Discursos dados por Sai Baba
{SB 29} (53 discursos 1996)
12. 14/04/96 La búsqueda de la Verdad
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 29 cap. 12 )
La búsqueda de la Verdad
14 de Abril de 1996
¡Encarnaciones de Amor! Los árboles dan frutos, los ríos llevan agua, las vacas dan leche, no por su propio bien sino para el bien de otros. Del mismo modo, el cuerpo es otorgado al hombre para ayudar a otros. (Éste es el significado del shloka sánscrito con el que Swami comenzó Su discurso).
Hoy vemos que la humanidad está agobiada por innumerables problemas y preocupaciones. Ninguna administración o autoridad puede resolver estos problemas. Sólo Dios puede salvar a la humanidad.
Los hombres tienen que desarrollar Atma Vishvasa (fe en el Ser). Así podrán adquirir la Gracia de lo Divino. La humanidad en conjunto está necesitando la Gracia de Dios. Para recibirla, todos tienen que llenar sus corazones de amor, prestar servicio a sus semejantes y redimir así sus vidas. Todos tienen que estar perpetuamente dedicados a la búsqueda de la verdad. En cada pensamiento, palabra y acción debe estar presente esta búsqueda. Verdad no es meramente lo que aparece como un hecho en determinado momento.
Es inmutable y está más allá del tiempo. Al pronunciar la verdad, uno debe tener presente que la misma sea agradable y sana. No debe causar agitación. No debe causarle daño a nadie. La verdad practicada de este modo trascenderá las barreras de casta y credo.
Al tener sus raíces en lo espiritual, es válida universalmente.
¿Cómo ha de emprenderse la búsqueda de la verdad? Debe hacerse una distinción entre verdad, falsedad y hecho aparente. Lo que es aparente en un momento está expuesto a cambiar en otro momento. Además, lo que es aparente quizás no sea la verdad real, como por ejemplo, en el caso del sol que “sale por el Este” y “se pone en el Oeste”. De hecho, el sol no sale ni se pone en absoluto.
Es la revolución de la Tierra sobre su eje lo que produce el fenómeno aparente del sol saliendo y poniéndose.
Cambien su visión Para citar otro ejemplo, el mismo par de ojos mira a diferentes personas: la madre, la esposa, el niño y demás. Aunque los ojos son los mismos, el sentimiento con el que ha de mirarse a cada persona tiene que ser diferente. Se debe mirar a la madre con un sentimiento de reverencia. Se debe mirar al niño con afecto. Se debe mirar a la esposa con cariño. En este caso, la búsqueda de la verdad requiere que se comprenda cómo hay que mirar a cada persona en el contexto de su relación específica.
Al mirar el mundo, el hombre tiene que cambiar su visión. No hay nada malo en la creación. Es la visión del hombre la que tiene que ser rectificada. Los ojos miran cosas buenas y malas, los oídos escuchan palabras dulces o ásperas. Los órganos de los sentidos son los mismos. Es el individuo quien tiene que discernir entre lo que es bueno y lo que es malo, al usar los órganos de los sentidos.
Los sentidos son mal utilizados cuando ustedes miran cosas malas o escuchan conversaciones malignas. Del mismo modo, la lengua es mal utilizada cuando uno se complace en hablar mal en lugar de usarla para cantar el nombre de Dios. Nadie debería permitirse injuriar o criticar a otros.
La búsqueda de la verdad debe estar presente en cada esfera de la vida. No hay necesidad de buscar a Dios. Él está en todas partes. Es el morador interno en cada uno. Como declara el Isopanishath: “Dios es inmanente en todo el cosmos”.
Todos los nombres y formas Le pertenecen a Dios Puede llamarse a Dios por cualquier nombre: Rama, Krishna, Alá o Jesús. El mismo Dios es adorado bajo diferentes nombres.
Los nombres y formas son innumerables. Todos los nombres son Suyos. No hay nombre o forma que no le pertenezca.
“Sathyam, Jnanam, Anantham, Brahma”, dicen las Escrituras.
