Discursos dados por Sai Baba
{SB 21} (34 discursos 1988)
01. 07/01/88 La virtud más elevada
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 21 cap. 1 )
La virtud más elevada
7 de Enero de 1988
El hombre privado de Dharma, de Compasión y Verdad, el que carece de virtudes, pero está lleno de vicios, no puede encontrar la felicidad aquí ni en el más allá.
¡Encarnaciones del Amor Divino! El término Dharma deriva de la raíz dhr-. Dharani significa aquello que mantiene al universo unido en armonía a través del Dharma (la rectitud). “Dharmo Vishwasya Jagatah Pratishta” (“La rectitud sostiene al universo”).
“Dharme Sarvam Pratishtitham” (“Todo se sostiene en la rectitud”).
La presencia de este Dharma no puede establecerse mediante la percepción sensorial o la deducción. Trasciende los cánones de la lógica.
Su existencia tiene que ser derivada de los Vedas (la autoridad de los testimonios revelados en las escrituras).
¿Qué es Veda? “Vettyanena iti Vedah” (“Veda es aquello que ilumina o explica completamente un tema o una materia”). Por ejemplo, el Dhanur Veda explica la ciencia de la arquería. El Natya Veda es el tratado sobre la danza. El Sama Veda abarca la ciencia de la música espiritual. El Ayur Veda es la ciencia de la vida y la medicina.
El término que figura antes del vocablo Veda indica el tipo de ciencia sobre el que trata ese Veda en particular.
Acciones que deben realizarse en la vida cotidiana Dharma (la rectitud) y Moksha (la liberación) son trascendentales:
se encuentran más allá del intelecto y de la percepción de los sentidos. ¿Cómo pueden los Vedas arrojar luz sobre Dharma y Moksha, que exceden el alcance de los sentidos? Pueden hacerlo únicamente indicando los yajnas y yagas (ritos de sacrificio y rituales) que constituyen los ejercicios espirituales que conducen a Dharma y Moksha. Por eso los Vedas han declarado: “Na Karmana, Na Prajaya Dhanena Tyagenaike Amrutatvamanasuh” (“La inmortalidad no se alcanza con acciones meritorias, progenie ni riquezas. Puede experimentarse sólo a través de la renunciación”).
Sin embargo, los Vedas muestran que, con buenas acciones y prácticas, uno puede adquirir la aptitud de realizar Dharma y Moksha.
El emperador Manu acuñó un término especial para referirse a la importancia de los Vedas en cuanto a que son las escrituras que prescriben las acciones espirituales y mundanas que los hombres han de realizar. Dio el nombre de Vidhana a todas las acciones que se llevarán a cabo en la vida cotidiana para dirigir a la humanidad por la senda de la verdad. En la actualidad, en la Era de Kali, el término Vidhana se ha vinculado con los cuerpos legislativos. Vidhana significa aquello que establece la ley. Como el significado correcto del término no ha sido comprendido, la humanidad se ha equivocado de camino.
Dharma es una palabra que lo abarca todo. El universo entero está ligado a él. Uno podría preguntarse cuál es la necesidad de propagar el Dharma si éste lo abarca todo. La razón es que, si bien el Dharma está presente en todas partes, se halla cubierto por la ignorancia y el orgullo, al igual que el fuego que está cubierto por cenizas o el agua que tiene moho. Estos elementos que recubren deben quitarse para que la verdadera naturaleza del Dharma pueda ser revelada al mundo. Se necesita Dharma Prachar (la propagación del Dharma) sólo para este propósito.
Dharma Prachar y la práctica Propagar el Dharma no significa difundir conocimientos sobre algo desconocido. Su propósito básico es fomentar la práctica del Dharma. Sólo quienes practican el Dharma pueden propagarlo.
Como Dharma y Sathya no han sido propagados por personas que los practican, han sido eclipsados, por así decirlo, y no son perceptibles.
Sólo cuando se los practique en la vida cotidiana se tomará conciencia de su verdadera naturaleza y valor.
