Discursos dados por Sai Baba
{SB 25} (39 discursos 1992)
03. 14/01/92 Cómo estar cerca de Dios y ser querido por Él
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 25 cap. 3 )
Cómo estar cerca de Dios y ser querido por Él
14 de Enero de 1992
¿De qué sirve ser un erudito o un hábil intelectual si uno no practica ni siquiera una fracción de lo que sabe?
No todos los lujos y placeres del mundo le darán a un hombre paz y contento.
Solo cuando él realice la verdad del Espíritu experimentará verdadera paz y contento.
¡Queridos estudiantes! ¡Encarnaciones del Amor Divino! Cualquier cosa que un hombre ve en el mundo le infunde temor.
Solo el desapego puede librarlo del temor. Al no lograr comprender esta profunda verdad, el hombre está permitiendo que sus deseos se multipliquen. Mientras un hombre esté apegado al cuerpo, no podrá vencer el deseo de poseer los objetos que lo atraen. Alguien que padece de mamatva (el impulso adquisitivo) jamás podrá dejar atrás las preocupaciones. Para superar este apego y deseo de posesión, los antiguos sabios de tiempos Védicos prosiguieron sus estudios. Los sabios creían que el autocontrol fomentaba la humildad y que la humildad era el verdadero signo de la educación correcta.
El sistema educativo que fomentaban los antiguos El control de los sentidos es esencial para realizar la humildad.
La educación debe proseguirse para llegar a controlar los sentidos. Los antiguos valoraban solo aquel sistema educativo que promoviera Indriyanigraha (el control de los sentidos).
Al control de los sentidos se lo llama Dhama (en el lenguaje metafísico). Como resultado de las vicisitudes del tiempo, el lugar y las circunstancias, el término Dhama se ha invertido en la comunidad estudiantil actual y se ha vuelto Madha (arrogancia).
Ello se debe a la desaparición de la humildad y la reverencia en los estudiantes. Permitirse placeres sensuales se ha vuelto su principal motivo de interés.
Los estudiantes deberían considerar el control de los sentidos como el principio rector más importante. En la Antigüedad, los estudiantes que lograban el autocontrol recibían un diploma en educación verdadera llamado Sakshara. El significado interno de este título es que aquel que lo recibe es alguien que ha controlado sus sentidos y ha reconocido su Divinidad inherente.
Cuando Dhama (el autocontrol) se vuelve Madha (engreimiento), Sakshara se invierte y tenemos Rakshasa en su lugar. En consecuencia, el estudiante que practicaba Dhama y mostraba humildad y reverencia era considerado Sakshara, y el estudiante que estaba lleno de arrogancia y egoísmo era considerado un Rakshasa (demonio).
La erudición carente de humildad y reverencia No alcanza con ser un erudito. No es suficiente dominar todas las escrituras. La erudición que carece de humildad, reverencia y autocontrol era considerada por los antiguos como Rakshasa Vidya (conocimiento demoníaco). En los tiempos Védicos, las personas creían en los valores humanos, tenían fe en Dios y llevaban vidas puras y sagradas. El avance de la ciencia y la tecnología le ha permitido al hombre fabricar armas de destrucción masiva. Los científicos capaces de producir esas armas destructivas son incapaces de obtener paz mental. Han llegado a dominar los elementos, pero no pueden librarse del temor que los persigue. Los científicos no disfrutan de la sensación de paz y seguridad que experimentan las personas comunes, y desperdician sus vidas.
El proceso educativo está más interesado en impartir conocimientos librescos, mientras que la educación misma es buscada solo como un medio para ganarse la vida. Es preciso romper esta conexión entre educación y puestos de trabajo.
La educación debería ser el medio para adquirir Vijñana (sabiduría).
Hoy habitan en el mundo dos tipos de personas: aquellas consumidas por deseos excesivos y aquellas que no tienen deseos.
La persona que carece de deseos trata con indiferencia a todas las cosas mundanas. El hombre lleno de deseos no estará satisfecho ni siquiera si le ofrecen una montaña de oro (el monte Meru). En el Ramayana hay un personaje demoníaco llamado Kabandha, que tenía la cabeza en su estómago y que usaba sus largos brazos para agarrar cualquier objeto a su alcance a fin de llenar su estómago. La mayoría de los estudiantes parecen Kabandha cuando solo les interesa ganarse la vida.
