Discursos dados por Sai Baba
{SB 25} (39 discursos 1992)
31. 27/09/92 La saga de Shirdi Sai: misterio y mensaje
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 25 cap. 31 )
La saga de Shirdi Sai: misterio y mensaje
27 de Setiembre de 1992
Todas las festividades han sido concebidas para enseñar a los hombres a llevar una vida sagrada mientras desarrollan sus actividades mundanas. Ha sido para enseñar esta verdad a la humanidad que los Avatares y santos hicieron su advenimiento en la Tierra de era en era.
Este día (el primer día de Navaratri) tiene otro significado especial. Shirdi Baba nació el 27 de septiembre de 1838, en una familia brahmín pobre, en la aldea de Patri, en el distrito de Aurangabad. Por diversas razones, los padres abandonaron al niño. Un fakir lo encontró. Como era un niño abandonado, el fakir no sentía un afecto natural por él. Después de algunos años, el niño fue entregado a Gopal Rao Dheshmukh, a quien la gente también conocía como Venkusa debido a su erudición y sabiduría. El niño creció en el hogar de Venkusa durante algún tiempo. Sin embargo, no se sintió inclinado a permanecer allí por mucho tiempo. En 1854, viajó a Shirdi. Allí, Mhalaspati lo vio entrar al templo local. Al observar que tenía la apariencia de un musulmán, Mhalaspati lo echó del templo. El muchacho volvió sobre sus pasos y se sentó bajo un árbol de nim. En ese tiempo, él tenía 16 años. Nadie conocía su nombre. Si alguien se lo preguntaba, él no respondía. A veces replicaba:
“¿Por qué quieres saber mi nombre?”. Por eso, nadie podía averiguarlo.
Baba, el sanador Algunos aldeanos de zonas cercanas solían visitarlo bajo el árbol para obtener alivio para sus males. Él solía tomar algunas hojas, las machacaba y se las daba a las personas enfermas como medicina. De este modo, curó a muchas personas de sus enfermedades. La noticia de sus poderes sanadores se difundió por todas las aldeas vecinas. Como resultado, un gran número de personas solía acercarse a él, recibir las hojas machacadas y curarse de sus males.
Repentinamente, una mañana desapareció. Se llevó a cabo una búsqueda infructuosa en las zonas cercanas para rastrearlo.
Más adelante, en 1858, él regresó a Shirdi después de tres años. Había una aldea llamada Dhup en Aurangabad. Chandubai Patel, que pertenecía a una familia de clase media, vivía en Dhup. Como en aquellos días no existía otro medio de transporte, la gente solía viajar a caballo.
Chandubai fue a caballo a Aurangabad por un asunto urgente.
Cuando terminó sus tareas allí después de tres días, descubrió que su caballo había desaparecido. Decepcionado a causa del caballo perdido, Chandubai emprendió el viaje de regreso a Dhup atravesando espesos bosques.
El primer encuentro de Chandubai con Baba En cierto lugar, Chandubai vio a un fakir sentado bajo un árbol, en un bosque. El fakir parecía estar sumido en sus propios pensamientos. Repentinamente, saludó a Chandubai con estas palabras: “¡Eh, Patel! Ven aquí”. Al fakir le gustaba fumar Chilim (narguile). Como no había agua cerca, el fakir golpeó el suelo con un palo y el agua brotó de ese lugar. Golpeó nuevamente en otro lugar con el palo, y un fuego comenzó a arder. Usando el agua y el fuego, él comenzó a fumar su narguile y también se lo ofreció a Chandubai. Éste rehusó el ofrecimiento.
El fakir le preguntó a Chandubai: “¿Qué te preocupa, Patel?”.
Patel preguntó: “¿Cómo sabes que soy Patel?”. “Yo lo sé todo”, repuso el fakir. “Estás preocupado por tu caballo. ¡Estás mirando hacia arriba! Debes bajar la vista para rastrear el caballo. Tu caballo está pastando bajo aquel árbol”. Él había estado buscando el caballo en ese mismo lugar con algunos trabajadores, sin poder encontrarlo. Ahora lo vio bajo un árbol cercano.
Chandubai quedó pasmado cuando el fakir produjo agua y fuego de la tierra y cuando localizó su caballo perdido. Le suplicó al fakir: “¡Swami! Me has prestado una gran ayuda. Por favor, ven conmigo y acepta mi hospitalidad”. “De acuerdo, vamos”, dijo el fakir.
Para esa época, se había organizado el casamiento de la sobrina de Chandubai, que residía en Shirdi. Chandubai tuvo que ir allí para la celebración. Le pidió al fakir que fuera con él. Ambos viajaron a Shirdi en carreta. Mhalaspati vio al fakir descendiendo de una carreta, se acercó a él y le dijo: “¡Ayiye, Baba! ¡Ayiye, Sai!” (“¡Ven, Baba! ¡Ven, Sai!”). Mhalaspati le puso el nombre “Sai”. Hasta entonces, nadie le había dado un nombre.
