Discursos dados por Sai Baba
{SB 14} (47 de 60 discursos 1978 a 80)
58. 23/11/80 El regalo que más me gusta
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 11 cap. 11 )
El regalo que más me gusta
23 de Noviembre de 1980
¡ENCARNACIONES DEL Amor!: Varias actividades los han mantenido ocupados en Prashanti N¡layam durante los pasados cinco días, pero ninguno de ustedes ha notado el paso del tiempo. La razón es que se olvidan del tiempo cuando sus mentes están concentradas en la Divinidad sin tiempo y todas sus acciones y pensamientos están sumergidos en lo Divino. Así como los ríos que se unen al océano se vuelven uno con él, sus mentes, cuando están inmersas en la Divinidad, se vuelven una con ella.
El Universo es la manifestación de Dios. En cada ser humano la Divinidad existe, sutil e invisible. La asociación con gente buena y el sadhana (disciplina espiritual) son esenciales para el descubrimiento de la Divinidad que está latente en el individuo. El verdadero propósito de la vida humana será alcanzado sólo cuando todo nuestro tiempo y todos nuestros esfuerzos estén concentrados en tomar conciencia de la Divinidad inherente a nosotros. Esta toma de conciencia es posible para todo ser humano.
Sin embargo, actualmente la gente está comprometida en acciones contrarias a este objetivo. Todos están ansiosos por conocer lo que está pasando en Inglaterra o Estados Unidos. Desean estudiar geografía o astronomía, pero pocos anhelan descubrir su verdadera naturaleza y su verdadera esencia. Esto se debe a una educación defectuosa. En el sistema educativo presente no hay lugar para estudios éticos o espirituales, con el resultado de que el estudiante no hace ningún intento por.comprender el propósito de la vida humana. Se busca conocer todo acerca del mundo físico. Se aprende todo sobre América, pero no se conoce la ruta a Benares. Se aprende todo sobre la geometría pero se sabe muy poco acerca de las dimensiones de la propia casa. Se hace toda clase de ejercicios físicos pero no se sabe cómo sentarse en posición de loto. Se estudia botánica pero no se conocen los usos de la planta de tulsi.
Éstas son las deplorables deficiencias del sistema de educación vigente. Si los estudiantes desean conocer su verdadera naturaleza divina, tienen que volver sus mentes hacia los estudios espirituales. El estudio espiritual no es una rama separada del saber. Como ha sido descrito en el Bhagavad Gita, significa mirar la Divinidad en el Universo entero. El Señor dice: «Yo soy la semilla de toda cosa viviente en el Universo°: «El Universo es un árbol del cual la semilla es el Señor y el fruto es la humanidad». Sin tratar de descubrir la Divinidad que está en la forma humana, la gente malgasta sus vidas. Si ustedes examinan las grandes Escrituras del mundo, descubrirán que todas ellas son una al hacer hincapié en el supremo valor de descubrir su propia naturaleza divina, sin lo cual no se puede obtener la verdadera bienaventuranza. El hombre busca placeres mundanos y prosperidad, pero no busca esa divinidad interior que le dará felicidad permanente. Es deplorable que la gente nacida en esta sagrada tierra de sacrificio y de disciplina espiritual se haya vuelto esclava de la civilización occidental, y esté actuando de manera contraria al espíritu de su propia madre patria. Pasar por alto a su propia madre y desarrollar apego por otras es lastimoso. Para un niño, su madre posee un rostro bienaventurado, no importa que ella carezca de facciones agradables. Ésa es la actitud natural de un niño; pero, ¿qué diré sobre los estudiantes que, sólo por ganarse un modo de vivir, se van al extranjero después de haber obtenido alguna clase de título? En vez de usar su conocimiento, sus logros, sus habilidades, sus energías y su educación para servir a su patria, se van a países extranjeros para servir como mendigos, ¿no es de lo más deplorable?
En el Threta yuga, después de la destrucción de Ravana, Rama, Lakshmana y Sita se estaban preparando para dejar Lanka e ir a Ayodhya. En ese momento, Lakshmana habló a Rama: «Dudo que si retornamos a Ayodhya volvamos a tener nuestro reino. Kaikeyi podría haber instalado a Bharata en el trono. Dejamos Ayodhya para ir al bosque en respuesta a la orden de nuestro padre. Ayodhya puede no estar en condiciones prósperas ahora. Tú sabes que Lanka es más próspera que el mismo cielo. ¿No sería mejor para ti ser el gobernante de Lanka y gozar de todo lo que este país puede ofrecer?»
Rama contestó: «Lakshmana, no importa cuán fea pueda ser la madre de uno. No soy tan insensible para mirar a alguna otra hermosa mujer y reconocerla como mi madre. Mi madre patria es la tierra de mi nacimiento. No importa qué tan atractiva y próspera pueda parecer Lanka con todos los tesoros de la Tierra, no necesito sus atractivos ni su riqueza». Nosotros, que hemos nacido en la tierra sagrada de Bharat, debemos estar preparados para enfrentar cualquier dificultad, privaciones y penalidades que puedan surgir en nuestro país, y emplear todos nuestros talentos, conocimientos y habilidades para servirlo al máximo’; y así poner en alto el buen nombre de nuestra patria.
