Discursos dados por Sai Baba
{SB 24} (30 discursos 1991)
16. 30/05/91 La difícil situación humana y lo Divino
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 24 cap. 16 )
La difícil situación humana y lo Divino
30 de Mayo de 1991
Las normas sociales se han desvanecido; el contento entre los hombres ha desaparecido; el carácter y los valores morales se han hecho añicos; la condición humana ha sido degradada.
¡Queridos estudiantes! El alimento es esencial para todos en el mundo. Entre las necesidades de la vida, el alimento aparece primero. Sin embargo, el hombre no puede estar satisfecho sólo con alimento. Un estómago lleno no satisface plenamente a la mente. El hombre no puede meramente descansar habiendo satisfecho su apetito. Tiene que moverse y dedicarse al trabajo.
Mientras uno hace su trabajo, tiene que preguntarse:
“¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué lo estoy haciendo y de qué modo? Cuando se haga estas preguntas, podrá encontrar sentido a su trabajo y obtener alegría de él. De este modo, reconocerá el propósito y el valor de lo que está haciendo.
Al darse cuenta de lo que es bueno en sus acciones, hace que esto forme parte de su vida. Experimenta la alegría derivada de sus acciones y comparte esa alegría con otros.
El poder del mantra en el Taitiriya Upanishad Éste es el mensaje principal del Taitiriya Upanishad. Comenzando con el alimento, obtener bienaventuranza es el objetivo final de la vida. El Taitiriya Upanishad es una sección del Krishna Yajur Veda. Es un antiguo Upanishad. Todo en él se encuentra en la forma de un mantra (una fórmula sagrada). Mantra no significa meramente expresiones sagradas como “Om Namashivaya” u “Om Namo Narayanaya”. “Manana trana samhitam iti mantrah” (Mantra es aquello que redime mediante su contemplación). Mantra es aquello que queda establecido en la mente a través del proceso de contemplación. En este Upanishad, cada expresión tiene el valor de un mantra. Cada palabra está llena del poder del mantra.
“Sathyam vada. Dharmam chara” (Digan la verdad; practiquen la rectitud). “Om iti Brahma” (Om es Brahmán). “Sathyam, Jñanam, Anantam Brahma” (La Verdad, el conocimiento, todo es Brahmán). “Ekam Sat; Viprah bahudha vadanti” (Lo Real es Uno; los sabios lo llaman por muchos nombres). “Ekoham bahusyam” (Yo soy Uno; deseo volverme muchos). “Eko vasi sarvabhuta antaratma” (El Uno es el Morador Interno en todos los seres): estas declaraciones aforísticas adquirieron la forma y el poder de mantras, se difundieron por todo el mundo y generaron bienaventuranza en los hombres al elevar sus conciencias.
Este Upanishad posee otra característica notable. Los otros Upanishads son pertinentes para ciertas categorías específicas de personas. Sin embargo, el Taitiriya Upanishad es válido para los célibes, los jefes de familia, los renunciantes y los ascetas por igual en su mensaje y en su aplicación práctica. Así, es pertinente y de interés para cada ser humano. Sus enseñanzas son esenciales para las personas de los cuatro asramas (etapas de la vida).
Las cinco clases de Fuego Hay otra importante sección que trata sobre los Panchagnis (los Cinco Fuegos). Hay cinco clases de Fuego: Udara-Agni, Manda-Agni, Kama-Agni, Soka-Agni y Badava-Agni. Udara-Agni se refiere a la sensación quemante causada por el hambre (fuego en el estómago). Manda-Agni se refiere a la sensación quemante causada al comer excesivamente, dando por resultado la indigestión. Kama-Agni es la agonía ardiente en la mente, causada por numerosos deseos y pasiones. Soka-Agni no se refiere únicamente al pesar devorador causado por las decepciones y las pérdidas. También alude a la pena abrasadora que uno siente cuando anhela a Dios, sediento de experimentar la unidad con lo Divino.
El Bhagavad Gita es una escritura que puede ser aceptada por personas de todos los credos. El primer canto se titula Vishada- Yoga (el Yoga del Desaliento). ¿Qué es este Vishada?
