Remuevan la venda de los ojos (14/02/1968)

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( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 06 cap. 34 )

Remuevan la venda de los ojos

14 de Febrero de 1968

Prashanti NilayAm

El doctor Modi ha estado ocupado en Prashanti Nilayam, durante los últimos diez días, al servicio de personas con una gran aflicción: la de no poder ver; un servicio realmente loable y sagrado. El ojo es el principal instrumento del cuerpo en cuanto a su contacto con la naturaleza se refiere. Netra es sutra (el ojo es el medio),* como se dice. Por este acto de servicio, hecho desinteresada, eficiente y jubilosamente durante años, Modi se ha vuelto un yogui mucho más grande que muchos que reclaman ese título. Ésta es la verdadera austeridad, el auténtico sacrificio y ascetismo que ganan la gracia de Dios. Él está feliz porque como resultado de este incesante trabajo hace feliz a todos los que vienen a él en busca de alivio. Él es una clara evidencia de que el servicio es doblemente bendito al hacer felices al dador y al receptor. El servicio tiende a destruir el egoísmo; confiere

* Netra, ojo; sutra, hilo, vínculo; guía; indicio

enorme alegría. Su vida es una inspiración para los médicos y otros profesionales para que usen su destreza al servicio de los verdaderamente necesitados. Al dedicar su talento a este propósito, se hace puro; al dedicar la mano al servicio de los enfermos, la están purificando, la están justificando. Dirijan los sentidos a estos propósitos y se volverán beneficiosos instrumentos.

La reunión de estos pacientes a quienes se acaban de quitar las vendas, con sus caras vivaces y curiosas, llevando ropas nuevas y nueva apariencia, es en verdad una visión encantadora, pues es la alegría la que le da encanto a la personalidad. Ahora que han recobrado su vista después de la operación, úsenla para buenos fines. Ahora pueden moverse de un lado a otro sin la ayuda de nadie; así, esa persona estará libre para hacer otro trabajo útil en el hogar o en el campo. Pueden ver y apreciar las flores, los niños, las estrellas, la luna y muchas otras cosas que les recordarán la belleza del Señor. Pueden ver a otros felices, prósperos, alegres, contentos, pero no desarrollen envidia por esa felicidad. Si matan su propia paz con esta envidia, ¿para qué han de alegrarse de haber recobrado sus ojos? Vean a todos con ojos amistosos, con ojos alegres. No traten de. descubrir fallas en los demás y de perturbar su contento y alegría, perdiendo así la suya.

Esta guirnalda de flores es muy bella por los varios colores y tipos de pétalos y hojas que han sido incluidos en su hechura. Así también, esta jornada de atención médica tuvo un gran éxito debido a los médicos, enfermeras y asistentes por un lado, y a los hombres y mujeres voluntarios, los parientes y cocineros por el otro, con el doctor Modi, bendecido por mí, en el centro. Cada uno llevó a cabo su tarea con gran entusiasmo. Los voluntarios se dieron cuenta de que ésta era una oportunidad única de ayudar a pacientes realmente necesitados en un punto muy crítico de sus vidas. Esto es Narayana seva (servicio a Dios), no manava seva (servicio al hombre). Ustedes también deben ayudar a otros para que puedan devolver el servicio que han recibido. No sólo miren a un lado cuando encuentren a alguien presa del dolor o la aflicción. En la medida de lo posible, alivien la pena, consuelen a los afligidos.

Un hombre que trabaja por un salario, que calcula la recompensa a tanto por hora, recibe su salario y ha terminado, pero cuando uno hace el trabajo como parte de la propia adoración, feliz de haber tenido la oportunidad de servir por tanto tiempo y. tan alegremente como puede, obtiene el máximo de felicidad de ello. El doctor Modi también estuvo muy feliz aquí, como acaba de declarar, porque Prashanti Nilayam tiene la atmósfera del trabajo hecho como adoración, para ganar la gracia del Señor. Los cuatrocientos cincuenta pacientes que vinieron para ser atendidos estuvieron llenos de alegría, porque su más mínima necesidad fue satisfecha con un sincero entusiasmo y previsión por los residentes y los voluntarios, inspirados por mi amor. Se considera auspicioso cuando el recién nacido dirige su primera mirada a la cara de su madre; ¡cuán afortunados son todos ustedes de poder mirarme a mí tan pronto como el doctor Modi y sus asistentes empezaron a quitarles el vendaje de sus ojos! Suradas cantó: «¿Por qué habré de llorar por mi destino? ¿Te han visto todos aquellos que tienen ojos? Están malgastando su vista en escenas vulgares y degradantes. Pero yo, aunque estoy ciego, he logrado tener y retener la visión del Señor».

Yo les aconsejo, al irse a sus hogares, que pongan en la pared de su casa el retrato que ahora se les está dando y se inclinen ante él por lo menos una vez en la mañana y en la noche.; les recordarán los diez días que han pasado aquí, los cantos devocionales que oyeron mientras estaban recuperándose de la operación, las tiernas manos que trenzaron su pelo, lavaron sus caras y los alimentaron. Siento como si estuvieran dejando el hogar paterno para ir a los lugares donde los reclaman sus ocupaciones. Son hijos de Prashanti Nilayam, pertenecen a este lugar, antes de venir y después de irse.

Deben de haber observado cómo el doctor Modi llevó a cabo tantas operaciones tan rápida y exitosamente; es el resultado de la concentración, de una atención dirigida intensamente sólo al trabajo que se realiza. Aprendan a tener esta atención centrada en un solo punto (ckagrata). A través de esa concentración es posible también abrir el ojo interno, clara y totalmente, para que el hombre pueda visualizar a Dios. Repitiendo el Nombre de Dios y viendo en la mente la gloria de Dios que lleva ese Nombre, así como miles de otros nombres, lentamente la catarata del ojo interno desaparecerá y el hombre podrá ver a Dios en su corazón, instalado en el altar que está allí. Resuelvan ahora emprender esta práctica a partir de este momento.

Prashanti Nilayam