Discursos dados por Sai Baba
{SB 28} (38 discursos 1995)
03. 15/02/95 Las madres nobles crían hijos nobles
15 de Febrero de 1995 Auditorio Purnachandra ¡Encarnaciones del amor! Este cosmos entero está bajo el control de Dios. Dios está sujeto a la Verdad. La Verdad es gobernada por las personas más nobles. Estos seres nobles son encarnaciones de la Divinidad. ¡Estudiantes! Hoy todos ustedes deben volverse mensajeros de la paz y la seguridad en el mundo. Con el fin de prepararse para este papel tienen que cultivar el espíritu de sacrificio. Sólo el individuo que valora el sacrificio y renuncia a los placeres puede estar calificado para una vida de sacrificio: Sólo cuando uno comprende correctamente la distinción entre esta renunciación (a los placeres) y la aceptación (de una vida de sacrificio) puede experimentar la alegría del sacrificio. Aunque la tierra sea fértil, si la semilla es de mala calidad, no puede crecer hasta convertirse en un buen árbol. Por otro lado, si la semilla es buena pero la tierra es infértil, un árbol fuerte no puede crecer. Si los niños han de volverse jóvenes culturalmente refinados, los padres deben poseer el refinamiento de la cultura. Cuando los padres observen una conducta ejemplar basada en la cultura, los hijos también asimilarán estas prácticas. Como señaló la Dra. Sushila Nayyar (en su discurso anterior), los estudiantes tienen que cultivar una vida simple y un pensamiento elevado. Los estudiantes deben aprender a llevar vidas simples. Al mismo tiempo, sus ideales deben ser del orden más elevado. Hay muchos ejemplos de personas que llevaron vidas simples con ideales elevados. Putlibai y Gandhi La madre de Gandhiji, Putlibai, era una dama que creía en los dos principios de la verdad y la conducta recta. Ella observaba la práctica de tomar su desayuno sólo después de oír el primer canto del cuclillo. Una mañana, el canto del cuclillo se hizo esperar por un largo rato y Putlibai no tomó su desayuno. Al ver esto, el joven Gandhi se dirigió al patio trasero, imitó el arrullo del cuclillo, regresó y le dijo a su madre que ahora podía tomar su desayuno. Putlibai, que descubrió fácilmente el truco de su hijo, se sintió triste por su conducta. Ella pensó: “¿Qué pecado he cometido para haber engendrado tal hijo? No tiene sentido culparte a ti por el resultado de mi propio pecado. ¡Qué pecadora he de ser para haber dado a luz a un hijo mentiroso!”. Incapaz de soportar su pena, ella abofeteó al niño en la mejilla y entró a la casa. En ese mismo instante Gandhi hizo un voto: “Jamás volveré a pronunciar una mentira en mi vida. ¿Qué vida es aquella que le causa pesar a una madre? En un país en el que se exhorta a todos a venerar a la madre y al padre como a Dios, he causado pesar a mi madre mediante un acto de engaño”. Desde ese día tomó la resolución de decir sólo la verdad y no caer jamás en la mentira. Las madres de aquellos días eran mujeres de gran piedad y carácter noble. Ellas practicaban la virtud y establecían un ejemplo para sus hijos. Sólo de los vientres de tales mujeres nacieron hijos de carácter elevado. La madre de Adi Shankara, Aryamba, era una mujer de alma elevada. Por ende, Shankara pudo alcanzar grandeza y fama mundial. Vivekananda era otra figura ilustre. Adhiriéndose a las instrucciones de su madre, él llevó una vida ejemplar y obtuvo nombre y fama. Sus vidas brillan en las páginas de la historia como ejemplos para la humanidad. Así como es la semilla es el árbol. Del mismo modo, algunos nacen con carácter noble y algunos nacen de otro modo. Estas diferencias son el resultado de su trayectoria en vidas anteriores. El anhelo de Chaitanya por el amor del Señor En una ocasión Chaitanya se dirigió a Puri y le oró así al Señor Jagannath: “¡Oh, Señor del universo! ¡Señor de la Vida! ¡Amo de mi cuerpo! ¡Señor de la Creación! No me interesan la entrega y la salvación. Soy incapaz de hacer Yoga o Dhyana. Tampoco me interesan los placeres mundanos. Sólo deseo una cosa. Dame el amor por Ti que todo lo consume. Con ese amor puedo lograrlo todo. Sin Tu amor, ¿de qué sirven todos los placeres del mundo, todos los talentos y los poderes que uno pueda poseer? ¿De qué sirve la erudición o la brillantez intelectual? Debo ganarme el amor del Señor. ¡Confiéreme ese amor, oh, Señor!”