Discursos dados por Sai Baba
{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)
31. 20/03/77 La era de Rama
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 10 cap. 14 )
La era de Rama
20 de Marzo de 1977
Sarva jiva dharma santham Sarva nama dharma Shivam Satchitananda rupam advaitam Sathyam Shivam Sundaram
El sostén de todos los seres, la Paz Suprema, conocido por todos los nombres; la auspiciosidad suprema, el Uno sin segundo, el Ser, la Conciencia, la Bienaventuranza. Verdad, prosperidad, belleza.
La riqueza se reduce solamente cuando se gasta, pero el número de años que se pueden vivir sobre la tierra se acorta a cada momento, les guste o no, estén o no conscientes de ello. Por lo mismo, deben sentir urgencia por las grandes tareas de la vida. La inteligencia es un don especial que le ha sido dado al hombre para que se pueda conocer a sí mismo, pero desgraciadamente ahora lo usa para conocer a «otros». Cuando al hombre se le ha dado un espejo para que vea su propia cara y corrija sus defectos, él tontamente lo pone frente a la cara de otras personas.
Hay algunos deberes fundamentales que el hombre tiene que cumplir inteligentemente. En las Escrituras se hace referencia a tres de éstos como deuda (rna). Como consecuencia de su nacimiento humano y su vida terrenal, el hombre tiene que pagar tres deudas. La primera es deva rna, la deuda que se debe liquidar a los dioses. Cada órgano del cuerpo humano, en verdad cada función, es dominado, controlado y motivado por un poder divino, es decir, por Dios. Por lo mismo, en pago de la deuda que le debe a Él, el hombre tiene que usar sus órganos, miembros, funciones y habilidades para el beneficio de otros hombres y para el bienestar de la comunidad. La segunda deuda se llama rishi rna, la que el hombre tiene con los sabios, los profetas y los antiguos legisladores. Mucho antes del nacimiento de esta generación, mediante los esfuerzos de profetas y sabios libres de egoísmo, se han preservado y transmitido como herencia un código moral útil y una preciosa colección de lineamientos espirituales. Cada generación obtiene inspiración y conocimiento de las anteriores, especialmente de los exploradores, los pioneros, los constructores de puentes en los campos de la ética, la ley, el misticismo, la vida social y la religión. Estas personas promueven la concordia y el progreso y eliminan los conflictos sociales; sus huellas marcan las líneas del desarrollo individual y social. Hay una enorme deuda de gratitud que se les debe a ellos. Nos han transmitido una valiosa cantidad de conocimiento acerca de la naturaleza, de la conciencia, y también acerca de los medios y métodos para confirmar y aumentar ese conocimiento. Pero actualmente el hombre descuida esta herencia e incluso la desecha como inútil y superflua. Esto es suicida. El hombre tiene que preservar este conocimiento y fomentarlo, venerarlo y usarlo. Ésa es la forma de pagar la deuda con los sabios (rishis).
Los festivales en el calendario religioso como este Yugadi (el nuevo año telugu) son ejemplos pertinentes. Los rishis han establecido estos días como sagrados y es deber de ustedes volverse conscientes del significado e importancia de los festivales y por qué han sido designados de esa manera. De lo’que generalmente se hace en cada hogar cuando comienza el festival, ustedes pueden inferir el verdadero fin que se proponían los rishis. En este día, la gente toma baños ceremoniales, viste ropa nueva, adornan el umbral de las puertas con adornos de frescas hojas verdes, pintan sus casas, elaboran diseños originales sobre el piso y embellecen sus hogares. Todos éstos son recordatorios del principal propósito, a saber: el de albergar nuevas ideas y renunciar a las viejas, instalando ananda en la mente, recuperando valor y confianza y fortaleciendo la esperanza y la fe.
Los yugadis vienen y van; nala deja su lugar a pingala; un año sucede a otro, muchos acontecimientos importantes pasan en el camino y pronto van quedando atrás; pero no se avanza en el viaje. Todavía están absortos en creencias y fantasías anticuadas. Observen los códigos correctos establecidos por los rishis con una conciencia de los planes más profundos que tenían como fin. Sigan los Shastras y lleven a cabo los ritos, celebraciones, ayunos, votos y vigilias de todos los días, según las temporadas que ellos recomiendan, siempre enfatizando el significado interno, la importancia y el aspecto espiritual de la celebración. Ésa es la mejor manera de pagar su deuda.
La tercera deuda es la pithr rna, o la deuda que se debe pagar a los ancestros, especialmente a los padres. Esta deuda también es universal, lo que quiere decir que los hombres en todas las tierras y climas tienen que reconocerla, porque todos nacen de padres a quienes se les debe gratitud por habernos dotado con un cuerpo. Adoren a los padres, háganlos felices, denles alegría y gozo prestándoles atención amorosa y dándoles cuidado afectuoso. Otro deber es propagar la línea a través de niños de carácter puro, virtudes elevadas y esfuerzos nobles.
