Discursos dados por Sai Baba
{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)
36. 17/08/77 El Yo en ustedes
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 19 ) El Yo en ustedes 17 de Agosto de 1977 Internado Sri Sathya Sai, Brindavan LAS PERSONAS CON OUIENES uno se asocia determinan el carácter; una persona trata de unirse al grupo donde pueda expresar libremente su naturaleza innata. Así que el satsanga es un requisito muy importante para el progreso moral y espiritual. El hombre, por naturaleza, está inclinado a satisfacer los deseos que surgen dentro de él, o a seguir los impulsos provocados desde afuera. Muy frecuentemente éstos son nocivos, por lo que el hombre se arruina si les permite subyugar su personalidad. Consideren la feliz influencia que una buena compañía puede ejercer. Un listón es una cosa sin valor; nadie lo usaría sobre el pelo ni lo colocaría reverentemente sobre una imagen de Dios, pero cuando se asocia con unas flores fragantes, entonces las mujeres decoran sus peinados con una guirnalda y los devotos colocan la guirnalda sobre la deidad que adoran. Un pedazo de piedra en un parque público es una cosa muy descuidada y mal usada, los perros callejeros frecuentemente lo ensucian. Pero dejen que la piedra entre en contacto con un escultor o con sus alumnos, se convierta en una encantadora imagen de Dios y sea instalada en un templo para que reciba el homenaje de miles, tal vez durante siglos. Nuevamente tomen el ejemplo del ratón doméstico. En las casas donde vive, es perseguido y atrapado, envenenado y muerto; pero cuando el Señor Ganapati lo adopta como su vehículo, llega a ser adorado como un animal sagrado. A la serpiente la odian y la matan a palos dondequiera que se aparece porque el hombre le teme y la evita, pero en asociación con el Señor Shiva (que la tiene enroscada en sus muñecas, tobillos y cuello), la serpiente recibe la veneración de millones de seres. Así también, la mala compañía envilece y degrada al hombre. Tomen el ejemplo del fuego. Se considera que el fuego es sacrosanto y bendito, y es religiosamente alimentado en todo hogar hindú donde los Vedas marcan los lineamientos de la vida, pero cuando el dios del fuego entra en una vara de hierro, él tiene que sufrir bastantes golpes de martillo mientras la vara está siendo forjada por el hombre para convertirse en una herramienta. El apego al hierro crea esa calamidad para el fuego, que es altamente venerado. Los años de vida asignados al hombre como resultado de la enorme cantidad de méritos ganados y acumulados a través de muchas vidas anteriores, tienen que ser utilizados para el propósito de elevarse más hacia la Divinidad. Para esta aventura, es esencial tener compañía buena e inspiradora. Las riquezas se reducen sólo cuando se gastan, pero la vida está siendo acortada a cada momento. Aun cuando dormimos despreocupadamente, cada minuto nos hace más viejos, nos lleva más cerca de la tumba. Para dirigir el tiempo hacia actividades útiles, la vida tiene que ser regulada y limitada, los hábitos tienen que ser sublimados, las tendencias tienen que ser corregidas y se deben fomentar actividades constructivas. Estos imperativos son enfatizados en el internado Sathya Sai, aunque algunos de ustedes no aprecian las restricciones y los lineamientos prescritos para su conducta. Pueden parecer fastidiosos para ustedes en este momento, porque tienen poco en este internado y han crecido en ambientes totalmente diferentes. Tal vez ustedes anhelan lo que se llama «libertad de decisión y acción». Pero cuando no se han fijado un ideal ante ustedes, esta libertad fácilmente se convierte en libertinaje, para dedicarse, enredarse y caer en hábitos nocivos. ¿Cuál es el fin de la «libertad»? El verdadero fin de la libertad no es el «placer», sino la «sabiduría». Swecha es la palabra sánscrita para «deseo o voluntad del Alma o Ser». El Ser significa aquí el Yo superior, el omnipotente. Su deseo es siempre fundirse con lo Supremo y estar inmerso