Discursos dados por Sai Baba
{SB 25} (39 discursos 1992)
29. 17/09/92 Los tres vicios cardinales
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 25 cap. 29 )
Los tres vicios cardinales
17 de Setiembre de 1992
¡Queridos estudiantes! Para cultivar la personalidad individual, cada uno tiene que adquirir conocimientos de ética y moralidad.
“Personalidad” no es un término común. Expresa la cualidad esencial de un ser humano. Para la palabra sánscrita Vyaktitvam, el término equivalente en español es “personalidad”.
La personalidad se cultiva solo sobre la base de la adhesión a los principios morales. El término niti en sánscrito está asociado con los buenos modales y la buena conducta. Cuando un hombre ejercita el discernimiento en la actividad diaria, se dice que tiene moral. Una vida sin moral es completamente inútil. El prestigio de una comunidad depende de su moral. Si ésta falta, la comunidad cae en la ruina. Ya sea en el caso de una nación, una sociedad o un individuo, cuando la conducta es contraria a la moral, la civilización que pudieron haber desarrollado durante largo tiempo se convertirá en ruinas. Uno puede poseer gran cantidad de riquezas, posición, autoridad y muchas otras cosas, pero todo eso es engañoso; solo la moral realza el valor de un ser humano.
Desde tiempos muy antiguos, los reyes y emperadores de Bharat basaron sus vidas en la moral y obtuvieron honor y gloria.
Gracias a ellos, Bharat fue llamada una tierra Divina, una tierra de Karma (Acción Recta), una tierra de Yoga y una tierra de Tyaga (sacrificio). El nombre y la fama del emperador Ashoka han sobrevivido durante milenios, porque él practicó las grandes virtudes en su vida cotidiana. Akbar, entre los emperadores mogoles, ha sido considerado un gran gobernante debido a su conducta como emperador.
Eliminen totalmente el egoísmo Solo una vida moral puede considerarse sagrada. El hombre es un ser sagrado. Sin embargo, cuando se entrega al egoísmo, su vida sagrada y divina se arruina. El Atma sagrada es fundamental para cada ser humano. También se la llama Antaratma. Dios, como el Morador Interno, guía y dirige la vida humana como Antar-atma, la conciencia interna de cada ser humano.
Hoy el egoísmo y el interés personal han adquirido proporciones descomunales. Todo lo que el hombre hace, todo lo que ve, todo lo que estudia, es para servir a intereses egoístas. La vida humana se ha vuelto un juguete en las manos del egoísmo.
Solo cuando el egoísmo sea totalmente eliminado en el corazón humano, el hombre desarrollará una amplitud mental que promoverá la unidad y lo sagrado en la humanidad. Cuando este egoísmo crece continuamente, toma la forma de Kama (lujuria), Krodha (odio) y Lobha (codicia). Estos tres vicios son de naturaleza demoníaca. Cuando estos tres vicios demoníacos crecen en los seres humanos, ellos pierden la fe en Dios. Además de perder la fe en Dios, desarrollan enemistad hacia Dios.
Los deseos mundanos aumentan. La cualidad divina declina.
El odio y la enemistad hacia Dios arruinan al hombre Pueden encontrar pruebas de esto en el Ramayana, el Bhagavata y el Mahabharata. La historia del Ramayana muestra cómo alguien que comenzó su carrera con lujuria, desarrolló odio y enemistad hacia Dios y se arruinó a sí mismo. Ravana era un gran erudito. Dominaba 64 tipos de vidyas (conocimientos). Fue el primero que inventó un aeroplano llamado Pushpaka Vimana.
Había dominado el lenguaje de los animales, las aves y los insectos. En cuanto a conocimientos, a Ravana no le faltaba nada.
En términos de riqueza y prosperidad, su reino superaba al cielo mismo. Él realizó grandes penitencias para adquirir dominio sobre el mundo físico. A pesar de todo esto, él tenía fe solo en el mundo fenoménico y no en la Divinidad. No eligió indagar acerca de quién se hallaba detrás de toda la creación.
El universo es propiedad del Creador. Rama era verdaderamente el Alma Suprema. Sita era la Shakti de Rama. Ella era la hija de la Madre Tierra, la encarnación de la Naturaleza. Ravana se enemistó con Rama y quiso raptar a Sita. ¿Cuál fue el resultado de todo esto? Al odiar a Dios e ir tras la Naturaleza, ¿cómo terminó Ravana? Al final, no solo él, sino también su reino y toda su progenie fueron destruidos. A pesar de todos sus conocimientos y sus poderes, él se arruinó a sí mismo debido a sus faltas morales. No reconoció la divinidad dentro de sí.
¿Cuál es la lección que han de aprender del destino de Ravana?