Un tiempo después, Baba se vio envuelto en un delito. Tuvo que prestar declaración en un caso relacionado con el robo de objetos de valor de la casa de un hombre rico por parte de una banda de ladrones. La policía atrapó a los ladrones y los interrogó acerca de los artículos robados. Los ladrones dijeron que un fakir les había dado los objetos de valor.
Buscando al fakir, la policía llegó hasta Baba. Le preguntaron:
“Fakir, ¿tú les diste estos objetos a ellos?”. “Sí”, respondió él.
“¿De dónde los obtuviste?”, fue la siguiente pregunta. Baba respondió:
“Vinieron del mismo lugar del que vienen todas las cosas”.
“¿Quién te los dio?” “Yo me los di a mí mismo”, respondió.
El surgimiento del nombre “Sai Baba” Baba dio estas respuestas intrigantes, que la policía no pudo comprender. “Yo soy el dador de todo. ¿Cómo puede alguien obtener algo sin mi aprobación?”, declaró Baba. Sintiendo que era inútil seguir interrogándolo, la policía preparó un informe.
Baba recibió una citación del magistrado para declarar en el caso.
Chandubai Patel no quería que Baba fuera a ver al magistrado, de modo que hizo arreglos para que Baba fuera interrogado por un comisionado (en Shirdi). Durante el interrogatorio, se le preguntó a Baba: “¿Cuál es el nombre de su padre?”. Él respondió: “Baba”. (Baba significa “padre” y la respuesta indicaba que el nombre del padre era “padre”).
P: “¿Cuál es su religión?” R: “La religión de Dios”.
P: “¿De dónde ha venido?” R: “He venido del Atma”.
P: “¿Cuál es su casta?” R: “La casta de la Divinidad”.
Baba respondió a todas las preguntas de este modo. Anteriormente había sido saludado como “Sai”. En este interrogatorio, él dijo que el nombre de su padre era “Baba”. Por eso, por la combinación de estos dos nombres, él fue llamado “Sai Baba”.
Nadie sabía cuándo y dónde había nacido Sai Baba y quién le había dado ese nombre.
Baba como la encarnación de Dattatreya Más tarde, muchas personas comenzaron a dudar de sus poderes trascendentales. Un día, se iba a celebrar el aniversario del nacimiento de Dattatreya (en el mes de Margashirsha, el día de Panchami). Varios devotos se habían congregado en Shirdi. Entre ellos se encontraba un hombre rico, un gran erudito llamado Balwant Kaijack. Mientras se acercaba a la mezquita, Baba tomó un palo y lo blandió ante los devotos, pidiéndoles que se alejaran. Incluso golpeó a algunos de ellos, gritando:
“¡Saitan! ¡Saitan!”. Nadie comprendía por qué Baba se estaba comportando de este modo. “Estoy sufriendo dolores de parto.
¡Aléjense, todos ustedes!”, gritó él. En aquellos días, Baba no solo solía gritarle a la gente, sino que en ocasiones también blandía un palo contra ellos. Incluso solía arrojar el palo a las personas que huían. Todos le tenían miedo. Todos huyeron del lugar.
Un rato después, él llamó a todos para que se acercaran.
“¡Balwant Kaijack, ven!”, dijo él. Cuando Balwant se acercó, Baba entró a la mezquita. Balwant también entró y descubrió que Baba no estaba allí. Encontró un bebé de tres cabezas en el suelo. Baba había declarado que él estaba sufriendo dolores de parto y allí había un bebé. El niño de tres cabezas parecía representar a Dattatreya. Era un bebé pequeño con una cantidad de manos. Balwant reconoció al niño como Dattatre
ya y llamó a otros devotos para que entraran. Ellos lo hicieron y, al ver al niño, cerraron los ojos. En ese instante, Baba reapareció ante ellos. Desde ese momento, la gente comenzó a considerar a Baba como una encarnación de Dattatreya.
La lección de Baba a los musulmanes Surgió una disputa entre la gente local sobre si Baba era musulmán o hindú. En ocasiones él decía: “¡Alá Malik! ¡Alá Malik!”.
Otras veces, solía decir: “¡Dattatreya Malik!”. Cada vez que él gritaba “¡Alá Malik!”, los musulmanes iban a verlo a la mezquita.
Su apariencia era la de un musulmán. Por lo tanto, muchos musulmanes solían ir a él. Los hindúes también solían ir y le ofrecían incienso. Los musulmanes no aprobaban lo que estaban haciendo los hindúes. A los hindúes no les gustaba el modo en que los musulmanes veneraban a Baba. En consecuencia, surgió el rencor entre las dos comunidades.
Un día, Mhalaspati se encontraba sentado cerca de Baba prestándole un servicio. Mhalaspati era el sacerdote del templo Khandoba. Los musulmanes, que se oponían a la presencia de un sacerdote hindú cerca de Baba, llegaron con palos y golpearon a Mhalaspati. A cada golpe, Mhalaspati gritaba “¡Baba! ¡Baba!”.
