Discursos dados por Sai Baba
{SB 16} (32 discursos 1983)
10. 21/04/83 Su divino destino
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 10 )
Su divino destino
21 de Abril de 1983
El universo es iluminado enteramente por el esplendor del Señor.
El universo brilla por siempre en la gloria del Señor.
Cuando la luz del Señor se retira, el universo no puede brillar.
El universo y su Señor están eternamente unidos
por la luz y el amor que impregnan todo.
Buenos pensamientos en la mente,
buenas palabras al hablar,
buenos pasos en cada acción;
si éstos no se encuentran,
¿cómo puede Sai felicitarlos, alabarlos y darles alegría?
Decidan y dense ustedes mismos la respuesta.
Lo que más place al hombre es la dulzura en pensamiento, palabra y acción. Este misterioso componente, que evoca alegría en el corazón humano, es el principio genuino de Rama. Rama significa “aquello que causa deleite”. Un estómago lleno, dormir a plenitud, una casa llena de risas de niños son, de acuerdo con la mayoría de las personas, los niveles más elevados de felicidad. Sin embargo, lo anterior se refiere al intervalo entre el nacimiento y la muerte. ¿Qué hay con el antes y después? El cuerpo es algo que está separado de ustedes. Lo poseen durante algunos años, lo alimentan, lo educan, luchan con él y lo domestican para que se someta a su voluntad. “Tú”, o el “yo” en el cuerpo, el Atma, es el Uno sin segundo. Cuando la identificación con el cuerpo se debilite, se hará patente la refulgencia del Atma.
La acumulación de cosas no puede ganar la gracia
El apego al complejo del cuerpo implica acumulación y adquisición de cosas que llenan sus necesidades y deseos. La acumulación fomenta la explotación, no puede ganar la gracia. No tiene límites; la sed aumenta con cada trago y siempre pide más. ¿Puede llenarse un lago con una llovizna?, ¿puede la saliva saciar la sed?, ¿pueden la hojas de hierba arder como el carbón? La acumulación de cosas, títulos o fama no puede generar ningún bien, a menos que lo adquirido se emplee para bien de uno mismo y para los demás.
En el hombre debe nacer la sabiduría de reconocer que el cuerpo, que cree que es su propio ser, únicamente es un instrumento que maneja. Éste es el primer paso para la conciencia espiritual más elevada. En toda persona existe el Atma siempre libre, nunca apegado, siempre puro. Es Brahman (Realidad Absoluta), la Conciencia Cósmica latente y patente en cada uno. El yoga (comunión divina) surge cuando se ve al mundo con gloriosa indiferencia. Esto es la fuente del supremo ananda (bienaventuranza divina).
Se puede preguntar: ¿cómo pueden la renunciación y el desapego convertirse en alegría? Desechen el sentido de ego mientras realizan alguna actividad; desechen el sentimiento de ser parte al experimentar emoción o reacción y estarán siempre felices. El bhogi (el que disfruta) es entonces realmente un yogi (persona espiritualmente avanzada)
.
La Divinidad es la base de todo
Consideren la realidad de las cosas de las que uno obtiene alegría. Cada una de ellas está saturada del principio divino: la lluvia que se precipita, el sol que brilla, la luna que refresca, los ríos que fluyen, todo existe para todo. En consecuencia, nadie tiene el derecho de reclamarlas de manera exclusiva o de evitar que otros compartan estos dones. La Divinidad es la base de todo lo objetivo y subjetivo. El ojo no puede ver ni los oídos oir a menos que el principio divino esté activo por medio de la gracia del divino Atma o Brahman. El hombre será conciente de la verdad átmica cuando deseche los impedimentos y obstáculos del egotismo y la posesión.
El tierno niño no tiene el peso de éstos, alimentado como está por el seno materno, respirando el aire fresco, puro y fortificante y estremecido por las canciones de cuna que la madre le canta, pero cuando crece asume las emociones duales de lo mío y lo tuyo y se enreda en la codicia y el odio, el orgullo y la codicia Así, olvida a la Divinidad básica. El Atma no es afectado por lo que llamamos altibajos de la vida. Cuando las aguas del lago están agitadas, la luna que se refleja en sus profundidades aparece agitada y ondulante, a pesar de que el astro en el cielo no se ve afectado por lo que le sucede a su imagen. Así también, la mente oscila y tiembla, pero el Atma permanece calmo e indiferente.
Otra faceta del Atma o la Divinidad en nosotros debe tenerse presente: el hecho de que no solamente está en nosotros sino también fuera de nosotros. En efecto, los Vedas dicen: “Anthar bahisha tha sarvam vyapya Narayana sthithaha”: “Adentro, afuera, Eso divino penetra todo”. Nadie puede ver su propio rostro sino en un espejo o medio que pueda reflejarlo. Cuando se descubre alguna basura en él, se puede limpiar y queda libre de ella. Retirarse a un lugar solitario y silencioso es como verse en un espejo. Estar enmedio de un tumulto y laborar es como mirarse en un espejo borroso y empolvado. Por ello esos retiros son deseables.
