Discursos dados por Sai Baba​ – 37. 22/11/92 La recuperación de los valores morales

Discursos dados por Sai Baba

{SB 25} (39 discursos 1992)

37. 22/11/92 La recuperación de los valores morales

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 25 cap. 37 )

La recuperación de los valores morales

22 de Noviembre de 1992

Dhaivadhinam Jagatsarvam Sathyadhinam tu Dhaivatam Sathyam Utamadhinam Utamo paramo dhevata (“El Cosmos es controlado por la Divinidad.

La Divinidad es gobernada por la Verdad.

La Verdad está sujeta a aquellos de almas elevadas.

Los de almas elevadas son supremamente Divinos”.) ¡Estudiantes! ¡Educadores! ¡Patrocinadores de la educación! El Cosmos entero está bajo el control de la Divinidad. Sin embargo, la Divinidad está atada a la Verdad. La Verdad está sometida al control de las personas de almas elevadas. Estas personas son las encarnaciones de la Divinidad en el mundo.

El universo es infinito y maravilloso. Incapaz de comprender la naturaleza del Cosmos, el hombre es víctima de las fuerzas divisivas. La Creación proclama la Voluntad de Dios. Se la conoce como Prakriti (Naturaleza). Cada hombre, que es un hijo de la Naturaleza, debería poseer una naturaleza Divina. El hombre viene al mundo para proclamar la Voluntad de Dios.

El hombre es una parte de la Creación. Está atado a todos los objetos materiales del mundo. Su conciencia está basada en su percepción del mundo. El hombre tiene que ordenar su vida para fomentar el proceso creativo.

El abuso de los recursos naturales por parte de los hombres Desafortunadamente, hoy, como consecuencia del progreso científico y tecnológico, la naturaleza humana ha declinado y el hombre considera al mundo solo como algo destinado a su disfrute.

En consecuencia, los poderes de la Naturaleza se están usando de un modo que representa una gran amenaza para el mundo. El mundo no ha sido creado para el mero disfrute. Al abusar de los recursos de la Naturaleza y olvidar su propia naturaleza humana básica, el hombre va en contra del propósito de la Creación. Muchas catástrofes naturales se deben enteramente a la conducta del hombre. Los terremotos, las erupciones volcánicas, las guerras, las inundaciones y las hambrunas son el resultado de graves alteraciones en la Naturaleza, que son causadas por la conducta del hombre. El hombre no ha reconocido la relación integral que existe entre la humanidad y el mundo de la Naturaleza.

En el cuerpo humano, todos los órganos –como los ojos, los oídos, la boca, etcétera– están integralmente relacionados entre ellos. Así como estos órganos son importantes para el hombre, el hombre es igualmente importante para la sociedad como un miembro del organismo social. El hombre es una parte de la comunidad humana. La humanidad es una parte de la Naturaleza.

La Naturaleza forma parte de Dios. El hombre no ha reconocido estas correlaciones.

El hombre es una especie de director de escena de lo que ocurre en la Naturaleza. Olvidando sus responsabilidades, el hombre lucha por sus derechos. Si se realiza una profunda indagación, se comprenderá que el hombre no tiene ningún derecho en este mundo. Tiene solo obligaciones y no derechos.

Es una necedad luchar por los derechos sin cumplir con las obligaciones propias. Todo el caos y los conflictos del mundo se deben a que los hombres han olvidado sus obligaciones. Si todos cumplen con su deber, el mundo será pacífico y próspero.

Cuando el jefe cumpla con sus obligaciones, los empleados trabajarán bien. Cuando los padres cumplan con sus obligaciones, los hijos tomarán conciencia de sus responsabilidades.

Cuando los hijos cumplan con sus obligaciones para con los padres, estos últimos serán respetados. Del mismo modo, cuando los maestros cumplan con su deber, los estudiantes se comportarán bien. Cuando los estudiantes cumplan con su deber, las autoridades obtendrán el respeto debido.

Hoy los hombres olvidan sus obligaciones. El Cosmos es un organismo integral de partes interrelacionadas. Cuando cada una cumple con su deber, los beneficios les llegan a todos. El hombre sólo tiene derecho a cumplir con su deber y, no, a los frutos surgidos de ello.