Cada vez que gritaba el nombre de Baba, el golpe era recibido por Baba. Mhalaspati cayó al suelo. Baba salió.
Los musulmanes sentían gran veneración por Baba. Baba le gritó a la muchedumbre musulmana: “¡Saitan! Por un lado me adoran y por el otro me golpean. ¿Ésta es su devoción?”. Baba estaba sangrando en todo el cuerpo. Los musulmanes vieron esto y le preguntaron a Baba quién lo había golpeado. “¿Acaso no fuiste tú? ¿Acaso no fuiste tú?”, dijo Baba, señalando a varios hombres entre la muchedumbre. Ellos dijeron: “No nos acercamos a ti en absoluto. Solo golpeamos a Mhalaspati”.
“¿Quién es Mhalaspati? Yo estoy en él”, declaró Baba. “Él se ha entregado a mí y por eso todos sus infortunios son míos”.
Baba les enseña una lección a todos Al oír esto, los musulmanes cayeron a los pies de Baba e imploraron su perdón. Entonces Baba convocó a los hindúes y a los musulmanes y les dijo: “Queridos hijos, todos ustedes son la progenie de una sola madre”. Así, Baba demostró la Paternidad de Dios y la Hermandad del Hombre. Él quería que se terminara con todas las diferencias de casta y credo. Lo importante para la humanidad era el corazón.
Quien solo se interesa por su matam (credo) jamás descubrirá a Madhava (Dios). Deben buscar lo Divino dentro de ustedes.
Baba señaló que todas las distinciones de casta y credo solo se relacionan con el cuerpo. Por lo tanto, deben buscar lo Supremo en su conciencia interna. Baba, que llegó a Shirdi con Chandubai Patel en 1858, no dejó el lugar hasta su muerte en 1918. Baba vivió 80 años.
Cómo Hemant Pant escribió la vida de Baba Un día, un pandit llegó a ver a Baba y le dijo que debía escribirse su biografía. Su nombre era Hemant Pant. Él es el autor de “Sai Sat Charita”. Le rogó a Baba que diera a conocer los hechos acerca del lugar de su nacimiento, sus orígenes, su nombre y sus primeros años de vida, pero no pudo obtener ninguna información. Baba no le reveló nada a nadie. Sin embargo, en una ocasión, cuando se hallaba solo con Mhalaspati, Baba le reveló su fecha de nacimiento. Mhalaspati no era un erudito. Solo había aprendido algunos mantras para llevar a cabo la puja en el templo. Él anotó la fecha de nacimiento en un pedazo de papel, y esto llegó a las manos de Hemant Pant, que, entonces, comenzó a escribir la vida de Baba.
Nadie sabe la verdad acerca de Baba. El mundo conoce algunos hechos sobre su vida después de que cumplió 16 años.
Nació el 27 de septiembre de 1838, y alcanzó Samadhi el día de Vijayadasami, en 1918. Durante su vida, enseñó a la gente muchas cosas sagradas y realizó proezas extraordinarias. Fue adorado por muchos devotos. Dada, Nana, Shama, Abdul Baba, Mhalaspati, Chandarkar y Das Ganu siempre estaban con él. Abdul Baba se mantuvo activo hasta hace poco. Él era un ferviente devoto de Baba. A su modo de ver, no importaba a qué religión pertenecía uno. Todos eran uno en su devoción a Dios.
Kaka Dixit era un juez cuyo hijo vivió en Brindavan (Whitefield) durante veinte años. La esposa de este último se encuentra ahora en Brindavan. Kaka Dixit llevó un diario en el que quedaron registrados muchos hechos sobre Baba, entre ellos su declaración acerca de cuándo moriría.
Obtengan bienaventuranza espiritual a través de Tyaga Nadie puede hacer ninguna afirmación acerca de la naturaleza de Dios. La relación de uno con Dios es espiritual: de Atma a Atma. No obstante, en esta era de Kali o del mal, muchos son presa de las dudas debido a su preocupación por la forma física.
Esto se debe a que están inmersos en actitudes mundanas derivadas de su percepción de los elementos físicos. Prakriti, el mundo fenoménico, está lleno de experiencias sensoriales. La vida espiritual está basada en Tyaga (el desapego). La bienaventuranza perdurable solo se experimenta cuando hay sacrificio o desapego.
Hoy el hombre no está preparado para el sacrificio. Por el contrario, sus deseos son insaciables y él está perdiendo todas las cualidades humanas. La mente está contaminada, y la verdad se ha vuelto una rareza. A cada paso, el hombre se dedica a hacer el mal. Los pensamientos nobles han desaparecido. La envidia y el odio se han difundido por todas partes. Los hombres deberían aprender a seguir los dictados de su corazón y a actuar según su conciencia. Dicha conciencia está relacionada con la conciencia universal.
Discurso pronunciado en Prashanti Nilayam el 27-9-1992, primer día de Navaratri.