Sin importar cuánto conocimiento mundano puedan tener, deben buscar el Atma Vidhya (conocimiento del Atma). Sus padres o parientes pueden estar lejos de ustedes. Sin embargo, Dios no lo está. Dios está siempre con ustedes, detrás de ustedes y alrededor de ustedes, y Él los protegerá. Abandonar a la Divinidad, que está tan cerca de ustedes, e ir tras la felicidad mundana está lleno de peligros. Ravana hizo todos los esfuerzos por satisfacer su propio deseo, se volvió un enemigo de Dios y, finalmente, fue destruido.
Las lecciones del Bhagavatam El Bhagavata enseña la lección de que la ira destruye a las personas. En el Bhagavata, Hiranyakasipu consideraba a Dios su enemigo. Él se creía el Señor supremo. Sentía que no había poder más grande que él mismo. Hiranyakasipu era un gran científico. Había sondeado las profundidades del océano. Tenía control sobre los cinco elementos.
A pesar de todos estos logros, él se enemistó con Dios. Sometió a su hijo, Prahlada, a innumerables sufrimientos, porque era devoto de Narayana. Trató de ahogar a Prahlada en el océano y lo arrojó desde la cima de una montaña. Hizo que fuera mordido por serpientes. Sin embargo, Prahlada sobrevivió a todos estos sufrimientos, cantando siempre el nombre del Señor Narayana, a quien Hiranyakasipu odiaba. La ira causa la destrucción de la sabiduría; y cuando se pierde la sabiduría, todo se pierde: el honor, la riqueza, la posición y la vida misma. El conocimiento científico sin sabiduría no sirve de nada. Junto con la ciencia debe haber discernimiento.
El Ramayana enseña cuánto sufre una persona a causa de los malos deseos. El Bhagavata enseña cuánto sufre una persona debido a la ira y el odio. Ninguno de los conocimientos y poderes de Ravana o Hiranyakasipu pudieron salvarlos. Solo Dios puede dar protección. Al enemistarse con Dios, Ravana e Hiranyakasipu atrajeron el desastre.
La codicia precede a una caída Dhuryodhana significa el que tiene pensamientos malvados.
Su ministro era Dussasana. Dussasana significa el que promulga leyes malas. Una combinación de estas dos cosas llevó al crecimiento de la codicia. Debido a su lobha (codicia), los Kauravas fueron totalmente destruidos.
En una ocasión, Krishna dijo: “Arjuna significa una persona cuyo corazón es inmaculadamente puro”. Krishna le dijo a Arjuna (en el campo de batalla): “¡Arjuna! Levántate, levántate, Dhananjaya. El destino es todopoderoso. La justicia siempre gana. El egoísmo terminará en ruina. Es la naturaleza del Dharma de este Yuga. Conoce la verdad (de lo que va a suceder).
Dhritarashtra puede ser el padre de cien hijos. Sin embargo, no quedará ni siquiera uno para llevar a cabo sus ritos finales. Así es como funciona el destino”. Así, Krishna le reveló a Arjuna el destino de los Kauravas desde el comienzo. Dhritarashtra tenía cien hijos. ¿De qué sirvieron? Al final no quedó ni siquiera un hijo con vida para llevar a cabo sus exequias. La causa fue la codicia.
Los Kauravas no estaban dispuestos a dar a los Pandavas lo que les correspondía por derecho. Dhuryodhana quería guardar todo para sí mismo, incluso lo que pertenecía a otros.
Este tipo de egoísmo se denomina Lobha (codicia).
En el Ramayana, Ravana fue destruido debido a Kama (el deseo). En el Bhagavata, Hiranyakasipu, a pesar de sus conocimientos y poderes prodigiosos, fue destruido a causa de su ira contra Dios.
El destino de aquellos que odian a Dios Ravana, Hiranyakasipu y Dhuryodhana odiaban a Dios y fueron completamen
te destruidos. La diferencia fundamental entre los Kauravas y los Pandavas consistía en su actitud hacia Dios.
Los Pandavas tenían plena fe en Dios. Pensaban que Dios lo era todo para ellos. Los Kauravas eran indiferentes a Dios. Lo único que querían era el reino.
Antes de la guerra de Kurukshetra, Arjuna se acercó a Krishna para pedir Su ayuda y Dhuryodhana también lo hizo.
Krishna los vio venir a ambos. Cerró los ojos y simuló estar durmiendo.
Quería enseñarle al mundo la diferencia entre los dos.
Cuando fue despertado, encontró a Arjuna sentado a Sus pies.
Dhuryodhana, que estaba lleno de ego, pensó: “Yo soy un rey.