El objetivo principal de la educación no es asegurarse de poder llenar el estómago. El Señor, que les dio un estómago, no dejará de proporcionarles el sustento necesario. El hombre, que debería buscar el Atma o a Dios, está buscando Annam (comida).
En el mundo actual, tres cuartas partes de la población parecen Kabandhas y no personas verdaderamente educadas. En todas sus acciones –ya sea en los deportes o en otros campos–, solo persiguen intereses egoístas.
Reconozcan sus deberes y responsabilidades Hoy se han de considerar dos aspectos vinculados al hombre.
Uno se relaciona con los derechos de una persona. El otro, con sus deberes. La mayoría de las personas están solo interesadas en sus derechos y luchan por conseguirlos. Sin embargo, no reconocen sus responsabilidades. En los diferentes campos –social, político, económico e incluso espiritual–, los hombres no reconocen sus responsabilidades y deberes. Quieren tener una posición alta y salarios elevados. La vida entera se desperdicia en la búsqueda de tales deseos. Nadie piensa si está realizando la cantidad de trabajo correspondiente al salario que recibe, si cumple con sus deberes y responsabilidades de la forma adecuada.
Tal actitud prevalece no solo en los asuntos mundanos, sino también en el campo espiritual. Todos dicen “Yo quiero a Dios.
Quiero Moksha (Liberación). Quiero asegurar mi Yogakshemam (bienestar aquí y en el más allá)”. Sin embargo, no hacen el esfuerzo necesario para satisfacer estos deseos. “No tengo tiempo para bhajans (cantos devocionales). No puedo hacer ningún sadhana (práctica espiritual). No tengo tiempo para pensar en Dios”. Así actúan. Sin embargo, todavía quieren a Dios. Con una visión tan estrecha, ¿cómo puede un hombre saber cuáles son sus derechos? Para obtener cualquier cosa que deseen de una tienda, tienen que pagar su precio. Sin embargo, el hombre que quiere que Dios le asegure su bienestar, ¿está dispuesto a pagar el precio para obtenerlo? ¿Está preparado para ofrecerle a Dios el sacrifico que tiene que hacer para asegurar su Yogakshema?
¿Ofrece el amor que debe dar para lograr paz, prosperidad y seguridad?
Hoy el hombre busca obtener algo sin pagar el precio. Sin embargo, el Señor no puede ser engañado. Él ofrece la recompensa apropiada para cada acción según su naturaleza; ya sea ganancia o pérdida, bien o mal. Tendrán derecho a esperar lo que desean de Dios sólo si le hacen a Él la ofrenda apropiada.
Nadie está preparado para ofrecerle nada a Dios, pero todos ansían obtener algo de Él.
Sean agradecidos con aquellos que los ayudan Las personas van por ahí predicando a otros. ¿Hasta dónde están practicando lo que predican? Muchos les piden a otros que hagan sacrificios. ¿Qué sacrificios están haciendo ellos?
Las personas esperan que otros sean agradecidos con ellas por lo que han recibido. ¿Hasta dónde son ellas mismas agradecidas con aquellos de quienes han recibido un beneficio?
No tiene sentido investigar todo tipo de cosas en el mundo.
Lo primero que uno debe hacer es indagar acerca de la verdad de sí mismo. Solo entonces tendrá derecho a indagar acerca de la conducta de otros.
Hoy es posible comparar la devoción y la fe de los devotos con una hoja seca que puede ser barrida por una leve brisa. Un verdadero devoto, por el contrario, permanecerá firme como una bola de hierro sin importar las pruebas o tribulaciones que deba enfrentar. Muchos devotos que son verborrágicos y ostentosos en su despliegue de devoción pierden totalmente el equilibrio cuando se enfrentan a alguna adversidad. Si sus expectativas no se cumplen, desarrolla
n todo tipo de aversiones.
No hacen esfuerzo alguno por reconocer sus propias faltas.