Dasarata, el emperador de Ayodhya, deseoso de pagar su deuda a los ancestros, tuvo que realizar el yaga Putrakamesti, el sacrificio védico que puede darle al aspirante la bendición de tener hijos. Ésta es la estación Vasanta (primavera). Esta temporada abarca dos meses, Madhu Madhava y Mesha Rishaba. Mesha es el mes más lleno de gloria de todo el año. Fue en la estación de Vasanta cuando Dasarata soltó al caballo de sacrificio para que pudiera vagar libremente por el continente a lo largo de un camino en el que no debía haber obstáculos, y fue en el mismo mes cuando el caballo regresó sin problemas a Ayodhya. El yaga Putrakamesti también comenzaba en Vasanta, y los cuatro hijos Rama, Bharata, Lakshmana y Satrugna nacieron en Vasanta. Ésta es la razón por la que se aclama el Yugadi como el día inaugural de Vasanta Navaratri (las nueve noches de Vasanta) que culmina con el Rama navami, el día en que nació Rama.
Yuga significa era. A este día no se le llama Samvatsara adi, el día del año nuevo, sino Yuga adi, el primer día de la nueva era. La era indicada es el Dharma yuga o el Rama yuga, porque a Rama se le identifica con la encarnación misma del dharma. Por lo tanto, el principal deber de todos los que participan en esta celebración es adherirse al dharma, dar apoyo al dharmay fomentar el dharma.
Rama demostró en su vida avatárica que la verdad (sathya) y la rectitud (dharma) son las mejores y más fundamentales virtudes que el hombre puede obtener y de las cuales se puede beneficiar. Sathya y dharma son como las dos ruedas de una carreta, como las dos alas de un pájaro. Sin ruedas, ¿cómo puede moverse la carreta? Sin alas, ¿cómo puede el pájaro volar? A Rama se le conocía y es adorado como la persona que nunca se desviaba de la palabra dada. Se le conocía y es adorado como la encarnación del dharma, y así lo dice el Ramayana. Esto expresa el principio Rama en su totalidad.
Se trata principalmente de saber cuál es la meta final que el hombre se propone en la vida. La meta tiene que ser la realización de la unidad del ser con el Paramatma, o el Ser que está por encima de todo. O, de otra manera, ¿por qué debería el hombre tomar esta forma humana? Si la meta fuera simplemente «vivir» o un «vivir feliz», el hombre podía haber sido encerrado en el cuerpo de un pájaro o de una bestia. El hecho mismo de que el hombre esté dotado con memoria, mente, inteligencia, discernimiento, habilidad para anticiparse al futuro, deseo para desapegarse de los sentidos, etcétera, indica que está destinado para alguna meta superior. Si, a pesar de esto, el hombre anhela una meta inferior, él es un papi (pecador). Pero el que, a pesar de las tentaciones y los obstáculos, persiste en el camino que lleva al conocimiento de sí mismo, es un gopi, porque las gopis de Brindavan fueron los ejemplos más inspiradores de esa clase de almas.
La disciplina más efectiva que el hombre puede adoptar para lograr esta meta elevada, es el control de los cinco sentidos. Eviten los errores
y los males que el ojo, el oído, la lengua, la mente y la mano están propensos a cometer. A éstos se les llama los cinco vicios. El ojo siempre busca lo v¡I y lo vulgar. A pesar del peligro que representan para su propia vida y su cuerpo, el ciclista, el motociclista y el automovilista, anhelan mirar los carteles obscenos que anuncian alguna película. Al ojo lo deben mantener bajo control para que no arruine la mente, así como al cuerpo. El oído anhela el escándalo y las noticias morbosas. No los persuade a ustedes para que asistan a conferencias que realmente les pueden ayudar en su desarrollo espiritual. Aun si por casualidad asisten a alguna, el oído los disuade dándoles un dolor de cabeza, pero cuando alguien insulta a otra persona, los oídos se concentran al máximo. A menos que se tenga bajo control, la lengua es doblemente peligrosa porque habla chismes y crea anhelo por los sabores. Es casi imposible llevar a la lengua hacia el camino de la repetición del Nombre y la meditación, por dulce que sea el Nombre del Señor. Surdas implora que pronunciemos los nombres Govinda, Damodara, Madhava. Cuando el ojo, el oído y la lengua están bajo control y se les puede usar para el propio mejoramiento, la mente y la mano también pueden ser controladas fácilmente. Así, cuando el hombre se conoce a sí mismo, no hay necesidad de preguntar dónde habita Dios. Él mora en el corazón puro del hombre, brillando claramente en su esplendor innato de sabiduría, poder y amor.
Den alegría a todos. El amor es el medio para lograr este ideal. Cuando el amor puede atraer aun a Dios más cerca de ustedes, ¿cómo puede dejar de hacerlo con el hombre? A Krishna no se le podía atar mediante ningún otro medio. Ésa es la razón por la que Sai ha declarado: comiencen el día con amor, llenen el día con amor, terminen el día con amor. Ése es el camino hacia Dios.
Brindavan
Yugadi, 20 III 77