Discursos dados por Sai Baba
{SB 23} (36 discursos 1990)
02. 08/02/90 La devoción en acción
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 23 cap. 2 )
La devoción en acción
8 de Febrero de 1990
Aun cuando se dice que en la Era de Kali incluso la mera recitación del nombre del Señor es suficiente para realizar a Dios, sin el servicio activo, el divino Namasmarana por sí solo no es suficiente. Todos deberían combinar Namasmarana con el servicio dedicado a lo Divino en una forma u otra. Hanuman es el ejemplo supremo de la devoción basada en el servicio.
Lo Supremo, que es la encarnación de Ashtaisvarya (las ocho formas de Divina riqueza), satura el cosmos a través de ocho potencias. Este vasto universo de objetos animados e inanimados es llamado Viswam. Viswam es el epíteto aplicado a lo Divino, que satura cada parte del cosmos. “Viswam Vishnu Swarupam” (El cosmos es la manifestación de Vishnu).
Vishnu significa Aquel que lo satura todo. Vishnu es la Causa, Viswam (el cosmos) es el efecto. El universo es la manifestación del Creador y la creación. Debido a que el Señor se manifiesta en la relación Creador-Creación, ustedes pueden reconocer lo Divino.
Diferentes formas de las manifestaciones de lo Divino En el cosmos, la primera manifestación de lo Divino es el agua. El hombre no puede vivir sin agua. El agua está presente en todas partes, aunque en algunos lugares estará visible en la superficie y en otros, bajo el suelo. La Divinidad está protegiendo a todos los seres vivientes en la forma de agua. El agua es conocida por otro nombre: Jivanam (Vida). Dios está manifestando su presencIa en el mundo en la forma de agua.
La segunda manifestación es Agni (el fuego). Gracias al fuego, todo es iluminado y puede ser percibido. El mismo fuego está presente en el hombre como jataragni (el fuego digestivo).
Este fuego es el que permite la conversión del alimento que uno consume en sangre, carne, huesos y otras cosas (siete componentes básicos) y sostiene el cuerpo. Sin estos siete componentes primarios, la vida no podría existir ni por un instante.
Dios en la forma de fuego es la base de todos ellos.
La tercera manifestación es la tierra. Todos los seres vivientes medran en la tierra. El nacimiento y la muerte tienen lugar en la tierra. El fenómeno del nacimiento, el crecimiento y la muerte prueban la manifestación de Dios en forma de tierra. El hombre obtiene de la tierra todas las cosas que necesita para vivir. Por lo tanto, ella debe ser considerada como una manifestación de Dios.
Como Dios no puede ser experimentado en ninguna forma específica, Él debe ser reconocido en manifestaciones como la tierra.
La cuarta manifestación es el aire. A cada instante respiramos aire. El oxígeno en el aire nos sustenta. El hombre inhala y exhala aire 21.600 veces por día en 24 horas. Al inhalar se produce el sonido “So”. Al exhalar, se produce el sonido “Ham”.
Juntos, forman el término “So-ham”, que significa “Él es yo”, proclamando la divinidad inherente del hombre. Dios ha de ser reconocido en el proceso de la inhalación y la exhalación. Siendo esto así, ¿qué necesidad hay de ir a otra parte en busca de Dios? Aunque la Divinidad está dentro del hombre, presente en la forma de los panchabhutas (cinco elementos básicos), él se esfuerza por buscar a Dios en cualquier otra parte.
El cosmos está lleno de vibraciones sonoras Si el Señor está presente dondequiera, dentro y fuera de ustedes, ¿por qué ir a otra parte en Su búsqueda? En este contexto, surge la pregunta: ¿Es cierto que los devotos van en busca de Dios o es Dios que está buscando a los devotos? En Mi opinión, es Dios el que está buscando a los devotos.
Akasa (el espacio) es la quinta manifestación. La cualidad distintiva de Akasa es sabda (el sonido). El cosmos está lleno de vibraciones sonoras. El sonido es el medio para conocer la mayor parte de las cosas en el mundo. El cosmos entero está saturado por ondas sonoras. La creación misma se ha originado del sonido. Cuando el hombre inhala aire, este sonido es el que emana de él en la forma de So-Ham, Ham-So.
¿Dónde está este Akasa? Las personas imaginan que se halla en algún lugar elevado. Sólo las nubes están arriba. Dondequiera que hay vibraciones sonoras, hay Akasa (espacio).