¿Cómo puedo sentarme a los pies de Krishna?”. Él tomó asiento detrás de la cabeza de Krishna. Al abrir los ojos, Krishna vio a Arjuna, que estaba sentado a Sus pies, y le preguntó: “Cuñado, ¿por qué has venido?”. Dhuryodhana se llenó de celos y pensó: “En cuanto se levanta, Krishna habla con Arjuna y no conmigo”. Él no se dio cuenta de que era muy natural que Krishna viera a Arjuna primero, porque estaba sentado a Sus pies.
Arjuna se levantó y ofreció Namaskar. Krishna sabía que Dhuryodhana estaba sentado detrás de Él. Le preguntó a Arjuna:
“¿Qué quieres?”. Dhuryodhana se acercó más y dijo: “Krishna, yo también he venido”. Krishna dijo: “De modo que ambos han venido. Tengo dos cosas para ofrecer. En un lado, estoy Yo solo. En el otro lado, está todo mi ejército. ¿Quieren Mi ejército y Mi reino o Me quieren a Mí?”. Temiendo que Arjuna pudiera pedir el ejército, Dhuryodhana se adelantó y dijo: “Krishna, quiero tu ejército”. Él respondió: “Dhuryodhana, te doy Mi ejército, puedes irte”. Arjuna le dijo a Krishna: “Swami, no quiero nada, salvo a Ti. Estaré feliz de tenerte solo a Ti”.
Desde el comienzo, los Pandavas creyeron en “Dios primero, el mundo después y finalmente el yo”. La creencia de los Kauravas era: “Yo primero, el mundo después y por último Dios”. Por lo tanto, para ellos Dios estaba en último lugar.
Quienes están cerca de Dios obtienen Su gracia Para evitar una guerra entre los Kauravas y los Pandavas, Krishna desempeñó el papel de mensajero. Dhuryodhana sentía que los Pandavas tenían éxito debido al apoyo de Krishna y maquinó una serie de planes para atrapar a Krishna y eliminarlo cuando Él llegara a Hastinapura. Vidhura conocía estos planes.
Krishna entró a la Asamblea de los Kauravas junto con Vidhura.
El rey ciego, Dhritarashtra, dirigiéndose a Krishna, dijo:
“Los Pandavas y los Kauravas son primos. Siendo los hijos de dos hermanos, deberías tener la misma actitud hacia ellos.
¿Por qué tienes prejuicios contra los Kauravas? ¿Por qué amas a los Pandavas?”. Krishna repuso: “¡Dhritarashtra! Tú no solo sufres de ceguera física; mentalmente también eres ciego. Yo derramo Mi gracia sobre aquellos que se refugian en Mí. Quien está cerca de un fuego obtiene calor y luz. Los Pandavas han estado cerca del fuego. Ellos están recibiendo la sabiduría y la gracia en la forma de luz y fuego. Los Kauravas se mantienen lejos del fuego”.
Aquí “fuego” se refiere a Jñanagni, el fuego de la sabiduría.
Los Pandavas estaban cerca de Krishna y eran amados por Él.
¿Con qué se los puede comparar? En nuestro cuerpo, la cabeza es muy importante. Luego están los hombros, el estómago y las piernas. El cuerpo consiste de estas cuatro partes, pero es inútil sin el corazón. Krishna le dijo a Dhritarashtra: “¡Oh, rey ciego, doy la analogía de un cuerpo en referencia a los Pandavas! En este cuerpo, se puede comparar a Dharmaja con la cabeza, a Arjuna con los hombros, a Bhima con el estómago y a Nakula y Sahadeva con las piernas. En ese cuerpo, Krishna es el corazón. Sin Krishna, no hay Pandavas. Sin los Pandavas no hay Krishna. Esa es la clase de relación que existe entre ellos.
Ellos son mutuamente dependientes”.
La justicia prevalece donde está Dios Krishna hizo esta declaración en la corte abierta. Así amaba el Señor a los Pandavas. Como había protección para los Pandavas por parte de Krishna, aunque perdieron el reino y todo lo demás, Krishna pudo recuperarlo todo, dándoles alegría. El éxito les llega a aquellos que tienen la protección de Dios. Cuando Dhritarashtra le preguntó a Sanjaya quién ganaría la guerra, Sanjaya respondió: “Donde estén Krishna, el Yogishvara y Parta con su arco y flecha, allí prevalecerá la justicia y estará la victoria.
Ésta es mi firme convicción”.
Los Pandavas creían firmemente en el Dharma y en Dios.
Los Kauravas fueron a postrarse a los pies de su madre, Gandhari, antes del comienzo de la guerra. Ella había vendado sus ojos y no podía verlos. Acarició a Dhuryodhana y lo bendijo. Ella dijo: “Yato Dharmah tato jayah” (“Donde está el Dharma está la victoria”). Sin embargo, ellos no tenían a la rectitud de su lado.