El hombre procede directamente de la voluntad omnímoda
El Atma en nosotros es idéntico a la Conciencia Cósmica Divina, el Paramatma (Ser Supremo); es el Sat-Chit-Ananda. Su naturaleza no puede describirse de otra manera que como Ser, Conciencia y Bienaventuranza. Los Vedas también se refieren a él como verdad, sabiduría e infinito, Sathyam, Jñanam, Anantham Brahma. El individuo procede de Brahman y por ello tiene derecho a la conciencia de Brahman. Los Vedas dicen que el cielo es la manifestación de Brahman; el aire viene del cielo; el fuego es una proyección del aire y el agua; la tierra surge del aire, el agua y el fuego; las plantas crecen sobre la tierra y forman los alimentos, que a su vez moldean al hombre. Siendo así, el hombre se origina directamente de la voluntad omnímoda del Ser total.
El hombre está encerrado en cinco envolturas: la física, la vital, la mental, la intelectual y la bienaventurada. Ésta es el centro. Siendo así, el hombre necesita explorar dentro de bienaventuranza infinita para encontrar la bienaventuranza infinita. Ella se debe buscar no mediante la acumulación, sino mediante el sacrificio y la promoción del bienestar de los demás. Los Vedas recomiendan el sacrificio como único camino a la inmortalidad. Entréguense a plenitud, den gozosamente, den para gloria de Dios, en gratitud a Dios.
El egoísmo es la úlcera que destruya la caridad. A pesar de saber que tal paso es erróneo, el egoísmo no permite desistir, pero con una firme determinación se le puede vencer. Compartan con otros el conocimiento y las habilidades que hayan ganado, las ideas y los ideales de que se han beneficiado, así como la alegría que hayan obtenido con la disciplina y la dedicación. Si comparten, no disminuirán esos logros ni los devaluarán. Por el contrario, brillarán mejor y con un mayor esplendor.
Rama es la voz interior de Dios
De estos ideales, el que Rama sostuvo es el de la verdad. Consideren que quien habla a través de ustedes es Rama y honren cada palabra como si fuese él quien la pronunció. Examinen cuánto hubo de arrepentirse Lakshmana por no actuar, en una ocasión fatal, de acuerdo que la palabra que empeñó al mismo Rama. Éste le había pedido que nunca dejara sola a Sita en la ermita y aquel había consentido en ello, pero abandonó el lugar y Ravana pudo secuestrar y llevarse a Sita a su isla. Rama es Atma Rama, la voz interna de Dios. No la desobedezcan ni omitan cumplir sus directivas. Rueguen por que esa voz los alerte siempre; rueguen con humildad y cedan al consejo. Entonces, Rama los guiará con compasión por el camino recto.
Ramadhas de Bhadhrachalam fue arrojado a la prisión y azotado sin misericordia. Sin embargo, nunca perdió la fe en Rama. Suplicó por la gracia en tono lastimero y fue capaz de ganar lo intervención divina para salvarse por sí mismo de la tortura. Una fe que no vacila es la prenda del logro espiritual. Ese es el resultado de la conciencia de la realidad interna,
del centro estable y de la Divinidad en el hombre.
Practiquen este ideal de paz interna y amor universal. Derramen el amor desinteresado sobre los otros y generen una vez más el Rama Rajya (reinado de Rama). Rama significa aquel que complace. Sean agradables con todos; dejen que todos estén contentos con ustedes. No hagan daño ni ocasionen perjuicio con pensamientos, palabras u obras. Purifiquen su corazón; límpienlo del estrecho egoísmo.
Ya traigan un millón de flores y hagan puja con ellas,
todas serán rechazadas; ninguna aceptada.
Traigan un solo loto: su corazón fresco;
Sathya Sai lo acepta otorgando amor y paz.
Ofrezcan sus virtudes como si fueran flores. Ellas esparcen belleza y fragancia. Ofrezcan su corazón de loto, libre de los bichos nocivos de la codicia, la ira y el odio.
La semilla de la Divinidad tiene que ser fomentada por el esfuerzo humano y el cuidado constante, a fin de que pueda florecer y fructificar. Remuevan de su mente toda traza de deseo de hacer daño a los demás en pensamiento, palabra y obra. La reacción que encontrarán si se entregan a semejante comportamiento, temporalmente satisfactorio, será desastroso. Cada uno de esos actos es una semilla plantada en su propia mente, la maleza que crecerá sin control y destruirá la paz y la alegría. Por ello, manténganse vigilantes en contra de esas tendencias. Limpien sus pensamientos, palabras y acciones como hombres que marchan hacia su destino divino. Los bendigo para que tengan éxito y alcance la meta.
Prashanti Nilayam, 21-3-83 (21/4/83 en SSS02).