Un hombre es juzgado por sus acciones. Si sus acciones son buenas, se dice que es un buen hombre. Si sus acciones son malas, se dice que es una persona malvada. Las cualidades y las acciones de cada uno son interdependientes. Las acciones revelan las cualidades, y las cualidades determinan las acciones. Por lo tanto, todos deberían procurar reformarse desarrollando buenas cualidades.
Swami Ramakrishnananda (quien habló antes) preguntó qué beneficios obtuvieron las personas que han estado escuchando discursos sobre espiritualidad durante años y que han vivido en el ashram un largo tiempo. Si no se hace el esfuerzo de poner en práctica al menos algunas de las enseñanzas, todos estos ejercicios espirituales resultan inútiles.
Cualidades como Kshama (tolerancia), Dhaya (compasión), verdad, amor y conmiseración no están relacionadas con una nación, una fe o una comunidad en especial. Se trata de cualidades espirituales, esenciales para personas de todas partes y de todas las épocas.
Cuatro tipos de pureza Entre las cualidades que un hombre tiene que desarrollar para realizar su divinidad, la principal es Kshama, tolerancia o perdón.
Es fundamental para todos los seres humanos. Es la virtud suprema.
Kshama es Verdad, Rectitud, Compasión, No violencia, y todo lo demás. Kshama abarca todas las cualidades.
¿Cómo puede obtenerse Kshama? Practicando cuatro tipos de pureza:
1. Dravya Soucham (pureza de materiales); 2. Manasika Soucham (pureza de mente); 3. Vak Soucham (pureza de palabra); 4. Sarira Soucham (pureza en la acción o pureza del cuerpo).
Dravya Soucham (pureza de materiales). Abarca todas las cosas utilizadas por una persona —desde ropa, comida y utensilios de cocina hasta la casa—. Todo lo que se usa a diario debería ser completamente puro.
Manasika Soucham (pureza de mente). Requiere la completa eliminación de los apegos y aversiones de la mente. El odio y la envidia no deberían tener cabida en ella. Hay que cultivar la amplitud de corazón para devolver bien por mal y para no causar dolor a nadie por ninguna circunstancia. Esta es la señal de una mente pura. Hoy las personas están llenas de odio y envidia. No toleran ver a otros felices y prósperos. Eso indica una mente contaminada. El individuo con una mente malvada desarrolla cualidades demoníacas. Para ser verdaderamente humano, el hombre debe poseer una mente pura e inmaculada. Tiene que reconocer que la misma divinidad está presente en todos, que el espíritu puro que mora en él y el poder que lo anima están presentes en igual medida en cada ser humano. Quien es consciente de esta unidad tendrá la mente libre de trabas.
Una lengua vil ensucia la mente Vak Soucham (pureza de palabra). Significa que uno debe decir la verdad. Debe usar palabras dulces y agradables, y hablar sin aspereza. Tampoco hay que charlar excesivamente. La pureza de palabra implica evitar la mentira, la locuacidad, los insultos, los chismes, las calumnias y las expresiones que causen dolor a otros.
Hoy muy pocas personas muestran pureza de palabra. Los malos pensamientos y las malas palabras están a la orden del día. Una lengua vil ensucia la mente y deshumaniza al hombre.
Sarira Soucham (pureza del cuerpo). El cuerpo ha de purificarse realizando Achamana con agua (este ritual consiste en pronunciar los nombres del Señor tres veces y beber tres cucharadas de agua de la palma de la mano).
Cuando se practican estos cuatro tipos de pureza, la cualidad de Kshama se desarrolla hasta cierto punto.