Nuestros antepasados declararon que la codicia es el terreno fértil para el sufrimiento. ¿Qué les ha pasado a aquéllos que se fueron a Irak, Irán o Dubai? Muchos de ellos están regresando con las escasas y mismas ropas con que se fueron. La riqueza es evanescente, semejante a una nube pasajera. El dinero viene y se va, la moral viene y crece. No vale la pena que nuestra gente renuncie a su cultura, a su modo de vida, a sus principios, solamente para tener un futuro vendiendo sus servicios a extranjeros. Esto es totalmente contrario a la India. ¿No es posible llevar una vida honesta trabajando con las dos manos y sirviendo a la madre patria? ¿Por qué albergar deseos impropios? Es la insaciable codicia la que hoy en día es responsable de la destrucción de las cualidades humanas en el hombre. Mientras el deseo no esté controlado, ustedes no pueden descubrir el Alma. El Purusha Sukta declara que «no mediante la acción, no por la progenie, no mediante la riqueza, sino sólo por el sacrificio uno puede alcanzar la inmortalidad». Sacrificio, fortaleza y sabiduría son las cualidades de lo Divino. Usen todos sus talentos para el servicio a su país primero y después hagan todo lo que quieran por otros países. ¿Cómo pueden conquistar el mundo exterior sin haber establecido el control en su propia casa? Si no pueden obtener satisfacción utilizando su educación, sus habilidades y destrezas y su inteligencia en su país, ¿cómo van a lograrlo en países extraños?
¡Encarnaciones de lo Divino!: Ya sea que lo crean o no, les diré algo. No existe ni la más leve traza de interés egoísta en mí. No importa lo que haga o el camino que tome, todo lo hago por la felicidad de todos, el bien de todos y el mejoramiento de todos. Ni una sola de mis acciones es para la satisfacción de mis deseos personales. El deseo es algo ajeno a mí; todos mis deseos son sólo para promover el bienestar del mundo. Que todo el mundo sea feliz es el único objetivo de Sai.
Por medio de planes de una clase u otra el mundo no puede ser mejorado. Solamente cuando una revolución espiritual tiene lugar en el hombre, pueden ser alcanzados la prosperidad y el bienestar del mundo. Si la mente del hombre no se reforma y purifica, todo plan para reformar al mundo será inútil.
Como los jóvenes del presente, que serán los ciudadanos de Bharat en el futuro, tienen que promover el bienestar del país. El principal propósito de Sai es desarrollar en las mentes y actitudes de estos jóvenes lineamientos correctos, de manera que puedan trabajar por el progreso y el bienestar de Bharat. Los estudiantes son la única riqueza que yo aprecio. Todas mis esperanzas están concentradas en ellos, reformarlos y capacitarlos para servir como ejemplos de rectitud es el único propósito de Sai.
No es fácil para la gente comprender el principio de amor universal de Sai. Les daré un pequeño ejemplo. Llevamos a los estudiantes a Jammu, Ca
chemira, Delhi y Prayag. Por dondequiera que fuimos cuidamos de sus necesidades y cumplimos sus deseos. Me gustaría revelar a ustedes cómo mi amor se manifiesta de manera que puedan conocer mi verdadera naturaleza. A la vez que esta gran Conferencia Mundial se lleva a cabo, me ocupo del cuidado de los estudiantes de todas las instituciones educativas Sathya Sai que han venido de Puttaparti, Anantapur, Bangalore, Jaipur y Bhopal. Todos mis pensamientos se han concentrado en cómo hacerlos felices, cómo asegurar que estén cómodos y cómo mejorar su disciplina y carácter. No es mi deseo el sólo verlos con uniformes limpios y ocupados en actividades como sacar agua y limpiar las calles. Mi idea es desarrollar una verdadera disciplina y carácter, y al mismo tiempo ver que sean felices. Con este propósito, traje cincuenta sastres para que trabajen noche y día y por dos meses cosiendo uniformes para los muchachos. No he mandado a hacer ningún nuevo traje para mí; no necesito ropas nuevas para ninguna ocasión. Aun la túnica que llevo ahora me fue ofrecida por los antiguos estudiantes del Reino de Sathya Sai como una expresión de su amor, y por eso accedí a usarla. De manera similar, no tengo ningún deseo en particular respecto a la comida o cualquier otra necesidad. Mi bienaventuranza es mi alimento, y para asegurar ese alimento promuevo la felicidad en otros y de ella obtengo deleite. Ése es el significado de mi aseveración «Mi vida es mi mensaje». Sentir dicha con la felicidad que otros experimentan es una cualidad de lo Divino.
