Cuando se alimenta la vaca con avena fermentada de manera que dé más leche, la leche desprende un olor desagradable. Cuando uno es absorbido con las nimiedades del mundo, la conducta y el carácter se vuelven desagradables. Es, sin dudarlo, trágico atestiguar la ruina del hijo de la inmortalidad, luchando en la desesperación y angustia. Si solamente todos examinaran esto: «¿Cuáles son mis calificaciones? ¡Cuál es mi posición?» Se darían cuenta de su perdición. ¿Acaso un tigre, sin importar cuán hambriento esté, comería palomitas o maníes? Apunten a la meta que su linaje los califica, ¿Cómo puede un loro saborear la dulzura de un mango si picotea un palo borracho?. Dios está tan ansioso por salvarte como tú lo estás de ser salvado; Él está lleno de amor y compasión por todos los que buscan. Sathya Sai Baba, Discurso del 7 de septiembre de 1966.