No tengan enemigos En una ocasión, cuando los Pandavas estaban viviendo en el exilio, en la selva, Bhima y Draupadi se acercaron a Dharmaja (el mayor de los Pandavas) y le preguntaron qué planes tenía con respecto a sus enemigos, los Kauravas. Sonriendo, Dharmaja les respondió de este modo, para apaciguar sus sentimientos: “No tenemos enemigos. Nuestras propias cualidades son nuestros amigos o bien nuestros enemigos. Nuestras acciones pueden ser nuestros enemigos. Deberíamos tratar de conquistar a estos enemigos que toman la forma de malos pensamientos y malas acciones.
Nuestros malos sentimien
tos se ven reflejados en otros y los hacen aparecer como personas malintencionadas. Comprende, oh, Bhima, no tenemos enemigos. Los Kauravas, a quienes consideras nuestros enemigos, no lo son. Si llenamos nuestros corazones de buenos sentimientos, los Kauravas serán nuestros amigos y hermanos”.
Para ilustrarlo de otro modo desde el Mahabharata: Una vez Vidura se acercó a Dhritarashtra, el padre de los Kauravas, y le dijo: “¡Dhritarashtra! Tú no sólo eres físicamente ciego, sino que además careces de los ojos de la sabiduría. Aceptaste a los cinco hermanos Pandavas como los hijos de Pandu, sobre la base del testimonio auténtico de los Maharishis (grandes sabios). Muchos no sabían que ellos eran los hijos de Pandu. Además, el gran Bhisma, que tiene el don de la visión divina, también dio testimonio de ello. Tú aceptaste a los hijos de Pandu y los tuviste contigo. Sin embargo, tus hijos no aprobaban el afecto y la consideración que tú les prodigabas. Tus hijos, malintencionados, sometieron a los Pandavas a todo tipo de penurias y dificultades. Debido a tu amor equivocado por tus hijos, has permitido que se perpetraran todos estos agravios. Si un individuo toma veneno, sólo él muere. Si una flecha acierta en una persona, sólo ella es herida. Pero cuando un gobernante sigue una política perversa, todo el Estado se arruina.
Tanto el pueblo como su gobernante perecen. Al sucumbir al mal consejo y al comportamiento perverso, estás conduciendo tu reino y tu dinastía al desastre. Esto no es correcto”.
Vidura advirtió así al rey para que reconociera la verdad. No atenuó sus palabras al acusar a Dhritarashtra. Le dijo: “Los que han nacido ciegos, sordos o mudos, los locos y los que poseen una mente inestable no tienen derecho a gobernar. Cuando una persona así gobierna, causa la ruina universal. Tú eres un gran pecador y, por haber sido coronado rey, estás destruyendo el reino con tus propias manos”.
Sathya y Dharma son la base de la vida Vidura dijo: “Dharmaja está dotado con la suprema virtud de Kshama (tolerancia). Tú estás confundiendo su tolerancia con cobardía. La tolerancia es como una corona en su cabeza. Muy pronto la tolerancia de los Pandavas causará tu ruina completa”.
Fue esta tolerancia la que dio por resultado la victoria final de los Pandavas y les confirió gloria y fama perdurables. Esta tolerancia se basa en los cuatro tipos de Soucham (pureza). La pureza tiene sus raíces en la Rectitud, que a su vez sostiene a la Verdad. El hombre debería observar la Verdad y la Rectitud, y considerarlas la base de la vida en el mundo.
Dharma no es una palabra que pueda ir de boca en boca. Es fácil repetir aforismos citados con frecuencia, como “Dharayatiti Dharma” (“Dharma es aquello que sostiene”) y “Dharmo Rakshati Rakshitah” (“El Dharma protege a quien lo protege”). Sin embargo, lo que se necesita es practicar el Dharma. Sólo la conducta recta constituye Dharma. El hombre que lleva una vida virtuosa está destinado a encontrar la paz.
Cuando van a las ciudades y los pueblos a difundir el Dharma, tienen que decirle a la gente: “No causen daño a nadie. No injurien a nadie. Cumplan con sus deberes con devoción. Purifiquen sus corazones”.