Déjenme ilustrar esto con un pequeño ejemplo. Plantamos una pequeña semilla, que crece y se convierte en un enorme árbol. El árbol produce miles de frutos en los cuales está la semilla del árbol. Así, cuando la semilla de la divinidad se planta en este vasto Universo, el árbol de la humanidad da frutos en los cuales la semilla de la divinidad tiene que encontrarse. Así como los frutos de un árbol contienen la semilla de la cual él creció, este Universo lleva la semilla de su creador. Dice la Upanishad: «El Universo está permeado por lo Divino». «El Señor reside en cada cosa viviente.» Cuando el hombre respeta su carácter humano y se da cuenta de su obligación de descubrir su naturaleza humana, lo Divino en él se manifiesta.
La experiencia de la Divinidad debe ser buscada en compañía de gente buena. Es una ilusión el imaginarse que pueden ver a Dios en algún templo o santuario o en alguna clase de meditación. Sólo en lo Divino manifestado en una forma humana pueden ustedes experimentar lo Divino. Si uno no puede experimentar lo Divino en un ser humano, viviente, ¿cómo puede experimentarlo en una piedra inanimada? Solamente cuando uno percibe con amor comprende su verdadera naturaleza. Aquéllos que están en las Organizaciones Sai lograrán su verdadero propósito cuando se eleven sobre lo bueno y lo malo, miren con el mismo respeto a todos aquéllos a su alrededor y vean a la Divinidad en ellos.
Sai no es afectado por la alabanza ni por la censura. Sai está feliz en cualquier forma que se le recuerde. Ningún devoto de Sai debe conceder ningún valor a la alabanza o a la crítica ofrecida a Sai. Aquí les doy un ejemplo de lo que pasó el otro día. Un enorme grupo vino a verme, habían llegado a Prashanti N¡layam por curiosidad, después de mirar algunos grandes reportajes en un periódico. Les dije: «Si han venido después de haber visto sólo papeles, ustedes son meros papeles también. Venir e irse después de leer periódicos o libros significa que su devoción es al papel o al libro y no al Señor. Si ustedes desean ser verdaderos devotos de Bhagavan, deben buscar por su propia iniciativa y no debido a lo que han leído en los libros o periódicos».
¡Encarnaciones del Amor!: Toda vida humana está basada en la fe. Nadie puede subsistir ni por un solo momento sin la fe. Aquí les doy un pequeño ejemplo. Un hombre coloca hoy la piedra para los cimientos de una casa. Si no tuviera la confianza de que para el siguiente año esta casa estará lista y de que él vivirá todavía el año próximo, ¿querría construir una casa? Uno se levanta en la mañana, toma una bolsa para ir al mercado a comprar vegetales; si no creyera que retornará a la casa después de comprar los vegetales en el mercado, ¿saldría de su casa? Desde el momento de despertar hasta la hora de dormir, cada cosa que el hombre hace está basada, a cada momento, en la fe y la confianza. ¿Por qué, entonces, existe una carencia de fe en la Divinidad que les ha dado la vida, que ha creado el vasto mundo y ha provisto tantos objetos para comodidad y sustento del hombre? Desarrollamos fe en innumerables cosas pequeñas, pero tenemos dudas acerca del más sagrado y vital requisito para un buen vivir: Dios. Si tenemos fe en Dios, cualquier otra creencia es irrelevante. En la costa hay rocas que permanecen firmes aunque a veces las olas se estrellen reiteradamente contra ellas. De la misma manera, si ustedes están decididos a alcanzar sus aspiraciones, objetivos o deseos, no deberían abandonar sus esfuerzos hasta que sus objetivos sean logrados, y no deberían ser afectados por toda clase de pensamientos pasajeros. ¡Sólo entonces serán verdaderos devotos!
¡Encarnaciones del Amor!: Experimentan gran alegría con el sentimiento de que están celebrando este día como mi cumpleaños. Para mí no hay ninguna celebración de cumpleaños. Para su felicidad, para su bien y para satisfacer sus propios deseos he accedido a tomar parte en varios programas arreglados para este día. Si uno no tiene nacimiento, no tiene muerte. Si hay muerte, entonces uno ha nacido. El nacimiento y la muerte son acción y reacción. Yo estoy más allá de ambos.
El cuerpo no tiene permanencia. Es como una burbuja en el agua; se eleva en el agua, se expande en el agua y se disuelve en el agua. El hombre es como la burbuja; Narayana es el agua. Sin el agua la burbuja no puede surgir y tener existencia. Todos los seres humanos han nacido de Narayana, crecido de Narayana, y en última instancia se funden en él. ¿Por qué regocijarse con el nacimiento de la burbuja o lamentarse con su desaparición? Mientras tengan un cuerpo, empéñense en tareas sagradas, dediquen todos sus pensamientos y acciones a la Divinidad.
Encarnaciones de lo Divino: Yo quiero pedirles que me den como ofrenda de cumpleaños sólo una cosa: REDUZCAN SU EGOÍSMO. Disminuyan sus deseos errados. Fomenten su espíritu de sacrificio y conviértanse en seres humanos nobles. Si se dedican a estos fines, habrán alcanzado el propósito para el cual han asistido a esta gran Conferencia Mundial y a esta celebración de cumpleaños, y habrán obtenido inconmensurable bienaventuranza.
Prashanti Nilayam
23 XI 80