Cuando Yo hablo, es Akasa. Cuando dan un golpe a esta mesa, pueden experimentar a Akasa. Akasa está presente en el aplauso de las manos durante los bhajans. Akasa está presente en el proceso de la respiración. Gracias a Akasa, la vida es posible.
El Sol, la Tierra y la Luna La sexta manifestación es el Sol. Todos los seres vivientes pueden sobrevivir gracias al Sol. Las aves, las bestias, los árboles y los cultivos, todos se benefician de la energía obtenida del Sol. El mundo dejaría de existir sin el Sol. La inteligencia humana es un reflejo de la refulgencia del Sol. La naturaleza indagante del intelecto deriva del Sol. Sin el poder de discernimiento, el hombre sería un retardado mental.
La Luna viene en séptimo lugar. El principio lunar confiere tranquilidad al hombre. La mente es un reflejo de la luna. El objetivo primario del hombre es asegurarse paz mental. La tierra vino del Sol y la luna, de la tierra. El Sol, la tierra y la luna son formas de la misma sustancia. Los tres hallan su expresión en el hombre en la forma de mente, intelecto y Vijnana (conciencia).
El octavo elemento es la autoridad del Veda (Veda-pramanam).
Los Vedas proclaman la Verdad eterna. Tenemos el dicho:
No hay Dharma más grande que la Verdad.
Dios, que es la encarnación de la Verdad, aunque eterno y sin forma, se manifiesta a Sí mismo con estas ocho formas en el cosmos. Cuando la Divinidad sea reconocida en estas formas, el hombre realizará su verdadera naturaleza.
Es ingenuo tratar de buscar a Dios en algún lugar en particular.
El hombre mismo es la causa de todas sus penas y dificultades porque, al olvidar su divinidad inherente, considera al cuerpo como real y va tras los placeres mundanos y físicos. El hombre olvida que el Espíritu es el que activa todos sus sentidos.
Cuando un ventilador gira o un foco de luz ilumina, es la corriente la que los hace funcionar. Cuando se conduce un auto, el motor gira y la bocina funciona debido a la corriente de la batería.
Del mismo modo, para el auto del cuerpo humano, los ojos son las luces, el habla es la bocina y todos los órganos sensoriales funcionan gracias a la corriente del Atma (el Espíritu).
El Atma es la forma unificada de tres componentes: la Mente, el Intelecto y Samskara (las acciones sagradas). Si se le pregunta a alguien “¿Qué es la mente?”, la respuesta será: “No importa”.
Si se le pregunta “¿Qué es la materia?”, la respuesta es “No importa”.
(N. de la T.: Bhagavan hace un juego de palabras con los términos “mind” (que en inglés significa “mente” y también “importa”) y “matter” (que en inglés significa “materia” y también “importar”).
Si a las personas no les importa saber qué es la mente y qué es la materia, ¿qué es lo que les importa en este mundo? Sin comprender la mente y la materia, ¿cómo se puede indagar acerca de algo?
La mente es la causa de la esclavitud En la vida del hombre, la mente, que está continuamente dedicada a pensar, es de suma importancia. Todas las penas surgen debido a que no se logra comprender el modo en que funciona la mente. La mente está constantemente dedicada a pensar. Esta función importante de la mente debe ser comprendida correctamente. La mente no es una mera entidad física.
No es el cuerpo sino una expresión de la cualidad indagadora del Atma (el Espíritu). Por eso, la mente es considerada como la causa de la esclavitud o la liberación para el hombre.
Si la mente es dirigida hacia Dios, se vuelve el medio de liberación.
Cuando es dirigida hacia las cosas del mundo, se vuelve el medio de esclavitud. La mente dirigida hacia Dios da por resultado el desapego. La mente dir
igida hacia el mundo conduce al apego. Por eso, dirigir la mente hacia Dios debe ser el objetivo principal del hombre.
Los poderes de la mente son indescriptibles. La velocidad del pensamiento es mayor que la de cualquier otra cosa en el mundo, más rápida que la luz o el viento. Estando dotado de este inmenso poder, es una pena que el hombre se considere un ser débil. No hay conexión entre la mente y el corazón. El corazón es sin duda un órgano físico vital en el cuerpo. El que proporciona sangre a cada parte del cuerpo. Sin embargo, la mente manifiesta el Atmasakti (el poder del Espíritu).
La diferencia entre Medha Sakti y Budhi El segundo componente es Budhi (el intelecto). El Budhi es generalmente considerado como Medha-sakti (el poder de la inteligencia).