Hasta la madre los bendijo de ese modo. Su maldad fue la causa de esto. Ellos fueron a ver a su preceptor, Dhronacharya, y le ofrecieron Namaskar. Dhronacharya declaró: “Donde está el Dharma, está Krishna: donde está Krishna está la victoria”. Así, tanto la madre como el preceptor pronunciaron estas bendiciones.
Ninguno de los dos los bendijo con el éxito. Los Kauravas confiaban en su riqueza y en el poder de sus armas. Sin embargo, hace falta la gracia de Dios. Junto con la gracia de Dios, puede haber riqueza, posición, poder y conocimiento.
Gánense las bendiciones de sus padres y la gracia de Dios ¡Queridos estudiantes! No dejen de estudiar. Sin embargo, junto con la educación, gánense las bendiciones de sus padres y, además, la gracia de Dios. ¿Qué pasó con un guerrero como Karna, a pesar de todo su conocimiento, autoridad, poder y destreza?
Él no tenía la gracia de Dios.
Gánense la gracia de Dios. Esa es la verdadera educación espiritual. Junto con la educación espiritual, pueden adquirir educación mundana. Un requerimiento básico para todo esto es el buen carácter. Solamente la moral lo ayuda a uno en una cantidad de formas. Si su conducta no es buena, la sociedad no los respetará. Mientras uno está en el poder, puede que la sociedad lo respete. Una vez que el poder se va, ese hombre será un objeto de escarnio. Quizás ustedes no tengan ningún poder, pero la moral les conferirá honor y respeto.
Las epopeyas muestran el poder de la Divinidad He aquí un ejemplo del Ramayana para reconocer el poder de la Divinidad: Rama y Lakshmana fueron a proteger el yaga realizado por el sabio Vishvamitra. Había demonios que querían deshacer ese yaga. Maricha era uno de ellos. Él era el hijo de la ogresa Tataki.
En cuanto Rama divisó a Maricha, lo arrojó muy lejos de un flechazo. Maricha reconoció entonces el poder de Rama. Él creyó firmemente que Rama tenía el poder de la Divinidad. En ese momento, renunció a su cualidad demoníaca. Cuando se encontraba en ese estado, Ravana se acercó a él buscando su ayuda para raptar a Sita. Ravana dijo: “Quiero raptar a Sita. Rama y Lakshmana están allí. Conviértete en un ciervo dorado y distrae su atención”. Uniendo las manos, Maricha le dijo a Ravana:
“¡Oh, rey de los demonios! Tú estás confiando demasiado en tu poder físico. Rama no es un hombre común. Yo he experimentado su destreza. Has perdido la razón. No te embarques en esta aventura. Jamás lograrás la victoria sobre Rama”.
Maricha procuró aconsejar a Ravana de diversas formas.
Hay un dicho: “Cuando la destrucción es inminente, la inteligencia de uno se pervierte”. Ravana montó en cólera y dijo:
“Maricha, ¿obedeces mis órdenes o te corto la cabeza?”. Maricha pensó: “Cuando me convierta en un ciervo dorado, Rama me matará. Si voy en contra de Ravana, él me matará. La muerte es segura de cualquiera de las dos formas. En lugar de encontrar la muerte a manos de Ravana, es mejor morir a manos de Rama”. Maricha no deseaba que lo matara el malvado rey R
avana. Por eso, tomó la forma del ciervo dorado.
¡Queridos estudiantes! El Ramayana, el Mahabharata y el Bhagavata enseñan que el deseo, la ira y la codicia causan destrucción.
Depositen su fe en Dios y no en las cosas del mundo.
Cuando tengan fe en Dios, su discernimiento será perfecto. Serán guiados por su conciencia, que siempre los guiará correctamente.
En el lenguaje Vedántico, esta conciencia recibe el nombre de Chit. Dios es Sat-Chit-Ananda. Sat significa Ser, Chit significa Conciencia. Cuando ambos se combinan, hay bienaventuranza. Ese es el significado de BABA = Being (Ser) + Awareness (Conciencia) + Bliss (Bienaventuranza) = Atma.
¡Queridos estudiantes! Todos ustedes aspiran a la Bienaventuranza.
Deben disfrutar de ella. Tienen que combinar Sat y Chit para realizar Ananda. Sin Sat (pureza), no puede haber divinidad.
Sin divinidad no hay bienaventuranza. Siempre piensen en Dios.
Discurso pronunciado en el Albergue estudiantil del Instituto Sri Sathya Sai, en Prashanti Nilayam, el 17-9-1992.