La necesidad de personas ideales ¡Estudiantes! Hoy el mundo educativo está inmerso en múltiples problemas que desconciertan a las autoridades pertinentes.

El sistema educativo está contribuyendo al colapso de los valores humanos en la sociedad. Las instituciones educativas, que deberían ser un ejemplo en la promoción del bienestar general de la nación, están llevando al país por un camino equivocado.

Los valores humanos, como el sacrificio, la integridad, la equidad y la moralidad, casi han desaparecido. La reverencia y el respeto por los mayores están totalmente ausentes. Lo que necesitamos hoy no es un nuevo sistema educativo, ni un nuevo orden social, ni siquiera una nueva religión. Hay una gran especulación acerca de cómo producir un nuevo orden social. Todos éstos son ejercicios inútiles. Hoy lo que necesitamos es Uttamapurushulu (hombres y mujeres nobles y de elevados principios). La nación prosperará solo cuando haya personas de mente y corazón puros. Tales personas emergerán en la sociedad cuando haya pureza de mente y moralidad en la sociedad.

Solo una sociedad con una base moral puede producir personas nobles.

La espiritualidad es el medio para la redención La moralidad y la integridad están basadas en la conciencia espiritual. Únicamente la espiritualidad llevará al hombre por la senda sagrada que lo conducirá a su destino. Solo la espiritualidad puede elevar al hombre hacia niveles más altos. Es el medio para el verdadero progreso y la prosperidad de la nación. La paz mundial puede alcanzarse únicamente a través de la espiritualidad.

Éste es el medio para la redención del hombre.

Al olvidar la espiritualidad, el hombre lleva una vida artificial basada en los placeres mundanos. La educación debe utilizarse para promover el bienestar nacional. El conocimiento obtenido con la educación debe ser usado desinteresadamente para promover el bienestar de la humanidad.

La verdad es el adorno de la boca. La caridad es el adorno de la mano. La educación es el adorno del oído. ¿Qué necesita uno aparte de estos adornos? Un hombre que posea estos adornos alcanzará grandes alturas. Solo él será un hombre completo.

El mero conocimiento no sirve de nada. Ravana había estudiado tantas disciplinas como Rama. Ambos eran iguales en cuanto a educación. Sin embargo, Valmiki llamó a Ravana murkha, un necio obstinado. Rama fue alabado como un hombre perfecto.

¿Dónde radica la diferencia entre los dos? Rama utilizó todo el conocimiento que había obtenido con propósitos nobles y para el bienestar de todos. Él tenía dominio sobre sus sentidos.

Renunció a su reinado. Se había comprometido a sostener la verdad. Al dedicar sus conocimientos a la causa de la verdad, para dar un ejemplo de vida ideal a la humanidad, él dedicó su vida al bienestar del país. Rama ejemplificó la perfección humana mediante su sacrificio, su adhesión a la verdad y su carácter intachable. Por el otro lado, Ravana utilizó todos sus conocimientos para disfrutar de los placeres sensuales. Se volvió un esclavo de sus sentidos y causó su propia ruina y la de su país.

Uno debería utilizar todo el conocimiento adquirido para el bienestar de todos: “Sarvahite rataah”. Solo entonces podrá ser considerado Jñana-sampannah (rico en sabiduría). Esa persona sabia estará dotada de todas las buenas cualidades. El antiguo sistema de educación fue diseñado con estos nobles propósitos.

La educación bharatiya en la Antigüedad Nada de lo que los estudiantes aprenden hoy está relacionado con el sistema de educación bharatiya. Un sistema que esclavice la mente y promueva la idea de salir a “cazar” empleos no puede tener relación alguna con la educación bharatiya. Éste fue un sistema que procuró combatir la injusticia y la corrupción y fomentar la verdad y la rectitud. No fue diseñado para hacer que un estudiante obtenga un título académico incurriendo en grandes gastos
y luego salga con un cuenco de mendigo en busca de empleo. Apunta a aumentar la confianza en uno mismo y a alentarlo a uno a emprender el servicio social en un espíritu de dedicación. La educación bharatiya estaba basada en estas dos máximas: “Sathyam vadha; Dharmam chara” (“Digan la verdad, practiquen la rectitud”).