Los estudiantes, por ejemplo, se quejan de que Swami no les sonríe, de que Swami no les habla, pero no se preguntan internamente por qué Swami está actuando de este modo y en qué forma han violado los mandatos de Bhagavan. Si ellos analizan así su propia conducta, no habrá lugar para abrigar tales pensamientos acerca de Swami.
No es verdaderamente humano cometer errores Muchos creen que errar es humano y que Bhagavan debería perdonar sus faltas. De hecho, si ellos son realmente humanos, no deberían cometer ningún error. Incluso si en alguna ocasión se comete un error, a sabiendas o no, este no debería repetirse. Es un grave error pensar que es natural para el ser humano equivocarse. Nadie debería pensar así. Cada hombre debe repetirse: “No soy débil. No soy un animal. No soy un demonio.
Soy un hombre”. Cuando una persona esté convencida de esto, no cometerá errores.
Si a un hombre se lo describe como Nara, significa que él es la misma encarnación del Atma (Espíritu). El Atma no puede verse afectada por ninguna mancha. El apego al cuerpo es la causa de los malos pensamientos, los malos deseos y las malas acciones. El que es esclavo de sus sentidos, es víctima de tales impulsos. Seguir las directivas de los sentidos es propio de un animal. Ser guiado por el Atma es propio de un ser humano.
Nadie debería tratar de justificar sus debilidades o deslices como algo natural en un ser humano. Esas fallas deben considerarse signos de debilidad mental. Esfuércense continuamente por dominar sus sentidos. Cuando hayan adquirido verdadero control sobre sus sentidos, experimentarán el poder de lo Divino dentro de ustedes.
No sean prisioneros de los sentidos Hay una historia que ilustra lo que ocurre cuando la entidad destinada a controlar los sentidos se vuelve ella misma una víctima de estos. Una vez el gobierno de un país decidió instalar una guardia fronteriza para evitar la entrada de elementos extranjeros hostiles. Para ello se montó un campamento en la frontera. Un soldado que estaba vigilando atrapó a un enemigo que trataba de entrar en el país. Después de capturarlo, avisó con un grito que había atrapado a un intruso. El capitán, que oyó el grito desde su tienda de campaña, le pidió al soldado que llevara al prisionero a la tienda. El soldado dijo que el hombre se negaba a ir. Entonces el capitán le pidió al soldado mismo que fuera. ¡El soldado respondió que el invasor no lo dejaba ir! Esta historia muestra la difícil situación de los estudiantes de hoy en día. La educación, que debería permitirles dominar los sentidos, los ha convertido en prisioneros de estos.
Los estudiantes no deberían ceder ante esta debilidad. Deben desarrollar fortaleza espiritual y mantener alejadas las malas cualidades que los afligen. Los que no puedan lograr esto, jamás llegarán a ser buenos estudiantes.
Los hombres deberían considerar a los sentidos enemigos potenciales. No se les debe permitir hacer lo que les plazca. Deben estar sujetos al control y la dirección de uno. ¿Cuál es la forma más fácil de adquirir este dominio? Por la senda espiritual, únicamente.
Dejen que la conciencia prevalezca Si existe verdadera fe y devoción en el hombre, los sentidos no tendrán poder contra él. La declinación de la fe y la devoción ha llevado a que el hombre se vuelva un esclavo de los sentidos. Por lo tanto, los estudiantes, antes de hacer algo, deberían analizar si es bueno o malo, correcto o incorrecto, y actuar según los dictados de su conciencia. Incluso con respecto a la conciencia se han de tener en cuenta ciertos hechos. Las sugerencias que provienen del razonamiento intelectual no deberían identificarse con los dictados de la conciencia. Las directivas deben venir del corazón.
Cuando ustedes profundizan en un problema e indagan si lo que deberían hacer es en beneficio de sus amigos y la sociedad en general, la conciencia les dará la respuesta correcta. No se dejen guiar por el razonamiento intelectual, que encierra un elemento de egoísmo. Deben guiarse por el interés en el beneficio colectivo de toda la sociedad. Solo esa es la verdadera voz de la conciencia. Esta clase de conciencia social amplia debería ser desarrollada mediante la educación.
¡Estudiantes! Ustedes han realizado diversas pruebas gimnásticas.
Se han destacado en una variedad de juegos y deportes.
