Discursos dados por Sai Baba
{SB 17} (31 discursos 1984)
16. 14/07/84 Límite a los deseos – II
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 17 cap. 16 )
Límite a los deseos – II
14 de Julio de 1984
Hemos emprendido tareas de varias magnitudes y descripción. Antes de embarcarnos en la ejecución de estos programas, debemos hacernos tres preguntas. Primero: ¿Para el bien de quién estamos emprendiendo estos programas? Segundo: ¿Para qué fin? Tercero: ¿Cómo vamos a ejecutar estos programas? Puede haber tres preguntas diferentes, pero la respuesta es una. Si lo examinamos en profundidad, la respuesta a la primera es: “Todo para nuestro propio bien”. La respuesta a la segunda es: “Para nuestra propia felicidad y alegría”. La respuesta a la tercera es: “Los resultados de nuestro trabajo dependerán de lo que hagamos. Si hacemos algo bueno, el resultado será bueno, si hacemos algo malo, el resultado será igual”.
En este mundo no es posible hacer uso de nada sin transformarlo de una forma u otra para hacerlo útil. No pueden tener arroz comestible sin quitarle la cáscara y convertirlo a granos de arroz y luego cocinarlos. Similarmente, no pueden tener una tela sin transformar el algodón a hilo y luego tejerlo en la tela. Asimismo, un ser humano necesita de una transformación con respecto a tres cosas: la primera es la transformación corporal; la segunda, pertenece a la mente y la tercera, es relativa al Âtma. El Âtma o Alma Divina es incambiante. Sólo este cuerpo y la mente requieren transformación. ¿Cómo ocurre la transformación? Por ejemplo, si preguntamos si la plata o la piedra pueden volverse Dios, la respuesta es ‘SÍ’.
No estamos conscientes de nuestras impurezas internas
Cuando un escultor convierte un trozo de roca en una bella imagen para ser adorada en un templo, lo que estaba inerte y sin valor se vuelve sagrado. Esto es transformación. Similarmente, una estatua hecha de plata se vuelve un objeto de adoración. De la misma manera, todo lo mezquino y mundano puede ser transformado con el curso del tiempo en algo sagrado y divino. Esa es la transformación necesaria para el hombre.
Tomen, por ejemplo, el cuerpo. Es una entidad que aloja mucho de malo y de indeseable. Externamente tenemos gran cuidado del cuerpo por medio de baños y limpieza. Estamos conscientes de la impureza externa y tratamos de librarnos de ella. Pero, ¿estamos conscientes de las impurezas internas? ¿Cómo las purificamos? Para esta purificación interna, debemos adquirir pensamientos sagradas y realizar actos sagrados.
Tenemos los conceptos del ser individual (jîva) y del ser divino (deva). El hombre está compuesto de tres cualidades o gunas: sattva, la serenidad, rajas, la inquieta actividad y tamas, la inactividad o inercia. Mientras formen parte de estos tres gunas, son un jîva. Una vez que han trascendido estas tres cualidades, se vuelven deva.o Dios. Los tres gunas son como la cáscara que cubre el arroz sin descascarar. Cuando le quitan la cáscara se vuelve arroz. Cualquier cosa que hagamos, cualquier acción que emprendamos, si están permeadas con pensamientos centrados en Dios, se vuelven sagradas. Hoy en día, en nuestras actividades de servicio, no tenemos este elevado sentido de dedicación. Debemos librarnos del pensamiento de que las actividades de seva son hechas para otros. Deben comprender que son emprendidas para su propio bien y para su propio mejoramiento.
De cuatro maneras debemos tratar de cambiarnos
En el Vedânta, esta identificación de nosotros mismos con otros se llama maitrî. En las actividades de servicio, debemos desarrollar maitrî (amistad, amabilidad). Otra actitud que debemos desarrollar es karunâ (compasión). La tercera se llama mudita (contento, alegría) y la cuarta se llama upeksha (indiferencia por los resultados).
¿Qué es maitrî? Comúnmente se iguala a amistad. En el sentido mundano esta amistad es una relación mutua. La verdadera amistad está en considerar las comodidades o alegrías o aflicciones de otras personas como las suyas propias. Tenemos un ejemplo, en el Ramayana en la relación entre Rama y Sugriva. Su amistad estaba basada en el hecho de que cada uno podía experimentar el sufrimiento del otro como el suyo propio. El lazo de amistad se crea cuando reconocen un compartir de experiencias comunes a ambos.
¿Qué es karunâ? El ver a una persona afligida y expresar su simpatía verbalmente no es compasión. La compasión debe expresarse en acción para aliviar el sufrimiento. Ni debe adoptarse una actitud de indiferencia en base al argumento de que cada uno está sufriendo debido a su propia insensatez. Aunque el sufrimiento pueda deberse a los propios errores – errores a los cuales todos estamos sujetos – debemos buscar cómo remediar tal sufrimiento de la misma forma como tratamos de librarnos de nuestro propio sufrimiento. Algunas personas tratan de mostrar su simpatía estableciendo instituticiones caritativas como hospitales, etc.