La realización de la Divinidad es la meta. Sin embargo, la mayoría de las acciones que llevan a cabo se relacionan con asuntos mundanos. El único modo de santificar todas las acciones es realizarlas como actos de adoración, como ofrendas a la Divinidad. Así la vida misma se vuelve sagrada.
Deben eliminar el sentimiento de “mío” y “tuyo”. Tienen que comprender la Verdad de que “la Divinidad habita dentro de cada ser humano” (“Eko vasi Sarva bhuta antaratma”). Desarrollen este sentido de unidad y compártanlo con otros.
¿Quiénes son sadhus?
La distinción hecha entre jefes de hogar y sanyasis no es realmente importante. Con solo vestir una túnica ocre un hombre no se convertirá en un devoto de Dios. La mera repetición de mantras no lavará sus pecados. Llevar el Gita bajo el brazo y andar gritando lemas no lo hará a uno digno de mérito. Sólo el hombre cuyos pensamientos y acciones están en armonía puede ser llamado sadhu (persona santa). ¿Quiénes son sadhus? No sóo quienes visten la túnica ocre. Todos son sadhus. Todos los seres poseen sadhutva (bondad y pureza) inmanente. Tienen que promover y manifestar estas cualidades y no la vestimenta externa. Es la pureza de pensamiento la que revelará su sadhutva.
No es necesario vestir la túnica naranja para convertirse en un sadhu. El corazón debe ser puro. Ravana se disfrazó de asceta para raptar a Sita. Su vestimenta sólo ocultaba su mala intención.
Son las malas cualidades las que han de abandonarse. Aunque se comience el proceso en pequeña medida, el resultado será muy bueno. Hay que empezar cuando uno es joven.
Dios ayuda si oran con un corazón puro Una madre y su hijo vivían en la pobreza. El padre había muerto al nacer el niño. Con gran dificultad la madre mandó al hijo a la escuela e hizo que pudiera llegar al último año. Finalmente tenía que pagar 90 rupias como derecho de examen. La madre no sabía cómo hacer para obtener tanto dinero. Se encontraba llorando bajo un árbol, cuando el hijo le pidió que le revelara la causa de su tristeza.
Cuando ella le dijo que él tendría que abandonar los estudios porque no tenían dinero para pagar el derecho de examen, el hijo le preguntó, con su inocencia de niño, si había alguien que pudiera ayudarlos. Él le devolvería el dinero más adelante. La madre respondió:
“Sólo Dios es el socorro de los desamparados. Él es la fuente de toda riqueza y el proveedor universal”.
Ingenuamente, el niño le preguntó a su madre: “¿Dónde está ese Dios? De algún modo obtendré el dinero de Él”. La madre contestó:
“Él está en Vaikunta”. El niño creyó en las palabras de su madre.
Corrió al correo, escribió una carta, compró un sobre, guardó la carta adentro y la dirigió a “Sriman Narayana, Vaikunta”. Estaba tratando de colocar la carta en un buzón —muy alto para él— cuando el jefe de correos, al ver sus esfuerzos, se acercó a ayudarlo y le preguntó:
“¿A quién le mandas esta carta?”. El niño respondió: “Señor, esta es una carta muy urgente. Necesito dinero mañana mismo para pagar mi derecho de examen. Por favor, asegúrese de que esta carta sea despachada con rapidez”. El jefe de correos tomó la carta de manos del niño y, al descubrir que estaba dirigida a “Sriman Narayana, Vaikunta”, le preguntó al niño quién le había dado la dirección. Él le relató toda la historia y lo que su madre le había dicho acerca de Sriman Narayana como el refugio de pobres y desamparados.
historia del niño. Quedó maravillado con la inocencia y la pureza de su corazón y le dijo: “¡Querido niño! Yo enviaré la carta. Tú ven aquí mañana por la mañana. El dinero habrá llegado para entonces y te lo podrás llevar”. El niño enmudeció de alegría y fue a contarle la noticia a su madre. A la mañana siguiente se dirigió a la oficina del jefe de correos y le preguntó si el dinero había llegado. El hombre entró en su oficina, volvió con 90 rupias y se las dio al niño, quien regresó corriendo a su hogar. La madre se preguntó cómo habría obtenido el dinero, si lo habría robado o se lo habría dado alguien.