. Venerando a sus padres y siguiendo sus nobles ejemplos, muchos grandes hombres alcanzaron gloria y fama en el pasado. Si hoy no tenemos jóvenes de mentes elevadas, los responsables son los padres. En este contexto, permítanme relatar la historia de Ishvara Chandra Vidyasagar, el gran erudito de Calcutta, a quien su madre inspiró para que se educara para una carrera de dedicado servicio a la gente. Su madre le dijo a Ishvara Chandra: “La verdadera educación debe conducirte a Dios. La educación académica debe ayudarte a servir a la sociedad y promover el bienestar de la humanidad. Debes ser un ejemplo para otros hombres y llevar una vida ideal”. A pesar de su pobreza, el hijo siguió el consejo de la madre y obtuvo, a través de su propia diligencia, un grado académico. A su debido tiempo, consiguió un empleo, cursó estudios superiores y alcanzó una posición de eminencia. Habiendo acumulado algo de dinero, se acercó a su madre y le preguntó si quería algo. Ella dijo: “No tengo deseos. Sólo quiero que te ganes un nombre como hombre de buen carácter, dedicado al servicio de la nación”. Los tres deseos de la madre de Vidyasagar Un tiempo después, el hijo la presionó nuevamente para que le indicara qué quería a modo de joyas o ropas. Ella le dijo: “Ya he pasado la edad de lucir joyas u ostentar vestimentas llamativas. No obstante, deseo tres ornamentos sobre los que te hablaré más adelante”. Después de un tiempo, habiendo ahorrado más dinero, Ishvara Chandra, le preguntó a su madre: “¿Cuáles son tus tres deseos?”. “El primero”, dijo ella, “es una escuela primaria para los niños de nuestra pequeña aldea atrasada. El segundo es un pequeño hospital para la población local. Mi tercer deseo es que tú no vendas tu conocimiento, ni te sientas orgulloso de él. Cultiva la humildad y considérate el servidor de todos. El servicio es la senda hacia el liderazgo. Éstos son los tres ornamentos que deseo”. Cumpliendo los deseos de su madre, él estableció una escuela primaria en la aldea, un hospital para los aldeanos y dedicó su vida entera al servicio de sus semejantes. Se hizo famoso como Ishvara Chandra Vidyasagar, conocido por su erudición y espíritu de servicio. Se hizo muy conocido como un orador que atraía a gran cantidad de público, tanto hombres como mujeres. Sus charlas eran ennoblecedoras e inspiradoras, convocando a la gente a una vida de sacrificio y servicio. Un joven oficial aprende una lección En una ocasión, un oficial de alto rango sintió deseos de escuchar los discursos de Vidyasagar y emprendió un viaje en tren hacia el lugar de la conferencia, llevando una maleta. Al descender en la estación, buscó a un maletero para que le llevara el equipaje. Como nadie apareció, un anciano que había descendido del mismo tren se ofreció a llevarle la maleta. Al ver la simplicidad de la vestimenta del anciano, el oficial supuso que era un aldeano pobre y le permitió cargar la maleta hasta el lugar donde se alojaría. Cuando el anciano estaba por partir, después de que depositara la maleta en el piso, el oficial le ofreció una rupia por su labor. El anciano se rehusó a aceptar el dinero y dijo que lo había hecho en un espíritu de servicio y no para ganar dinero. Después de darle las gracias, el anciano (que no era otro que Ishvara Chandra) le dijo al joven oficial antes de partir: “Su entrenamiento no le da crédito a su educación. Después de tanta educación usted no es capaz de ocuparse de sus propias necesidades. Se ha vuelto incapaz. La hum Más tarde ese mismo día, grandes multitudes se reunieron en el lugar de la conferencia. Todos estaban esperando ansiosamente para darle la bienvenida a Vidyasagar. Cuando Ishvara Chandra subió al escenario lo recibieron con profusas guirnaldas. El joven oficial se encontraba entre el público. Vio al orador en el escenario y se preguntó si esa persona podría ser Vidyasagar: “¿Es el mismo hombre que cargó mi maleta en la mañana?”. Se sintió avergonzado. “¡Qué vergüenza haberle faltado el respeto a una persona tan venerable debido a mi orgullo y arrogancia!” El oficial sintió que había aprendido una buena lección, que la humildad es el auténtico sello de la educación verdadera. Ishvara Chandra Vidyasagar tenía el hábito de examinar sus faltas, si las había, y trataba de corregirlas. Sin embargo, hoy los estudiantes abrigan malos pensamientos o hacen cosas malas y justifican su conducta mediante el argumento falaz de que “errar es humano”. Ellos deben tomar conciencia de que por ser humanos deben observar una conducta recta. No deben tomar por mal camino. La mala conducta es absolutamente indigna de alguien que se dice humano. Las cualidades naturales de un ser humano son los buenos pensamientos y la buena conducta. Los estudiantes deben esforzarse por vivir de este modo. Los padres son los responsables de que los niños vayan por mal camino El mundo ha sido testigo de una cantidad de grandes personalidades que han llevado vidas ideales. Hoy las madres que educan a tales seres nobles son cada vez más raras. Los padres a menudo tienden a alentar la conducta impropia de sus hijos en lugar de corregirlos. Hoy los padres son los principales responsables de que los niños vayan por mal camino. He aquí otra historia de una madre y su hijo, que llegaron como refugiados desde Birmania. El hijo se privaba de comida para alimentar a su madre con lo que obtenía mendigando. Un día, cuando el propietario de una casa le ofreció comida al ver que estaba hambriento, el