La Verdad es infinita. Todo está basado en esta Verdad. Hoy, las personas tienen que adherirse a la Verdad. La Verdad es Dios. La respuesta a la pregunta “¿Dónde está Dios?” es: “Él está en todas partes”.
Hoy, el mundo está lleno de odio y discordia. ¿Cuál es la razón?
El sentimiento de lo “mío” y lo “tuyo”. Todos deben tratar de descubrir la naturaleza de su verdadero Ser. Todos responden a la pregunta “¿Quién eres tú?” con la respuesta “Yo soy fulano de tal”. El “Yo” que todos proclaman es Aham, el nombre de Dios. La Divinidad inherente de cada persona se convierte en Ahamkara (egoísmo), cuando se identifica al Ser con el cuerpo. El cuerpo está expuesto al cambio y el deterioro. Se lo debe considerar sólo un instrumento para realizar lo Divino. El proceso de la respiración, que tiene lugar mientras la vida permanece en el cuerpo, proclama a través del mathra ‘So-Ham’ que el individuo es uno con Dios (“Yo soy Él”). Este mantra emana del corazón. En la actualidad, las personas recitan mantras mecánicamente.
El año nuevo es un día sagrado para purificarse a sí mismo Hoy es el día de año nuevo para los Malayalis. Este día es observado generalmente como una ocasión festiva. Pero se lo debe considerar un día sagrado para la purificación del propio ser.
Uno debe librarse de todos los malos pensamientos y llenar la mente de buenos sentimientos. El odio debe ser expulsado. Uno debe cultivar este espíritu de ecuanimidad al enfrentar los altibajos de la vida. Las personas deben contemplar a Dios como la encarnación de la bienaventuranza infinita, Aquel que confiere toda la felicidad, el Señor trascendental, el testigo Eterno en el corazón de todos, el Uno Absoluto, el Ser inmaculado, libre de las tres gunas, y la encarnación pura de la sabiduría suprema. El Señor es descripto como la encarnación de Bhrahmanandham (la Bienaventuranza Braáhmica). Esta bienaventuranza está mucho más allá de la comprensión de los seres humanos. Es bienaventuranza infinita e inmutable. El corazón es la morada de toda la bienaventuranza.
Existe una diferencia básica entre la felicidad mundana y la bienaventuranza Braáhmica. La primera es temporaria y puramente física. La bienaventuranza reside en el Corazón Espiritual del hombre, que se halla en el lado derecho. A partir de este año nuevo, alberguen pensamientos puros y cultiven buenos sentimientos.
Cada uno debería practicar su propia religión con sinceridad.
Un cristiano debería ser un buen cristiano. Un hindú debería ser un buen hindú. Un musulmán debería ser un buen musulmán. Dejen que cada uno sea un verdadero practicante de su religión. Nadie debería criticar u odiar la religión de otro. Los musulmanes no deben odiar a los hindúes y los hindúes no deben odiar a los musulmanes. “Todos son uno. Sean iguales con todos”, declaró Jesús. El único Dios es común a todos.
¡Encarnaciones de Amor! Hagan lo que hagan, jamás abandonen vuestra fe en Dios. No pongan vuestra confianza en las cosas transitorias del mundo. Consideren a toda la humanidad como una familia.
Trasciendan las barreras de credo, idioma y nacionalidad. El mensaje de los Vedas es universal, está dirigido a toda la humanidad. Es un mensaje de unidad y armonía. “Vivamos juntos, esforcémonos juntos y regocijémonos juntos”. Desarrollen este espíritu de unidad.
Discurso pronunciado en Sai Shruthi, Kodaikanal, 14-4-1996.
Conquisten la ira mediante la fortaleza; conquisten el odio con el amor. No alimenten la ira con la venganza; no alimenten el odio con la furia. Enfrenten el odio con su Prema (Amor) innato; enfrenten el pesar con la dicha innata; enfrenten la ira con el escudo de Shanthi, la Paz Interior.
Están destinados a vencer.
—BABA