La verdadera compasión debe emanar del corazón. No debe encontrar expresión en manifestaciones externas que sólo revelan la propia vanidad. En las organizaciones Sathya Sai no hay lugar para tales demostraciones de vanidad. Todo lo que se haga para ayudar a los pobres o los sufrientes debe estar basado en sentimientos que vienen del corazón y que sean atractivos para los corazones de aquellos a quienes se ayude.
El proceso para librarse de la esclavitud
Luego viene mudita. Esto significa adquirir paz mental por medio del cultivo de la ecuanimidad en la experiencia del honor y el deshonor, de la alabanza o la calumnia, la pérdida o la ganancia, la alegría o la aflicción. Estos pares de opuestos deben considerarse como cosas que vienen y se van, como nubes pasajeras. Cada servidor voluntario (sevak) debe desarrollar tal ecuanimidad de mente.
El cuarto requisito es upeksha. Apeksha o el apego por los frutos, es lo que ata al hombre. Upeksha o la indiferencia por los resultados, libera al hombre. Apeksha significa involucrarse con asuntos mundanos. Upeksha significa librarse de estos. Tomen el ejemplo de una calabaza. Una calabaza verde, cuando se coloca en agua, se hunde. La calabaza tiene mucha agua dentro y cuando es colocada en agua se hunde. La misma calabaza, cuando está seca y no tiene agua dentro, flota sobre el agua. ¿Cuál es la razón? En primer lugar, la calabaza tiene amistad por el agua y hace al agua parte de su propio ser. Similarmente, cuando son mundanos ustedes mismos y se mueven en el mundo, están atados a él. Cuando se libran de los apegos mundanos van hacia la divinidad y se libran de la esclavitud por el mundo. El proceso de “liberarse” es lo que se llama upeksha.
Cuando están atados al deseo (kâma) no pueden obtener a Râma
En el Ramayana, cuando Rama decidió ir a la selva, Sita quiso acompañarlo y renunció a todas sus posesiones. Fue al abandonar su apego por las posesiones fue que pudo obtener a Rama. Pero, cuando en la selva, ella desarrolló deseo por la gacela, quedó separada de Rama. Primero, cuando ella eliminó el deseo por las posesiones, se hizo una con Rama. El significado de este episodio es que mientras estén atados a los deseos (kâma) no pueden esperar obtener a Rama o Dios.
Esto no significa que deben renunciar al mundo. Viviendo en este mundo, deben establecer un equilibrio entre la vida mundana y la vida espiritual. La vida del hombre es como oro en su estado nativo, asociado con la tierra, que es impura. Es impuro en las etapas iniciales. Cuando comiencen a purificar sus pensamientos, palabras y acciones, buscando buenos contactos y cultivando nobles ideas, ustedes se transformarán. Este es el proceso de upeksha.
Más que las penalidades (tapas) o la meditación (dhyâna), el servicio a los demás es el medio por el cual uno se transforma. Al prestar servicio, deben ser movidos por una genuina preocupación por aquellos a quienes sirven. Deben tratar de averiguar la causa de su sufrimiento y tratar de removerla. Sólo entonces pueden hacer un servicio desinteresado apropiado. Una simp
atía o caridad momentánea o el competir con otros para exhibir la propia generosidad no es un verdadero seva. Si al hacer servicio, tratan de hacer algo que está más allá de su capacidad, es una señal de su ego. Si dan menos de lo que pueden, entonces son como ladrones (negando a otros lo que les corresponde). Deben usar el discernimiento en su servicio. Deben considerar el servicio como un esfuerzo espiritual (sâdhana).
No hagan servicio para complacer a otros
Deben creer que el servicio es un camino hacia la realización en Dios. Estas actividades deben emprenderse no por el bien de Sathya Sai o ni siquiera por el bien de la sociedad. Son pura y esencialmente por su propio bien. Es para transformar sus propias vidas que emprenden el servicio. Por medio del servicio pueden cosechar los frutos de la repetición del nombre y de la meditación. Haciendo a sus semejantes felices están haciendo feliz a Dios mismo.
El servicio que hagan no deben hacerlo por un sentido de compulsión o para complacer a otros. Debe ser hecho de pleno corazón y espontáneamente. Al organizar actividades de servicio no intenten comparar un estado con otros. Porque algunos estados han hecho algún trabajo en algunos pueblos, no deben sentir que deben hacer lo mismo. Hagan lo que ustedes sientan es su deber y lo que es necesario para las áreas en las cuales están trabajando. Háganlo con todo su corazón sin compararse con los demás.