en bienaventuranza Sólo consideren la suerte de los estudiantes en la mayoría de las demás universidades e internados. Vean el lamentable estado de cosas que impera allí. El ambiente no es propicio ni para el logro académico ni para el desarrollo de la personalidad. Está lleno de agitación y de facciones políticas. ¿Ha evolucionado el hombre de su estado animal sólo para descender a una degradación peor que la de la bestia? ¿Ha de ser motivado sólo por el hambre y el temor? Como ustedes saben, la vaca entra a un terreno para comer un manojo de hierba, pero se aleja cuando ve un palo. El hombre debería tener motivos diferentes. ¿Puede el hombre ser feliz yendo al cine, o vagando por las tiendas y perdiendo el tiempo sin ningún propósito? En muchos casos, la culpa la tienen los padres porque son malos ejemplos para sus propios hijos. Beben y juegan, odian y pelean. La educación debe impedir que vayan por esos caminos equivocados. Puedo decirles que algunos estudiantes que vivieron en este internado durante algunos meses de acuerdo con sus reglas y lineamientos se han ganado el aprecio de las autoridades de los colegios hermanos en Bangalore por su puntualidad, seriedad y conducta disciplinada. La mejor ofrenda que ustedes pueden hacerle al país o a la Divinidad en ustedes es una vida disciplinada. Una sola persona que se oponga a una vida regulada puede, mediante su ejemplo, echar a perder la vida de muchos otros con quienes entra en contacto, así que cada uno de ustedes debe aceptar el ideal después de analizar sus implicaciones y de estar convencido de su validez. Los instintos e impulsos animales persisten en la naturaleza humana como vestigios, y sólo cuando se controla su renacimiento y finalmente se les elimina, se pueden manifestar las fuentes de la divinidad. Esta escuela les concede precisamente esa oportunidad, y el satsanga los ayuda a que logren esto. La naturaleza puede ser modificada por la educación; hasta los perros pueden dejar de gustar de la carne cuando se les acostumbra para que les guste sólo la comida vegetariana. Por eso, ábranse gustosamente a la influencia de las personas piadosas que están disponibles aquí. Las cigüeñas se burlan de los cisnes y los cuervos se quejan del canto del pájaro cucú, pero a pesar de todo ese cinismo el cisne se pavonea como siempre y el pájaro sigue cantando igual que antes. Aquéllos que ridiculizan a los demás, finalmente se encuentran aislados y caen víctimas de sus propias burlas. Con mucha frecuencia hasta los planes más inteligentes de los hombres dan como resultado todo lo opuesto debido a algún error fundamental en su razonamiento. Hace algunos años, en Bobili se esparció rápidamente una enfermedad infecciosa que producía irritaciones sobre la piel. Se descubrió que la infección la originaban las ratas domésticas. Como no se podían matar a todas las ratas usando trampas, el gobernador decidió alentar al pueblo para que tuvieran gatos cómo animal de casa y a cada familia le dio un subsidio mensual de cinco kilos de arroz para alimentar a los gatos. Después de un tiempo, el gobernador comenzó a recibir quejas de que los gatos no estaban siendo alimentados adecuadamente, y que los jefes de familia estaban comiendo el arroz que era para los gatos, por lo que el gobernador les ordenó que se presentaran en la corte con los animales. Así se descubrió que el rumor del mal uso del arroz era falso. Todos los gatos estaban sorprendentemente bien alimentados y rollizos. Sin embargo, uno de los gatos, el que era criado por Ramakrishna, estaba flaco y hambriento. Cuando el gobernador lo acusó de haber hecho mal uso del arroz que el estado le había dado, le dijo: «Señor, ninguno de esos gatos ha cazado una rata; están demasiado bien alimentados para hacerlo. Cuando no tienen hambre, ¿cómo pueden buscar y matar ratas? Mi gato caza por lo menos una docena al día». El gobernador tuvo que admitir que su plan había sido un fracaso rotundo. Había producido precisamente el resultado o |