Aunque estos juegos tienen un valor propio en el campo físico, existe algo más grande que todos ellos. La vida es un juego, ¡juéguenlo! Piensen que la vida misma es un gran juego.
Para obtener renombre y éxito en este juego, tienen que cultivar buenos hábitos. Los buenos pensamientos, las buenas palabras y las buenas acciones son las disciplinas requeridas en este juego. Si se precisa tanta práctica y esfuerzo para tener éxito en juegos como el tenis, ¡cuánto más esfuerzo se necesitará para tener éxito en el juego de la vida! En este juego, si desean ganarse un buen nombre, defiendan sus ideales y realicen lo Divino. En la vida cotidiana, tengan pensamientos correctos, una conducta correcta y actitudes correctas.
La longevidad y la vida buena ¡Estudiantes! Hoy tienen que tomar la decisión de restaurar la antigua cultura y las tradiciones de Bharat. La vida se consume a cada instante. Las personas envejecen a cada minuto, olvidando sus deberes. En esta situación, ¿qué es lo que tienen que lograr? Todo lo que deseen, empiecen a lograrlo ahora mismo, cuando tienen el vigor de la juventud. El lapso de vida del hombre, que debería ser de cien años, se ha acortado debido al mal uso del cuerpo. El lapso de vida está determinado por las propias acciones. Los malos pensamientos, el odio, los celos y la amargura están cortando la vida del hombre en pedazos a cada instante.
La ira acorta la vida. Esto se ve en la experiencia cotidiana.
Cuando un hombre se enoja, su temperatura se eleva. La sangre se calienta. En el proceso, los nervios se debilitan y, en consecuencia, todos los órganos del cuerpo también se debilitan.
Esta debilidad puede durar seis meses. Un instante de ira le quitará a un hombre la energía obtenida de la comida ingerida durante seis meses. Cada arranque de ira acorta el lapso de vida de una persona. Cualquiera sea la satisfacción temporaria que obtenga de la ira, esta le causa mayor daño al individuo en cuestión que a otros. El odio y la envidia tienen efectos igualmente debilitantes. El egoísmo y el apego también tienen similares efectos nocivos en la vida del hombre.
Trasciendan el cuerpo y la mente para alcanzar a Dios El hombre está hecho de tres componentes: cuerpo, mente y Atma. Necesita el cuerpo para realizar acciones. Sin embargo, si las acciones se llevan a cabo sin usar el poder de discernimiento de la mente, el hombre se estará comportando como un animal, que actúa por impulsos. Además, si la mente sigue las exigencias del cuerpo y los sentidos, sin confiar en el Atma eterna y siempre pura, las acciones serán demoníacas. La combinación de mente y cuerpo conduce a las cualidades demoníacas.
Cuando uno está instalado en el principio Átmico, trascendiendo el cuerpo y la mente, alcanza a Dios.
Los antiguos sabios divinizaron sus vidas mediante el control de los sentidos, cumpliendo con la disciplina espiritual y llevando a cabo sus tareas diarias con éxito. Estos son los medios por los cuales los hombres pueden transformarse a sí mismos en sabios. Para efectuar esta transformación, los estudiantes tendrán que cultivar la fe y la devoción. La educación espiritual es más grande que todos los demás tipos de educación. Así lo declaró Krishna en el Gita. Los ríos tienen diferentes nombres y formas, pero, cuando se funden en el océano, se vuelven uno. Del mismo modo, cuando todos los tipos de estudios y prácticas se funden en el océano del conocimiento espiritual, se vuelven uno.
El ofrecimiento del Señor al hombre Hagan que su corazón sea puro pa
ra que se vuelva una morada digna de Dios. Lo que debería ser un Kshirasagara (un océano de leche) se ha convertido en un océano de agua salada a causa de las malas acciones del hombre. Santifiquen todos sus pensamientos, palabras y acciones. Solo entonces merecerán el título de Sakshara (alguien verdaderamente educado).
El Señor hizo tres declaraciones: “¡Hijo! Te daré lo que pidas.
Si Me buscas, Me encontrarás. Cuando golpees a Mi puerta, Yo abriré”. Sin embargo, hoy el hombre no le pide favores a Dios, sino a la Naturaleza. No busca a Dios, sino los placeres mundanos.
