Discursos dados por Sai Baba
{SB 26} (37 discursos 1993)
21. 23/05/93 Las ondas de pensamiento constituyen el Cosmos
Las ondas de pensamiento constituyen el cosmos 23 de Mayo de 1993 Curso de Verano en Brindavan Dios ha dotado a la humanidad de la gran arma de la Mente. Solo aquel que domina la Mente puede alcanzar victorias en la tierra. No podemos imaginar a nadie que sea esclavo de la mente y haya alcanzado la felicidad o la paz. ¡Encarnaciones del Amor! La existencia humana puede volverse significativa sólo cuando el hombre reconoce desde un principio la naturaleza de la mente y basa sus acciones en esa comprensión. La mente es extremadamente poderosa. Corre a gran velocidad. Es más sutil que el cielo y aun más sutil que la electricidad. Cuando semejante mente es dirigida hacia malos propósitos, un hombre experimenta todo tipo de pesares. La mente puede moverse más rápido que la luz. Así como ustedes pueden oír una transmisión de música desde una estación de radio en Delhi y Whitefield simultáneamente, la mente también funciona como las ondas radioeléctricas. Las ondas de pensamiento que emanan de la mente también poseen las propiedades de las ondas radioeléctricas. Las ondas que surgen del océano de la mente no tienen fin. El poder del pensamiento es inmenso. Los pensamientos sobreviven al cuerpo humano. Las ondas de pensamiento irradian en forma muy similar a las ondas de calor y las ondas luminosas. Las ondas de pensamientos son la causa de la alegría o el pesar, de la salud o la enfermedad, del nacimiento o la muerte del hombre. El hombre tiene que comprender la potencia de estas ondas y su conducta debe estar basada en esta conciencia. El cosmos entero está constituido por ondas de pensamiento; por eso las escrituras declaran: “La mente es la causa del cosmos”. No hay lugar, ni forma ni acción donde la mente esté ausente. Por lo tanto, todos los pensamientos del hombre deben ser dirigidos en la dirección correcta. La fortuna de uno está ligada a sus pensamientos Cuando se desarrollan buenos pensamientos, buenos sentimientos y buenas intenciones, la mente se vuelve pura. Sólo cuando la mente es pura, la acción puede ser pura y sus frutos también. Hoy uno siembra la semilla del pensamiento –karma- y cosecha el fruto de la acción. De la semilla del karma surge svabhava (el fruto de la conducta). De la semilla de la conducta sale el fruto del carácter. La semilla del carácter da el fruto de adhrishtam (la fortuna). Así, desde el pensamiento hasta la fortuna, la cadena del progreso humano puede ser percibida. De este modo, la buena y la mala suerte están ligadas a sus pensamientos. La mente sumerge al hombre en una oscuridad impenetrable mediante los malos pensamientos. La misma mente puede elevar al hombre a alturas sublimes a través de los buenos pensamientos. Por lo tanto, los pensamientos son de suprema importancia para el hombre. Ellos constituyen su mismo aliento vital. Sin comprender esta verdad, el hombre permite que las malas tendencias como la ira, la envidia, el odio y el orgullo llenen su mente, y de este modo se expone al desastre. Un hombre que busca dañar a otros abriga muchos malos pensamientos en su mente. Sin embargo, estos pensamientos le causan diez veces más daño a él que a otros. Él no es consciente de esta verdad. En consecuencia, él se dedica a maltratar a otros y a causarles daño. Sin embargo, no hay “otros”, sino solo manifestaciones de la Divinidad. Al no tomar conciencia de la divinidad en otros, el hombre trata de dañarlos; pero quienquiera que esgrima la espada contra otros, morirá por la espada. El daño que él causa a otros será su propia ruina. Quien injurie a otros, también será blanco de las injurias de otros. Así como son los pensamientos, es el resultado. Toda la existencia humana está basada en los pensamientos y sus resultados. El rostro es el índice de la mente El hombre trata permanentemente de ocultar sus faltas como el avestruz que entierra su cabeza en la arena esperando que el cazador no lo vea. De hecho, el avestruz se vuelve un blanco fácil para el cazador. Del mismo modo, un hombre lleno de ego y maldad imagina que sus pensamientos no son conocidos por nadie más. Sin embargo, la mente de un hombre es como un grabador. Sus buenos y malos pensamientos se reflejan en su rostro, aunque él no lo nota. Sin embargo, cualquier observador externo puede observarlo bien. El rostro de un hombre lleno de malos pensamientos parece el de un hombre lleno de granos. El rostro se vuelve como un tablero que indica lo que ocurre en la mente. Como los pensamientos conducen a las acciones, el comportamiento, las palabras y la conducta del hombre afectan las tendencias de la mente y dan lugar a buenos o malos impulsos. El hombre imagina que nadie puede conocer sus pensamientos. Mientras abriga malos pensamientos hacia otros, él actúa como si se regocijara con su compañía. Pero, de hecho, él no está engañando a otros sino que se está engañando a sí mismo. Él sólo está abrigando malos pensamientos y se está degradando a sí mismo. El estado natural del corazón de un hombre es la pureza. Sin embargo, al dejar entrar serpientes venenosas en la forma de malos pensamientos, él está buscándose dificultades. ¿Cómo puede un hombre tener paz en su hogar si hay una serpiente allí? Los malos pensamientos en la mente son peores que los reptiles venenosos en la casa. No debe darse absolutamente ningún lugar a los malos pensamientos. La buena compañía conduce a la Divinidad Mediante los buenos pensamientos uno incluso puede curar las enfermedades de otros. Cuando la amistad de las buenas personas es obtenida a través de los buenos pensamientos, la unión de los buenos conduce a la realización de Dios. Los pensamientos de uno determinan la clase de personas con las que uno se asocia. Un ebrio busca la compañía de los ebrios, un ladrón se junta con ladrones, un abogado con abogados, y así sucesivamente. Por eso, las personas bien intencionadas deben asociarse sólo con personas que piensen de la misma forma. Si entran en la compañía de personas malintencionadas, hasta sus buenos pensamientos pueden contaminarse. Hoy los hombres no toman conciencia de los prodigiosos poderes de la mente. Los cinco elementos, los cinco aires vitales, los cinco órganos sensoriales, las cinco envolturas están todos basados en la mente. Como el inmenso poder de la mente no es reconocido, la vida humana se arruina. Al menospreciar a la mente, el hombre se está deshumanizando a sí mismo y se está comportando como un animal o como un demonio. Cuando el hombre amplíe su visión mental, él podrá realizar su Divinidad. Si la nación ha de mejorar y progresar, si quieren experimentar a la Divinidad que satura el cosmos, tienen que cultivar buenos pensamientos. No consideren a los pensamientos como insignificantes. Un gigantesco árbol baniano crece de una pequeña semilla. Hay un refrán en telugu que dice que hasta una pequeña serpiente tiene que ser golpeada con un palo largo. Del mismo modo, incluso un mal pensamiento pequeño tiene que ser evitado rigurosamente. ————— fin del discurso ——————— No recomiendo renunciar al Karma, pues esto no es posible. Lo que quiere decirse generalmente por Karma-Sanyas es la renuncia a los ritos y rituales prescritos por las Escrituras. – BABA Traduccion Mercedes Wesley |