Pues es el destino y el derecho de todo humano alcanzar esa condición y sumergirse en el Ananda (Bienaventuranza Divina) ilimitado que confiere.
El sendero de la devoción limpiará la mente.
Todas las religiones ponen énfasis en la importancia de la devoción y de la dedicación al Supremo Soberano. Los medios para alcanzar esa etapa pueden ser diferentes; la descripción del éxtasis que uno puede experimentar en la etapa final y a lo largo de todo el sendero puede ser diferente, pues está más allá de todo intento de descripción. Bhakthi maarga (sendero de la devoción para alcanzar la liberación), que es sólo otro nombre para esta devoción y dedicación, seguramente limpiará la mente.
Y la mente será iluminada en divinidad.
El hombre ha caído en la ignorancia, el egoísmo y la codicia, porque ha olvidado su verdadera naturaleza, la cual no es afectada por la pérdida o el dolor. En verdad, el hombre es la encarnación de todas las grandes virtudes –amor, paz, rectitud y verdad–. No se ha dado cuenta de esto; corre detrás de bajos placeres vulgares, y de esta manera se enreda en la falsedad, la injusticia y la violencia. Se tiene que curar de éstas mediante los remedios de thyaga (sacrificio voluntario) y yoga (renunciación y auto-control). Y, junto con estos remedios, tiene que regular su forma de vivir y seguir el régimen de la fe y de la devoción.
Al igual que la manteca es inherente a la leche, Dios está inmanente en el universo. Cuando es batida, la manteca se separa y se hace reconocible. Así también, mediante el amor y la disciplina de la recitación del Nombre, Dios puede ser concretizado.
Los templos en las aldeas son los lugares donde tal concretización ha sido efectuada. El templo es para la aldea lo que el corazón es para el cuerpo. De hecho, el templo es concebido sobre la base del cuerpo, siendo el templo que el hombre lleva consigo. Un cuerpo sin corazón, una aldea sin templo y un tanque sin agua, los tres carecen de sentido y de valor. Así deben mantener y promover el templo en vuestra aldea, tan cuidadosamente y tan constantemente como atienden a vuestro propio corazón y a su condición.
Cuando eructan, obtienen el sabor del alimento que han comido; la calidad del pan depende de la calidad de la harina; según sea la firmeza en la fe, así es la devoción; según sea la devoción, así es la realización. Según sea vuestro sadhana (esfuerzo espiritual), así será la verdad que les sea revelada.
Brindavan, 15/11/1973.
La religión constituye las tres cuartas partes del carácter.
Solamente aquellos que preservan el carácter pueden ser considerados verdaderamente religiosos.
Sri Sathya Sai