Discursos dados por Sai Baba​ – 15. 07/07/75 Busquen buenas compañías

Discursos dados por Sai Baba

{SB 13} (39 discursos 1975 a 1977)

15. 07/07/75 Busquen buenas compañías

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 09 cap. 48 )

Busquen buenas compañías

7 de Julio de 1975

Brindavan

KAMAL SAHANI, estudiante de comercio en la universidad, habló hace poco, utilizando un lenguaje correcto y sencillo, acerca del cuerpo humano y el propósito para el cual le ha sido dado al hombre. Dijo que el mundo es un escenario y que el cuerpo es un ropaje que uno tiene que vestir para desempeñar el papel que Dios le ha asignado en la obra dirigida y producida por él.

Ésta es una interpretación correcta. Recuerden que cuando a ustedes les asignan un papel, su deber es desempeñarlo bien y ganarse el aprecio del director.

El escenario sobre el cual ustedes interpretan su papel es un punto infinitesimal cuando se compara con el espacio cósmico, vasto e ilimitado. El tiempo durante el cual ustedes se pasean en el escenario con este vestuario, o cualquier otro, también es infinitesimal. Rupak, otro estudiante de este colegio, interpretó el papel de Shankaracharya en el teatro Shanmukhananda, en Bombay. Rupak no dejó de ser él mismo, por haber desempeñado el personaje de Shankaracharya. Su papel sólo fue una fase temporal. De igual manera, el Alma es la verdad eterna; el cuerpo asumido es temporal y el papel que éste desempeña también es corto. O, para ilustrarlo de otra manera, el tiempo que transcurre en sueños es infinitesimal cuando se compara con el tiempo que transcurre estando despierto. El estado de vigilia es representativo del estado de sabiduría e iluminación del Alma; la etapa del sueño es representativa de la nebulosa etapa de «ignorancia sabiduría» de la vida humana.

Legítimamente se puede hacer la pregunta: ¿Por qué o cómo este principio eterno, átmico, universal, tomó residencia en la caja de este cuerpo temporal, particularizado? Ustedes no guardan diamantes en un estuche de diamantes, ¿verdad? Si lo hicieran, el ladrón se beneficiaria doblemente. Sóto los guardan en una caja de acero. Por supuesto, la caja de acero o de seguridad será artística y atractiva porque el receptáculo que se escoge debe ser de acuerdo con el valor y la santidad de lo que contiene. Para tomar leche o alguna otra bebida, se selecciona un vaso o una taza limpia y atractiva; pero para una escupidera se considera que son apropiados los metales inferiores y hasta el barro.

El cuerpo es un cáliz donde ustedes recogen el néctar de la gracia divina. Ése es el principal propósito por el que les es dado. Porque sin una taza o cáliz, un estuche o un jarro, no pueden recoger el néctar. Los Vedas dicen: Raso va¡ sah (Él es nada menos que dulce néctar). Y cuando derrama su gracia en abundancia, el cuerpo se estremece de emoción. Al cuerpo hay que mantenerlo siempre limpio y puro, libre de suciedad, enfermedad, angustia o abatimiento. Nara y Narayana, el hombre y Dios, son como el hierro y el imán. Dios, por su propia naturaleza, atrae al hombre hacia El, porque en el hombre está lo divino. Cuando el imán deja de atraer al pedazo de hierro, a veces llegamos a la conclusión de que el imán ha perdido su poder. Sin embargo, la verdad es que el pedazo de hierro es el que está cubierto con una espesa capa de herrumbre y polvo. Igualmente, el hombre (el hierro) no se da cuenta de su propio defecto sino que se apresura a culpar a Dios (el imán) o hasta lo (lega a negar.

El método más fácil y eficaz para mantenerse libres del polvo y la herrumbre es el satsanga: la compañía de personas buenas y piadosas, lenta y seguramente ayudará a corregir y a limpiar a las personas propensas a alejarse del camino recto hacia la realización. Seleccionen con cuidado las compañías a las que se unen. Una taza de agua no tiene ningún valor en dinero, pero si vertimos su contenido en diez tazas de leche, adquiere el valor que la gente le da a la leche. Si, por otra parte, vertimos el contenido de una taza de leche en diez tazas de agua, pierde el valor que tenia y la condenamos como inútil. Así que el satsanga al que se deben unir debe ser más puro, más venerable y dedicado a ideales más elevados de virtud y verdad que los suyos. Cuando un fumador se une a un grupo de no fumadores, hay una gran probabilidad de que renuncie a ese mal hábito; pero cuando un no fumador cae en una pandilla de fumadores, es muy probable que pronto se vuelva una víctima. Muy parecida es la influencia sutil de las personas con las que uno se reúne. La compañía que frecuenten debe ser cualitativa y cuantitativamente más elevada y más grande que la compañía en la que están actualmente.

Hay gemas de sabiduría dentro de sus corazones, que requieren ser extraídas para beneficiarlos de algún modo. Para obtenerlas, el instrumento que tienen que utilizar es la inteligencia. Al comienzo, ustedes mismos encontrarán una roca obstruyendo su camino; ésa es la conciencia del cuerpo, el ego. Los deseos son las rocas sueltas que también tienen que escarbar y hacer a un lado. Entonces llegan a una capa de arena: buenos pensamientos, buenas palabras, buenas acciones. Cuando llegan a esta capa, se están acercando al éxito. Si prosiguen en su satsanga, sus corazones mantendrán su pureza; pero si sólo lo buscan de vez en cuando, será difícil obtener la gracia o participar de ella, porque la vasija se habrá empañado y ensuciado. En sus propios hogares ustedes deben haber notado que una vasija que se usa diariamente se mantiene limpia y brillante, mientras que las que se guardan y sólo se usan de vez en cuando tienen que ser restregadas con más vigor para que brillen.

Ustedes deben mostrar empeño y hacer acopio de mucha paciencia para encontrar el satsanga y permanecer ahí, porque no es el haber nacido como hombre lo que es una señal de gloria; es vivir como hombre lo que confiere esta dignidad.

Brindavan

7 VII 75