Discursos dados por Sai Baba
{SB 04} (52 discursos 1964)
17. 16/04/64 Su dirección residencial
16 de Abril de 1964
Mallesvaram
El Comité de Sabiduría Télegu de Bangalore ha hecho una acción encomiable al reconocer la grandeza y el espíritu de servicio de estos pandits que están propagando, bajo los auspicios de la Academia de Sabios Védicos de Prashanti, las disciplinas prácticas establecidas por los Vedas y los Shastras, que son invaluables obras de espiritualidad para la humanidad entera. Shastra significa «lo que ordena o manda» o «que instruye con autoridad». Esas escrituras no los obligan a actuar según lo que ordenan, pero les recuerdan su valor y su deber.
Existe hoy en día una gran necesidad de este recordatorio; la divinidad del hombre ha sido realmente olvidada. Una vez resplandeció y brilló en la vivencia; pero ya no inspira al individuo con sublime confianza. La Madre Veda ha sido abandonada; en su lugar, falsos y engañosos guardianes han entrado en el corazón de la gente.
El shastri Suryaprakasa, en su discurso sobre el papel de Surya de acuerdo con los Riks védicos, mencionó que el sol (Surya) es la fuente, el sostén y también el silencioso verdugo de la vida; pero no mencionó el papel, muchísimo más importante, jugado por el sol interno, el intelecto o budhi, en la vida del individuo y en la vida social. El sol nació del ojo del Purusha, dice el Purusha Suktha. El intelecto ilumina la visión (drishti). ¿Cuál es el ojo del que se habla? Es el del conocimiento o de los Shastras, que está provisto de la visión correcta.
Los Shastras los llevan a la realidad, fácilmente y sin vacilación. Han oído que la gente dice, al apuntar a la delgada luna creciente en el cielo: «¡Miren! Allí, justo encima de esa mata de mango, un metro a la izquierda del pararrayos, en aquella punta». Ése es justo el tipo de ayuda que dan los Shastras acerca de lo Universal y de lo Absoluto. Tienen que hacer pasar su visión por el árbol y por la punta del pararrayos y ver la luna ustedes mismos. Los Shastras los guían hacia la verdad en etapas fáciles.
Es duro el trabajo de conocer su propio ser. Tomen por ejemplo el caso del alimento que comen: lo sienten en su estómago y después ya no experimentan lo que sucede con él en cada etapa. ¿Cómo podrían entonces conocer, sin adquirir los medios especiales para ello, la verdad que está detrás de las envolturas que los cubren y contienen: la envoltura del alimento (annamaya), la del aliento (pranamaya), la de la mente (manomaya), la del conocimiento (virrianamaya) y la de la bienaventuranza (anandamaya)? Limpien su intelecto o poder intelectual (dhisakthi) de las telarañas del ego, del polvo del deseo, del hollín de la codicia y la envidia y hagan de él un instrumento apropiado para revelar la forma real, la verdad interna. Conózcanse, conozcan al motivador interno: ésa es la exhortación de las escrituras de todas las religiones, pues a menos que estén armados de ese conocimiento, son como un barco sin timón que navega en un mar tempestuoso.
Debo decirles que la erudición en los Shastras no los ayudará; la erudición es algo sumamente peligroso porque los hace conscientes de su ego en todo momento en vez de ayudarlos a dominarlo. Si ven filas de frascos de medicamentos en una habitación, pueden concluir que el dueño es un enfermo crónico, adicto a las drogas. Así también, si ven en los estantes de un hombre apretadas filas de libros, pueden concluir que es un inválido crónico que sufre de duda, desesperación y confusión y que es adicto a esas drogas, ¡que él cree que lo van a curar! Como todos los inválidos, estos hombres comenzarán a dar, a la menor provocación, tediosos recuentos de sus enfermedades y los medios con que han tratado de curarse.
La falta de una fe firme es lo que lleva a la gente a las drogas y a los libros. Hay una historia acerca de Radha y de su fe en Krishna Los mayores de Brindavan, que se deleitaban en hacer escándalos acerca de Krishna —aun ahora han nacido sucesores de aquéllos—, organizaron un juicio público a Radha para probar su virtud. Le dieron una vasija con cien orificios y le pidieron que con ella acarreara agua del Yamuna hasta su casa. Ella estaba tan llena de la presencia de Krishna que nunca se dio cuenta de las condiciones de la vasija; la sumergió en el río repitiendo, como acostumbraba, el nombre de Krishna durante la inspiración y la espiración. Así, cada vez que pronunciaba el nombre de Krishna los orificios se tapaban uno por uno, de manera que cuando la vasija quedó llena, ¡ya estaba de nuevo entera! Tal era la medida de su fe. La fe puede obrar aun sobre objetos inanimados.
Los antiguos han establecido un camino real para cultivar el espíritu y alcanzar la verdad con él como instrumento. ¿Por qué andar vagando por los espinosos yermos o los fangosos atajos? Practiquen el sadhana de la repetición del nombre y de la meditación tal como se prescriben; aprendan de estos pandits y de cualesquiera otros que hayan tenido una vivencia real de Dios. Hagan adoración, repitan el nombre divino con rosarios, etcétera, pero sólo hasta que puedan hacer esfuerzos mayores. Deben ofrecer al Señor no las flores que en las plantas crecen. Eso premiaría a la planta, no a ustedes! El Señor quiere ofrecerles el loto que florece en el lago de su corazón, el fruto que madura en el árbol de Su existencia terrenal, no el loto y la fruta disponibles en el mercado! Es posible que pregunten- «¿Dónde podemos encontrar al Señor?»
Bueno, Él ha dado su dirección, en el capítulo 18, Slokha 61 del Bhagavadh Gita. Búsquenlo y anótelo. Ishwarassarvabhoothaanaam hriddese, Arjuna, thisthathi ‘— «O Arjuna, el Señor reside en el corazón de todos los seres. «Ahora, después de saber esto, ¿cómo puedes despreciar a cualquier ser viviente o cómo deleitarte con odiarlo o disfrutar ridiculizandolo? Cada individuo carga con la presencia divina, impulsado por atributos Divinos.
Amor, honor, amistad -es lo que cada uno merece de ustedes. Dénselos en plena medida.
La Gracia del Señor no puede ser ganada pretendiendo vairaagyam (desapego) o solo con un grano de vivekam (discriminación). Conocer y actuar; darse cuenta, experimentar; ese es el camino duro. Entrégenlo a su voluntad.
La vida es un gran Yajña (ritual védico de sacrificio) . Permitan al Señor presidirlo. No lo ignoren. Esto no es una Bhoga-bhûmi (tierra de goce), es Thyaagabhuumi, Yogabhuumi, Karmabhuumi (tierra de sacrificio, unión con Dios y acción devocional). Vean cómo aun la lluvia que amenazaba empaparlos y perturbar la reunión se apartó. Cuando partì de Whitefield algunas personas, dijeron, «No puede haber ninguna reunión esta tarde, llovera mucho en Bangalore también». Yo les dije:» Nunca ha interferido la lluvia en las reuniones en las que he hablado «. Las nubes se disiparon en un vendaval refrescante, que se esparció sobre las flores perfumadasde esta hilera de árboles, eso es todo.
Tengan ese amor, ese espíritu de trabajo unido, y la oración y les aseguro que Raamaraajya (reino de Lord Rama) se establecerá en esta tierra.