¿Se refiere a alguna preocupación mundana? ¿Es desaliento por el destino de los parientes y amigos? ¿Puede tal pesar ser descrito como una forma de yoga? ¿Este pesar no se asocia con deseos mundanos o relaciones humanas? El pesar de Arjuna surgió a causa de una preocupación por el Dharma (Deber) y por Dios. Él se dio cuenta de que en la guerra (que estaba por librarse) muchos morirían. Como consecuencia de estas muertes, el Dharma (la rectitud) sufriría un golpe mortal. Habría confusión de castas. Debido a su preocupación por el Dharma y su fe en Dios, Arjuna se sentía apesadumbrado. Su pesar se volvió una forma de yoga (búsqueda de comunión con lo Divino).
Del mismo modo, este Soka-Agni no es un pesar ardiente por la falta de posesiones mundanas. Es un pesar que se siente por el Dharma y por Dios.
Badava-Agni es el sentimiento ardiente causado en una persona por las enfermedades graves y la muerte.
Estas cinco clases de “fuego” están relacionadas con condiciones físicas. No tienen relación con el Atma (el Espíritu), que es diferente del cuerpo. El Espíritu es un testigo de todas las experiencias que resultan de estas cinco formas de fuego. Utilizando estos cinco fuegos como experiencias de las que el Espíritu es testigo, los Upanishads revelaron la verdad que subyace en los fenómenos físicos.
Cuatro clases de seres humanos Hay otro secreto interno que ha de ser reconocido en este contexto. Los seres humanos se clasifican en cuatro categorías.
Daiva (Divinos), Manava (Humanos), Danava (Demoníacos) y Pasutva (Animales). De estas cuatro categorías, la primera es Manava-Daivamu (lo divinamente humano). “Daivam manusha rupena”: lo Divino en forma humana. Esto significa que lo Supremo está presente como Vishnu en el corazón del ser humano.
El ser “divinamente humano” es aquél consciente de la Divinidad que reside dentro de él, que dedica todas sus acciones a lo Divino, reconoce la Divinidad presente por igual en todos los seres, siente amor y compasión por todos los seres vivientes y dedica su vida al servicio de Dios.
Manavamanavatva (lo humanamente humano) requiere de una vida dedicada a Sathya y Dharma. “Sathya Dharma Bhavo martyaha” (Hombre es aquel que está dedicado a la Verdad y la Rectitud). En este mundo de ilusión, un ser humanamente humano es quien tiene su visión puesta en la Verdad y la Rectitud, predica y practica estas dos virtudes y muestra amor y compasión por sus semejantes en la convicción de que ser verdaderamente humano es la marca de un ser humano. Tal hombre practica el Dharma, se dedica a las actividades caritativas, armoniza sus pensamientos, palabras y acciones y lleva una vida sagrada aunque viva como un grihasta (jefe de familia). Cumpliendo con sus obligaciones, se destaca como un ejemplo para sus semejantes.
Las características de una persona demoníaca Luego viene Manava-Danavatva, el ser humano demoníaco.
Surapanodanavah (El ser humano demoníaco es adicto a las bebidas embriagantes). El hombre demoníaco es adicto a la bebida, atormenta a la gente, causa dolor a otros por razones egoístas, carece de amor o compasión y está totalmente inmerso en intereses egoístas. Así describen los Upanishads al ser humano demoníaco.
La cuarta categoría es el Manava-pasutvam (el ser humano bestial). “Jñanena sunyah pasubhisamanah” (El hombre sin sabiduría es como un animal). ¿Cuál es la naturaleza animal?
Quien está totalmente dominado por los sentidos considera el disfrute sensual como el único propósito de su vida, lleva una vida sensual desde el nacimiento hasta la muerte, pasa su tiempo comiendo, durmiendo y olvidando su naturaleza humana básica en esa clase de vida: tal persona ha sido descrita como un animal en forma humana. La cualidad principal que distingue a un hombre de un animal es la sabiduría: el poder de discernir entre lo que es permanente y lo que es transitorio. Un hombre que carece de esta capacidad no es mejor que un animal. ¿Cuándo pierde un hombre esta capacidad? Cuando es egoísta.