No golpea a las puertas de la Liberación, sino a las puertas del Infierno.
Lo que deberían pedir es la gracia de Dios. A quien deberían buscar es a Dios. Y deberían golpear a las puertas de la Liberación.
El hombre está actuando en contra de los mandatos de Dios. Si tan solo siguiera los mandamientos de Dios, estaría divinizando su vida.
Las debilidades del hombre lo han alejado de Dios. Un estudiante (en su discurso anterior) dijo que estar lejos de Dios era una “muerte en vida”. El hombre debería esforzarse por estar “cerca” de Dios y “ser querido” por Él. Muchos de los que están “cerca” de Dios no son “queridos” por Él. Por ejemplo, aquí en Prashanti Nilayam ustedes ven devotos que han venido de países distantes –como Argentina, Australia y Norteamérica– debido a su amor por Dios. Muchos de los que están cerca de Swami pueden meditar en Dios, pero no dedican sus vidas a Dios.
Solo mediante la dedicación pueden ser “queridos” por Dios. Los estudiantes deben esforzarse tanto por estar cerca de Dios como por ser queridos por Él.
La gente de afuera que llega a Prashanti Nilayam, al ver a los estudiantes, piensa: “¡Qué afortunados son estos estudiantes! Swami siempre les está hablando y está cerca de ellos”. Sin embargo, no son conscientes de quiénes están realmente “cerca” de Swami.
La confesión del santo Tyagaraja Las experiencias del santo Tyagaraja ilustran el dilema que enfrentan los devotos. En una ocasión, cuando estaba atravesando dificultades y padecía las afrentas de otros, Tyagaraja se preguntó si los problemas que tenía que superar se debían a deficiencias en su devoción o si Sri Rama no era lo suficientemente poderoso como para ayudarlo. Convencido de su propia devoción, le atribuyó sus dificultades a la incapacidad de Rama de socorrerlo. A menudo surgen tales dudas en las mentes de los devotos. Después de meditar acerca de este asunto, comprendió que el poder de Rama era ilimitado y que la falla residía en su propia devoción. El santo Tyagaraja compuso una canción que describía cómo la devoción a Rama le había permitido a Hanuman saltar por encima del océano, y a Lakshmana y a Bharata, realizar hazañas heroicas. Tyagaraja confesó que, al dudar de los poderes de Rama, había sido culpable de debilidad en su devoción.
Si Swami no tuviera ese poder, ¿puede concebirse que la gente venga a buscar la gracia de Swami desde países tan distantes como Argentina y Australia? Nadie les mandó una invitación.
¿Son ellos menos inteligentes que cualquiera de ustedes?
El hecho de que hayan venido aquí, incurriendo en grandes gastos, dispuestos a soportar muchos inconvenientes, muestra la profundidad de su devoción.
Por lo tanto, no alberguen quejas contra Dios ni lo culpen por sus dificultades. Si Swami no tuviera ese poder, ¿vendría a Él gente de diferentes credos y países para experimentar su unidad? ¿Cuál es la Voluntad capaz de lograr esto? Si indagan a lo largo de estas líneas, descubrirán la inmadurez de sus actitudes. Su estrechez mental es la causa de tales reacciones. Por lo tanto, desarrollen una mente abierta y una visión amplia.
Todos los estudiantes de nuestro Instituto de Educación Superior deberían demostrar que son hombres ideales adondequiera que vayan. Deben ganarse una buena opinión de todos.
Los estudiantes que han obtenido premios en los deportes deberían comprender que deben ganarse la estima y el amor de Swami con su conducta. Hoy se otorga a las personas todo tipo de títulos. Sin embargo, el título que todos ustedes deberían procurar obtener es el de Amrutasya Putrah (Hijos de la Inmortalidad).
Instalen a Dios en sus corazones y hagan que Él sea la base de todas sus acciones. Así, todas ellas serán sagradas. Ganen un buen nombre para sus padres, para la sociedad y para la tierra en la que nacieron.
Discurso pronunciado en el Auditorio del Instituto, Prashanti Nilayam, el 14-1-1992.