niño dijo que no comería el alimento ahí, pues debía llevarlo a su hogar. Él cayó frente a la casa y el propietario oyó las débiles palabras que salían de los labios del muchacho: “Primero mi madre, luego yo”. Con estas palabras, exhaló su último aliento. Tales ejemplos de afecto filial y maternal se han vuelto raros hoy en día debido a las tendencias de la educación moderna. El amor maternal ha desaparecido. El deber filial está ausente. ¡Qué testimonio de los resultados trágicos de la educación moderna! No hay reverencia por los mayores, ningún reconocimiento de obligaciones hacia los padres. El egoísmo se ha vuelto el fundamento de la vida. La nación padece todo tipo de males debido a este egoísmo que lo impregna todo. La educación debe hacer que los estudiantes tengan vocación de servicio Hubo un tiempo en el pasado cuando los hombres estaban dispuestos a sacrificarlo todo por el bien de la gente y el bienestar de la nación. Hoy este espíritu está ausente. El egoísmo es desenfrenado. El sistema educativo es la causa de esta situación. La educación debe hacer que los estudiantes se inclinen hacia el servicio, no hacia la búsqueda de empleos. Los padres también tienen un deber con respecto a esto. Deben reformar a sus hijos dando el ejemplo ellos mismos. Deben estar preparados para hacer cualquier sacrificio por el bien de la nación. Denle la bienvenida al sacrificio, destierren la búsqueda de placeres. Descubran la alegría que se obtiene del sacrificio. Cuando los bharatiyas obtuvieron su independencia, Nehru era el primer ministro y Vallabhai Patel, el ministro del Interior. La Dra. Sushila Nayyar era entonces la ministra de Salud. Fue en esa época que ella vino a verme en Delhi. Posteriormente, en 1962, ella vino a Puttaparti junto con Vinoba Bhave. Desde entonces ella ha estado asociada con Swami. Vallabhai solía decirle a Sushila Nayyar: “¡Sushilaben! Tú llevas una vida simple. Como ministra, debes mostrarte más imponente”. Patel solía fastidiarla de este modo. La hija de Vallabhai solía vivir con él. Ella era una hija ejemplar. Solía hilar el material con el que confeccionaba la ropa de su padre y solía hacerse ella misma un sari con los dhotis viejos de su padre. Los líderes nacionales de aquellos días eran líderes ideales. Ellos lucharon por la libertad del país. En aquellos días, solía decirse que los gobernantes blancos oprimían a los nativos negros. ¡Qué pena! Hoy los nativos negros oprimen a los nativos negros. En aquellos días había hombres que estaban dispuestos a sacrificarlo todo por la nación. Hoy tenemos hombres que están dispuestos a sacrificar a la nación por su interés personal. ¿Qué clase de liderazgo es éste? ¿A dónde han huido los ideales? Lo que se necesita es devoción por Dios, lo cual los llenará de espíritu de sacrificio. Sólo entonces podrá prevalecer la verdadera condición humana. El sacrificio es la clave de la inmortalidad. Hoy las personas buscan el néctar en las bebidas embriagantes. ¿Es éste un signo de cultura? No. El control de los sentidos viene primero. La vida es un desafío. Enfréntenlo. Los estudiantes deben volverse cruzados por la paz Los estudiantes deben volverse cruzados por la paz en un país plagado de conflictos y desorden. Santifiquen su educación a través de una vida de dedicado servicio. Les dije a las estudiantes ayer que el Deber y la Disciplina deben ser como los dos guardaespaldas de la Devoción. Todos ustedes deben establecer un ejemplo para la nación llevando una vida signada por la Devoción, el Deber y la Disciplina. Los bendigo a todos para que se vuelvan dignos servidores de la nación. Los servicios dedicados de Sushila Nayyar He visto a Sushila Nayyar en muchas ocasiones. Recientemente ella vino a Brindavan y permaneció allí por dos días. Después del fallecimiento de Gandhiji, ella estuvo trabajando en Gandhigram con dedicación. Enfrentó muchas pruebas y tribulaciones. Cada vez que ella viene a Swami experimenta paz y alegría. Está trabajando arduamente para promover las actividades en Gandhigram. Ella ha tenido la gracia de Swami en abundancia en esta misión. No necesita preocuparse por esto. Ella ha alcanzado una edad muy avanzada (96). A pesar de los achaques de la edad, ella se dedica activamente al servicio social. ¿Qué aqueja a nuestros jóvenes que no se sienten atraídos por el servicio social? El único servicio que están prestando es alimentarse a sí mismos. Sin embargo, el cuerpo les ha sido dado para la búsqueda del Dharma (la Rectitud). Si no lo utilizan para este propósito, ¿qué sentido tiene tener un cuerpo? No se molesten en engordar su cuerpo. En lugar de eso, deben consumirlo en el servicio a otros. Es a través de tal servicio que deben redimir sus vidas. Desarrollen devoción a Dios a través de la meditación y la contemplación. Tomen el compromiso de prestar servicio a sus semejantes. Traduccion Mercedes Wesley |