El amor es la disciplina espiritual que gobierna la vida humana.

La verdad es el aliento vital de una persona. Bharat produjo en el pasado una gran cantidad de hombres dedicados a estos dos ideales. La educación Bharatiya hizo que la personalidad humana brillara con refulgencia como un diamante de múltiples facetas.

Bharat, antes y ahora Bharat es como un loto de innumerables pétalos. La variedad de credos y comunidades, lenguas y costumbres, hábitos y tradiciones encontrados en Bharat no puede hallarse en ningún otro país. Con sus múltiples lenguas, costumbres y culturas, Bharat es un magnífico jardín lleno de flores de diferentes colores.

Hoy los bharatiyas han olvidado la grandeza de su país. En la Antigüedad, personas de diferentes credos vivían en armonía como miembros de una familia. Ahora la armonía se ha perdido.

El principio del amor se ha extinguido. La gente ni siquiera es capaz de reconocer cuál es la verdad.

Los estudiantes deberían atesorar en sus corazones la grandeza de Bharat. Sus vidas no deberían ofrecerse como un sacrificio al egoísmo y al interés personal. Renuncien completamente al egoísmo. Solo entonces habrán adquirido la educación que es Divina y sagrada.

En la Antigüedad, después de que los estudiantes completaban su educación, los gurús solían ofrecerles palabras de consejo antes de que iniciaran Grihastashrama (la vida de jefe de familia). Era una especie de “convocación”. El consejo que los preceptores les daban era: “Sirvan al mundo. Ante todo, veneren a su padre y a su madre. Desarrollen amor por la nación”.

¿Qué clase de patriotismo tienen los estudiantes que, luego de completar sus estudios aquí, se van al extranjero para conseguir empleo? Vivan en la sociedad y gánense la estima de sus semejantes. Éstas son las lecciones esenciales que los estudiantes deben aprender.

El evangelio del servicio Hoy ustedes hicieron el voto del Instituto con respecto a cómo se comportarán cuando salgan al mundo. Se han comprometido a llevar vidas ideales. Esta promesa debe saturar cada corpúsculo de su sangre. Serán culpables de traición a sí mismos si no cumplen con la promesa.

¡Estudiantes! A partir de ahora, deben dedicarse al servicio a la sociedad y a proteger la cultura india. No aspiren a tener una posición. Practiquen al menos una fracción de lo que han aprendido. Solo la acción cuenta. Solo a través de la experiencia práctica se desarrolla la sabiduría. El dinero no lo es todo.

Es esencial desarrollar buenas cualidades. La educación sin carácter carece totalmente de valor.

Vayan a las aldeas y sirvan a los pobres y a los oprimidos.

La esencia de la educación es el servicio a los semejantes. No hay ocupación más grande que el servicio a la sociedad. Sean líderes a través del servicio. Solo cuando lleven vidas ejemplares podrán ser considerados verdaderamente educados.

Cualquiera sea la situación en otras universidades, los estudiantes del Instituto Sathya Sai deben comportarse de un modo ejemplar e ideal. Promuevan los valores morales, espirituales y sociales. Dediquen sus vidas a defender la moral. Los funcionarios sin moral jamás podrán servir a la sociedad adecuadamente.

Nunca podrán proteger la grandeza de Bharat.

¡Queridos estudiantes! Defiendan los ideales de la educación.

Cultiven el amor a Dios e inspiren en todos la devoción a Dios. ¡Vivan en Dios! ¡Hagan que otros vivan en Dios! Discurso de bendición para la XI Convocación en el Estadio Vidyagiri, el 22-11-1992.

Yo no insistí en que una persona debía tener fe en Dios; Me niego a llamar a alguien Nastika, ateo. Cada ser existe como resultado de Su voluntad, de acuerdo con Su plan; por lo tanto, nadie está más allá de Su Gracia. Además, todos sienten amor hacia algo, y ese amor es una chispa de la Divinidad.

Uno tiene que prestar atención a la Verdad y hablar la Verdad para hacer que la vida sea digna de ser vivida.

Ahora bien, ese momento es el Momento de Dios y, en el momento en que uno dice la verdad, o ama, o sirve o se inclina, es teísta.

BABA