Discursos dados por Sai Baba – 14. 26/06/87 Enciendan la lámpara en sus corazones

Discursos dados por Sai Baba

{SB 20} (31 discursos 1987)

14. 26/06/87 Enciendan la lámpara en sus corazones

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 20 cap. 14 )

Enciendan la lámpara en sus corazones

26 de Junio de 1987

Una lámpara tiene un poder único que no posee ningún otro objeto.

Desvanece la oscuridad. Por esta razón, los habitantes de Bharat siempre han adorado las lámparas encendidas. Antes de comenzar cualquier acto auspicioso o religioso, se enciende la lámpara ceremonial. Otra notable cualidad de la lámpara es que la llama va hacia arriba, por el camino de Brahmán. El camino pecaminoso lleva hacia abajo.

La luz de la lámpara, sin embargo, solo puede disipar la oscuridad exterior pero no puede hacer que desaparezca la que envuelve el corazón como resultado de los apegos y aversiones traídos de vidas anteriores. Todo el esplendor de las llamas que llenaban Lanka cuando Hanuman la incendió no pudo disipar la oscuridad del corazón de Ravana. Como su corazón estaba lleno de lujuria y odio, la luz no pudo penetrar en él.

Así como una lámpara necesita un recipiente, aceite, una mecha y un fósforo para encenderse, para prender la llama interna necesitan un recipiente con la forma de la renunciación (vairagya), el aceite de la devoción (bhakti), la mecha de la concentración mental y el fósforo de la verdadera conciencia (tattvajñana). Si falta alguno de estos cuatro elementos, la luz del Ser no puede encenderse.

Donde no hay apego no hay temor El mundo actual está inmerso en el temor y el sufrimiento. La única manera de librarse del temor es cultivar el desapego (vairagya).

Donde no hay apego, no hay temor. Solo por medio del desapego y la renunciación puede uno adquirir la capacidad de experimentar la iluminación interna. La renunciación no significa abandonar los bienes y la sociedad, e irse a vivir a la selva. Lo que se necesita es la renunciación a todas las malas tendencias. Esto es yoga.

En el Gita se indican tres caminos. Krishna dijo: “Aquel que trabaja sólo para mí, que me considera su único refugio y está dedicado a mí”. Aquí, ese “aquel que trabaja sólo para mí” no significa prestar servicio a Krishna. El “mí” representa al Ser Cósmico. Puesto que todo en este universo está impregnado de lo Divino, se nos ordena prestar servicio a todos como deber primordial. Todas las acciones deben llevarse a cabo en la sociedad. Deben servir a su país. El individuo, la comunidad y el mundo son los aspectos trinos de la Divinidad. Ignorar alguno de ellos es invitar al fracaso en el objetivo de la vida. La bondad del individuo promueve el bienestar de la sociedad. El bienestar social es la base del bienestar nacional.

Cultivar la renunciación exige practicar ciertos controles y disciplinas.

Debe haber un límite para los deseos. Debemos devolver a la sociedad lo que hemos adquirido por el uso del conocimiento y las habilidades recibidas con la ayuda de aquella. El verdadero sacrificio consiste en compartir con otros la propia riqueza, fuerzas y cualidades, que, de hecho, derivaron de la sociedad.

El debido cumplimiento de las obligaciones es parte de la disciplina espiritual necesaria para obtener la iluminación. No hay que darles cabida a las dudas. Muchas personas están acosadas por dudas de toda clase. Mientras existan las dudas, no puede haber liberación de las ataduras.

El sacrificio lleva a la comunión con lo Divino Los estudiantes deben esforzarse por llevar vidas ejemplares.

Nadie puede dejar completamente de lado las relaciones sociales o las actividades. Por ende, deben dedicar todas sus acciones a lo Divino y, por este medio, desarrollar el sentido de desapego.

Para terminar con el caos y la violencia que imperan en la sociedad actual, deben volverse karmayogis y dedicar todos sus conocimientos, habilidades y energías a la transformación de la sociedad.

La riqueza no es importante. Solo el carácter cuenta. Los placeres sensoriales (bhoga) llevan solo a la enfermedad (roga). Únicamente el sacrificio (tyaga) conduce a la comunión o yoga con lo Divino.

Hoy he encendido la lámpara en la residencia como un símbolo de la luz espiritual que debe encenderse en el corazón de todos ustedes. La iluminación espiritual es tan importante como el conocimiento académico. Todas las demás materias son como ríos que se funden en el océano del conocimiento espiritual.

Durante su carrera, desarrollen la pureza de carácter y cultiven hábitos correctos. Aun en acciones cotidianas, como sentarse, no sean descuidados e indiferentes. Si la espalda está doblada cuando están sentados, el conducto del sushumna nadi que pasa por la espina dorsal se curva y puede causar daño, incluso la pérdida de memoria. La disciplina es fundamental. Eviten las habladurías innecesarias y la asociación que carece de propósito con cualquier persona. Han venido a estudiar, y deben concentrarse en su deber primordial. Esfuércense por hacer felices a sus padres con su conducta y su desempeño, y por darle buena reputación al Instituto.

Solo entonces sus vidas serán ejemplo para otros.

Discurso pronunciado en la inauguración de la nueva ala de la Residencia Estudiantil del Instituto, el 22 de junio de 1987.

No pueden apearse en su marcha hacia Dios. Es un viaje continuo, día y noche, por montañas y valles. Al final del camino, se llega a Dios, y el peregrino descubre que ha viajado de sí mismo a sí mismo.

–Baba