Tenemos el programa conectado con los Límites a los Deseos. Deben tomar conciencia de que este programa no ha sido iniciado para recoger fondos. El objeto del programa es para impedir el desperdicio del dinero, tiempo, alimento u otros recursos y para usar todos éstos para el bienestar de la gente. El dinero que se ahorra no necesita ser guardado para las Organizaciones Sathya Sai. Puede ser usado de la mejor manera que escojan para beneficio de otros. No malgasten el tiempo. El tiempo perdido es vida perdida. El tiempo es Dios. Santifiquen todo el tiempo a su disposición emprendiendo actividades de servicio en un espíritu puro y desinteresado.
Las metas del programa de “Límite a los Deseos”
Hoy en día malgastamos el tiempo en cosas innecesarias e indeseadas, en habladurías innecesarias y realizar acciones carentes de sentido. En todas estas acciones estamos sacrificando el cuerpo al tiempo. En lugar de ello debemos tratar de hacer que el tiempo sea nuestro sirviente. Significa pasar nuestro tiempo en buenos pensamientos y buenas acciones. Cada segundo de su existencia diaria deben preguntarse: “¿Estoy comiendo sólo lo que necesito o de más? ¿Estoy malgastando alimentos?” Asimismo con respecto al dinero: “¿Estoy usando este dinero para mis propias necesidades egoístas o para promover mi nombre y mi fama, o para satisfacer mi ego y vanidad?” Una vez que empiecen a buscar respuestas a estas preguntas, no hay mayor práctica espiritual.
Éstas son las metas del programa “Límite a los Deseos”. Nunca ha sido propósito de este programa el recolectar dinero para las Organizaciones Sathya Sai. El objeto fue alentarlos a compartir su dinero con otros, para darles una oportunidad de utilizar sus recursos sobrantes para algún propósito bueno y noble que santifique sus vidas.
Una persona recibe tres tipos de fuerza: fuerza física, fuerza mental y el poder del dinero. Se ha dicho que todos éstos deben ser ofrecidos en sacrificio (yajña). Este sacrificio no es ofrecido a Dios. Dios, quien les ha dado el cuerpo y la mente, no los necesita para sí. Dios es también la fuente de todas las riquezas. ¿Qué es lo que Él pueda desear con su riqueza? Úsenla para fines sagrados. El programa de servicio es únicamente para proveerles oportunidades de hacer que sus vidas sean sagradas y merecedoras. Es para que desarrollen el espíritu de sacrificio.
Comprendan el propósito básico de todas las actividades de servicio
¿Estaba más allá del poder de Rama el descubrir a Sita en Lanka por Sí mismo? ¿Qué necesidad tenía Él de enviar a Hanuman? Rama quería que él fuera a la búsqueda para mostrar al mundo la devoción, firmeza y fe de Hanuman. Es un caso de gracia por parte de Rama. De la misma manera, si Sai quisiera hacer tantas cosas Él mismo, Él puede hacer cualquier cosa. Este esfuerzo no es por el bien de Sai. Es hecho a través de estas organizaciones de servicio para que los miembros de la organización tengan la oportunidad de hacer servicio y de redimirse. Traten de entender la verdad básica de que estos medios de servicio les han sido proporcionados para que obtengan un buen nombre para sí mismos y no para el bien de Sai.
Si la gente tiene nociones equivocadas acerca del programa de servicio, esfuércense por remover sus dudas y expliquen los verdaderos propósitos. Por ejemplo, algunas personas dicen que es debido a las Celebraciones del Sexagésimo Aniversario que se han embarcado en este proyecto de “Límite a los Deseos”. Esta es una noción equivocada. Díganles a estas personas que no es así. Sathya Sai no necesita nada y Él no les pide nada a ustedes. Nuestra idea es que debemos emprender algún programa de desarrollo para que los pueblos pueden beneficiarse. La idea es ahorrar el dinero que ahora se está malgastando de una forma u otra, para que pueda ser puesto a disposición para hacer algo bueno. Por encima de todo, el propósito de todas las actividades de servicio es efectuar una transformación del estado humano al estado de divino. Llenen su corazones con lo Divino. Entonces habrá significado en su servicio voluntario.
El Mandir, Prashanti Nilayam, 14 julio 1984
La cultura bharatiya ha enfatizado las maneras válidas en las cuales uno debe gastar su energía y dinero para el servicio de los desposeídos, de los enfermos, de los hambrientos, de los analfabetas, de los sin techo, de los sin ropa.
La cultura bharatiya condena el gastar energía y dinero en pompa, en venganza, en facciones competitivas, en triunfos materiales. La riqueza es para ser tenida en fideicomiso y usada para promover la hermandad del hombre y la paternidad de Dios.
La cultura bharatiya también establece que nada debe hacerse para dañar la fe en Dios y en su propio ser.
La fe es una planta tierna que necesita todo el cuidado que puedan darle.
Shri Sathya Sai