Realizar a Dios debería ser l
a meta del hombre La causa correcta para el hombre es seguir la senda de la realización de Dios. Si es incapaz de hacer esto, al menos debería esforzarse por comportarse como un ser humano. Que el hombre se comporte como un demonio o un animal es totalmente opuesto a su naturaleza básica. A causa de que estas tendencias degradantes se han difundido por todas partes en el mundo de hoy, la verdadera condición humana ha declinado.
Como las tendencias demoníacas y animales han crecido en el mundo de hoy, los rasgos genuinamente humanos han declinado.
La moralidad y la integridad han alcanzado su punto más bajo. Las obligaciones sociales han perdido influencia. Los hombres están malgastando sus vidas, sin ninguna conciencia de lo que es la sociedad. Se considera que la sociedad es un conjunto de cabezas. No es así. Sociedad significa la expresión unificada del grupo colectivo. Implica el reconocimiento del deber de cada uno en la comunidad para vivir en armonía con otros. Debe comprenderse que la felicidad individual depende de la sociedad.
El Taitiriya Upanishad contiene un importante mensaje dado por el preceptor a sus discípulos al finalizar su educación en la ermita del preceptor. En este mensaje, se indican dos sendas:
Preyo-marga y Sreyo-marga. Preyo-marga se relaciona con prácticas que darán placer a los sentidos de vez en cuando. Esto es momentáneo, transitorio e irreal. La mayoría de la gente prefiere esta senda de Preyas. Muy pocos procuran seguir la Sreyo-marga (la senda sublime), que confiere el bien permanente e inmutable. La razón es que lleva tiempo cosechar los beneficios. El hombre ansía obtener resultados rápidos y no quiere esperar. Está apurado todo el tiempo. Incluso sus deseos están confinados a los resultados inmediatos. Él desea un buen nombre, un buen ambiente y una vida de disfrute. No busca el conocimiento bueno, la conducta buena o la sensatez, que son los requisitos para seguir la Sreyo-marga. La senda de Preyas (la senda mundana) se interesa por alcanzar nombre, poder y posición temporarios.
No renuncien a la Verdad bajo ninguna circunstancia Llamando a todos sus alumnos, el preceptor solía dirigirse a ellos diciendo: “¡Queridos estudiantes! ¿Cuál es el objetivo principal de la educación? El cultivo de la humildad. El carácter es el aliento vital de la educación”. El capítulo Sikshavalli del Upanishad contiene todas las lecciones que el preceptor quería que los estudiantes tuvieran presentes cuando salieran al mundo.
Entre ellas había preceptos tales como “¡Matru devo bhava! ¡Pitru devo bhava!” (Adoren a la madre como a Dios. Adoren al padre como a Dios). La veneración hacia los padres viene primero.
Se les ordenaba que no renunciaran a la verdad bajo ninguna circunstancia y que no desecharan la rectitud en ningún momento.
Gracias a estas enseñanzas, los estudiantes de aquellos días estaban llenos de ideales elevados y se sentían inspirados a llevar vidas ejemplares y sagradas. Desafortunadamente, la educación de hoy tiende a deshumanizar a los estudiantes.
Mientras desarrolla sus habilidades intelectuales, nada hace para desarrollar en ellos buenas cualidades.
Todo lo que ha logrado el “progreso” del que se hace tanto alarde en educación es una declinación de la moralidad y un desprecio por los maestros.
Cultiven amor por sus semejantes Los estudiantes tienen que superar sus ideas estrechas y egoístas y desarrollar una visión universal. Deben esforzarse por ampliar la conciencia individual para comprender lo Universal, reconociendo que el Espíritu que habita en todos los seres es el mismo Espíritu Cósmico: “Ekatma Sarvabhuta antaratma”.
Cuando todos posean esta conciencia de unidad, el mundo experimentará paz y prosperidad.
Para comenzar, cultiven amor por sus semejantes. Si un hombre no puede amar a su padre, su esposa, sus hijos o sus semejantes, ¿cómo va a amar a Dios? El amor no es algo que aumenta y disminuye. Es inmutable. Debe extenderse más y más hasta abarcarlo todo. Tal amor es Divino. El amor es Dios.
Vivan en amor.
Discurso en el Auditorio del Instituto en Brindavan, el 30 de mayo de 1991