Discursos dados por Sai Baba
{SB 16} (32 discursos 1983)
18. 24/07/83 A la Divinidad mediante el servicio
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 18 )
A la Divinidad mediante el servicio
24 de Julio de 1983
Las escrituras dicen que este cosmos está sostenido por un fragmento de la Divinidad (“Ekamshina sthitham Jagath”). La Divinidad impregna al universo. Los rayos del sol no podrían existir sino hubiera sol; el universo no podría existir sin Dios. Decimos que allí hay una olla, un cuadro, un tanque, etcétera. La palabra básica de tales aseveraciones, “hay”, proclama la existencia de Dios.
Los cinco elementos básicos que constituyen los factores primarios en la creación están presentes en todo el universo. Si estos cinco elementos, que son producto de la creación, poseen ese poder ilimitado de presencia a lo largo de todo el universo, ¿cómo podemos dudar de que el Creador sature todo cuanto existe en el universo?
El primero de los cinco elementos básicos es prithvi (la sustancia de la tierra). Ella es la base sobre la cual todo descansa: montañas, bosques, ríos, océanos, ciudades y pueblos. Aunque la Tierra está en continua rotación, mantiene en posición todo lo que descansa sobre ella. Sin embargo, ¿cuál es la base sobre la que la Tierra gira de tal modo? Es el principio divino, la voluntad divina inmanente que regula su función. El segundo elemento es ap (agua), que también está presente en todo el espacio, ya sea de modo patente o latente.
Todas las religiones aceptan la omnipresencia de Dios
El tercero, agni (fuego), también es omnipresente. En efecto, todos los seres vivientes funcionan a causa de la existencia de jathharagni (fuego “digestivo”) latente. El fuego está presente aun en los objetos inanimados, como las piedras. ¿De qué otra manera podría producirse fuego al frotar dos de ellas?
El cuarto elemento es el aire. Aunque no esvisible, su presencia puede advertirse en la brisa y en la tormenta. En los seres vivientes existe como la fuerza interna vital. El quinto elemento es akasha (espacio). Este éter está presente en todas partes. Por ello los Upanishads lo califican como el elemento más penetrante y extendido.
Cuando se comprende la naturaleza de estos cinco elementos básicos que constituyen el universo creado, no hay necesidad de argumentos para entender la verdad de Prahlada que se cita en el Bhagavata: “No dudes de que Dios está en tal o cual parte y no en otra; lo encontrarás dondequiera que lo busques”.
Las personas inconcientes de la omnipresencia de Dios desarrollan antagonismos entre ellas con base en la religión, la casta o la raza. Todas las religiones han aceptado la infinitud y la omnipresencia de Dios. Siendo así, resulta extraño que aun aquellos que aceptan esta verdad muestren una mentalidad tan estrecha, pues el odio entre personas que profesan religiones diferentes conduce finalmente a la destrucción de la fe en la propia religión. Aquellos que propenden a la destrucción de la religión son completamente insensatos. Lo que tiene que destruirse es la intolerancia religiosa, no la religión misma.
Respeten las creencias y prácticas de los demás
Despreciar la religión de otras personas por amor a la propia religión equivale a demostrar el amor a la propia madre denigrando a las de otros. El individuo debe estar conciente de que otras personas tienen la misma consideración y devoción por sus creencias que uno tiene por las suyas. Mientras cultivan apego por su religión, los jóvenes deben respetar las creencias y prácticas de todos los demás.
Éste es un ejemplo de intolerancia: los Vedas dicen que la Divinidad lo impregna todo en el universo, “Isha avasyam Idham Sarvam” (Dios reside en todo esto). Con fe en esta declaración, la gente de Bharat reverencia a los árboles, hormigueros, montañas, ríos e incluso a las serpientes. Algunas personas interpretan como ciega superstición esta actitud sagrada hacia todas las cosas de la creación. El obvio disparate de esta postura dual no afecta a quienes creen en la omnipresencia divina.
El impulso de la mente que anima a los sentidos es más fuerte que los mismos órganos de los sentidos. Los ojos, por ejemplo, son simplemente instrumentos de la vista, pero la vista misma es un poder superior a ellos. De modo parecido, el poder de oír es mayor que el simple oído. La mente es superior a los órganos de los sentidos y budhi (intelecto), el poder de discernimiento, es superior a aquélla. Sobre budhi está el animador principio de vida, el jiva. Arriba de jivatma (el alma individual) está el Paramatma (alma suprema). Entre el individuo y la Divinidad se encuentra el velo atractivo y engañoso de maya. Cuando cae este velo, el ser individualizado y el Ser universal omnímodo se vuelven uno.
Cuando la mente se vuelve de los sentidos hacia el budhi para su iluminación, empieza a fluir ananda (bienaventuranza divina) y la gloria del Atma se revela. El budhi propicia la búsqueda interior. Mientras que los órganos de los sentidos –los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel– se abren hacia los objetos externos, la verdadera disciplina espiritual consiste en dirigir la visión hacia adentro, es decir, nadar contra la corriente. Rara vez se advierte cuán cerca está la meta de la autorrealización una vez que los órganos de los sentidos se han vuelto hacia adentro.
Todo acto de servicio es servicio a la Divinidad
Los estudiantes deben comprender la importancia del servicio para realizar a la Divinidad. El servicio hace que la vida adquiera sentido y propósito. El primer requisito es la eliminación del ego; la gracia divina y el poder que confiere pueden adquirirse llevando a cabo el servicio a la sociedad con espíritu desinteresado.
¡Estudiantes!: excepto la gracia de Dios, ninguna otra cosa permanecerá con ustedes para siempre. Desarrollen la fe en esta fuente de fortaleza y apoyo que nunca falla. El célebre luchador “King Kong”, que pudo detener un automóvil en movimiento, murió en un accidente de automóvil. Ello revela las limitaciones del poder muscular. ¡Cuántos reyes han abandonado la tierra sin dejar traza de su riqueza y su poder! No pospongan el cultivo de la devoción a Dios. Empiecen sirviéndolo por medio del servicio a sus semejantes. Todo acto de servicio, por pequeño que sea, es servicio a la Divinidad. Demuestren mediante la actitud reverente, el servicio desinteresado, la veracidad y la integridad, que persiguen los ideales que sostienen las instituciones educativas Sathya Sai.
Inauguración del programa de servicio social de los estudiantes del Instituto Sathya Sai, Prashanti Nilayam, 24-7-83.