Él le relató todo lo que había ocurrido. Le juró que el dinero había sido enviado por Narayana Mismo. La madre entonces le pidió que la llevara a ver al jefe de correos. El hombre le dijo: “No bien vi la carta de su hijo, Dios me indujo a ayudarlo. El dinero ha venido de Él.Yo soy sólo un instrumento en Sus manos”.
Oren con la inocencia de un niño La historia tiene su moraleja: si le oran a Dios con un corazón puro, Él utilizará a alguien para responder a sus plegarias. Es tonto preguntarse: “¿Dónde está Dios? ¿De qué modo ayudará?”. Al hacerse estas preguntas, sólo están debilitando s
u fe. Esa es la razón por la que Sri Ramakrishna Paramahamsa dijo: “Si quieren orarle a Dios, sean como un niño inocente”. Jesús también expresó lo mismo cuando les dijo a sus discípulos: “Dejen que los niños vengan a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Él también solía decir: “Si soy como un niño aunque sea por un instante cada día, ¡cuán puro me volveré!”.
Esa inocencia y esa pureza son las que tienen que poseer en el corazón. Los niños deben hacer caso a las palabras de sus madres. Las madres deben evitar poner malas ideas en las mentes de los niños. Cuando existan madres e hijos tan ejemplares, el mundo estará lleno de dicha y festejos. Cuando Bharat tenga tales madres e hijos, será un ejemplo para el mundo.
No tiene sentido predicar a otros si no cambian sus propios pensamientos y su conducta. Dedíquense a hacer sadhana para limpiar el corazón y la mente, y llénenlos de pensamientos y sentimientos puros.
Sadhus en marcha Swami Bhumananda, quien ha estado recorriendo las aldeas a pesar de su edad, ha cargado con el peso de difundir el mensaje Dhármico. Aunque él es un sanyasi, se ha dedicado a propagar el Dharma y está siempre en marcha llevando el mensaje a la gente.
Otros sadhus están cooperando con él en esta sagrada misión. Los Swamis Sachidananda, Ramakrishnananda y otros llevan a cabo esta tarea con entusiasmo. Todos ellos tienen un corazón puro. Los bendigo a todos y quiero que continúen con redoblado vigor este trabajo ya iniciado y que rediman así sus vidas.
Todo lo que ellos hacen debe tomarse como un servicio a la Divinidad. Y ellos deberían considerarse instrumentos divinos. Solo esto es verdadero servicio a la sociedad. Hacer japa y dhyana para la salvación individual es una forma de egoísmo. Desarrollen grandeza de corazón y esfuércense por llevar a otros con ustedes hacia la meta suprema de la liberación. Dejen atrás la estrechez de miras y sientan amor por todos.Ya es tiempo de abandonar viejas actitudes de odio y envidia.
Hoy se encuentran aquí personas de otros continentes, que han viajado miles de kilómetros para obtener paz y serenidad antes de regresar. Es una pena que aquellos que han estado aquí durante años no hayan tratado de cultivar estas cualidades y estén inmersos en preocupaciones y confusión. Ellos son como los sapos en un estanque de flores de loto: no son conscientes de la dulzura de la miel de la flor mientras que las abejas recorren grandes distancias para venir a buscarla. Esta indolencia debe terminar.
Los que se encuentran aquí deberían practicar al menos algunas de las cosas que aprenden en este lugar a fin de avanzar hacia su destino divino.
El gran movimiento para la propagación del Dharma, lanzado por el Dharma Prachar Parishad, está destinado a tener éxito. Swami le dará a este movimiento toda la ayuda y la fuerza necesarias.
Discurso para el Sri Sathya Sai Dharma Prachar Parishad, en el Auditorio Purnachandra, el 7 de enero de 1988.