La cultura yace en ver la unidad en la diversidad, con la fe arraigada en la unidad de la vida. Alimenten su fe en la casta de la humanidad y la cultura del amor. Aquí, el amor no se refiere a el afecto corporal que marca la relación entre esposa y marido, entre hijos y padres, o entre amigos. El hijo, a pesar de que amaba a su madre de todo corazón, arroja su cuerpo a la pira ardiente y la envía a las llamas sin misericordia luego de su muerte. ¿Cómo puede un amor así ser llamado verdadero amor? ¡Tal tipo de relación puede , en el mejor de los casos, ser denominada ‘apego’! Los apegos, como nubes pasajeras que se alejan, se aproximan y transcurren por el medio. Pero el Amor existía incluso antes del nacimiento y durará después de la muerte. No hay amor entre esposo y esposa antes el casamiento o entre la madre y el niño antes de que haya nacido. Solo el Amor Divino existe antes del nacimiento y dura luego de la muerte. Sathya Sai Baba, Rosas de Verano en las Montañas Azules 1996, Cap.1.