Esto no es correcto. En realidad, es el poder de discernimiento del Atma. Hay una diferencia vital entre Medha sakti (la inteligencia) y Budhi (el poder de discernimiento). La inteligencia existe como una entidad física en el hombre. Es el centro del sistema nervioso, una especie de sala de control para el hombre. Sin embargo, el Budhi representa un poder superior derivado del Espíritu. No está relacionado con el cuerpo físico o con el mundo físico y fenoménico. Por su relación con el Atma, posee atributos divinos.
El tercer componente es Samskara. Este término es usualmente definido como una “forma de vida”. Sin embargo, es mucho más que eso. Representa la conducta virtuosa, basada en la razón y la tradición, encarnando las costumbres establecidas en la sociedad. Sin conducta recta, la vida del hombre carece completamente de valor. La conducta recta debe basarse en una indagación acerca de lo que es transitorio y lo que es de valor perdurable en la existencia humana. La mente y el Budhi tienen que ser utilizados para determinar qué es espiritual y qué no lo es. Sólo cuando el conocimiento de las verdades eternas se obtiene gracias a tal indagación, la propia conducta puede reflejarse en Samskara (el comportamiento virtuoso), que es la divinización de la vida.
Hoy somos testigos de muchos intentos de reformar a la sociedad:
políticos, económicos, sociales, etc. Pero todos ellos son inútiles, porque están pasando por alto el factor esencial de la transformación de la mente del hombre.
Muchas personas se quejan de que sus dificultades no han terminado y que Dios no ha mostrado compasión hacia ellas. Harían bien en aprender una lección de un episodio del Ramayana.
Después de que Vibhishana hubo entablado amistad con Hanuman, le preguntó en una ocasión a este último: “¡Hanuman! Aunque eres un mono, has recibido la gracia del Señor.
Aunque yo me he dedicado incesantemente a la contemplación de Rama, ¿cómo es que no he podido obtener Su gracia?”. Hanuman respondió: “¡Vibhishana! Es verdad que cantas incesantemente el nombre de Rama, ¿pero hasta qué punto te dedicas al servicio de Rama? Mediante la mera contemplación del nombre de Rama no puedes obtener Su gracia. Cuando tu hermano Ravana se llevó a Sitadevi, ¿qué ayuda le prestaste a ella?
¿Hiciste algo para aliviar al menos parcialmente la aflicción de Rama?” La práctica debería seguir a los preceptos Los devotos deberían comprender que no pueden obtener la gracia del Señor meramente pronunciando “¡Rama! ¡Rama!”.
¿Hasta qué punto están cumpliendo los mandatos de Rama, Krishna o Baba? ¿Hasta dónde practican las enseñanzas del Bhagavad Gita? Si no practican los preceptos, ni la repetición incesante del nombre del Señor les servirá de algo. Eso es lo mismo que tocar un disco fonográfico. El nombre del Señor debe quedar implantado en sus corazones.
Hoy, a causa de la prerrogativa especial de la Era de Kali, las personas piensan que la mera recitación del nombre del Señor basta para alcanzar el objetivo de la vida. Pero esto es un error. ¿Pueden tener corriente únicamente con el cable por el que pasa la corriente negativa? La corriente fluirá sólo al combinar las líneas negativa y positiva. La devoción debe expresarse en la forma de servicio dedicado al Señor.
Canten el nombre de Dios y realicen actos sagrados ¡Encarnaciones del Amor! Cuando reciten con amor el nombre del Señor, cuando lleven a cabo con sus miembros los mandatos del Señor y consideren el mundo como una manifestación de la Divinidad, sin duda recibirán Su gracia. Tengan esta firme convicción. No se engañen pensando que la mera repetición del nombre de Dios es lo necesario y adecuado.
Además, deben tomar parte en actividades sagradas. No tienen que importarles los obstáculos que puedan encontrar. Ésta es la lección que Hanuman transmitió al superar todos los obstáculos que encontró cuando salió en busca de Sita. Hanuman se destaca como el ejemplo supremo del servicio a la Divinidad, dedicado y resuelto.
Todos los días dediquen al menos cinco minutos a recitar el nombre del Señor y algunos minutos a prestar algún tipo de servicio a los necesitados y desamparados. Incluyan en sus plegarias diarias, una por el bienestar de todas las personas del mundo. No estén absortos en su propio bienestar y salvación.
Traten de llevar una vida libre de mala voluntad y daño a otros.
Consideren esto como una clase de disciplina espiritual y rediman sus vidas.
Discurso en Abbotsbury, Madrás, el 8 de febrero de 1990.