Discursos dados por Sai Baba
{SB 24} (30 discursos 1991)
03.12/02/91 La bondad es santidad
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 24 cap. 3 ) La bondad es santidad 12 de Febrero de 1991 ¡Encarnaciones del Amor Divino! La creación proclama la Ishvara ichcha (la Voluntad del Señor). Recibe el nombre de Prakriti (la Naturaleza o Creación). Esto significa que toda la creación es una manifestación de la Voluntad del Señor. Cada ser que existe en la Creación tiene necesariamente las cualidades de la Divinidad. El hombre ha nacido en este mundo para manifestar la Voluntad de la Divinidad. Una semilla brota, se convierte en una planta y da una flor. La planta y sus distintos componentes, como las ramas y las hojas, son la base para que la flor florezca. Dios es la semilla para toda la creación. Dios está presente en cada ser humano como una semilla, que brota hasta volverse una planta, desarrolla hojas y ramas en la forma de gunas (cualidades) y produce la flor de Sat-Chit-Ananda (Ser-Conciencia-Bienaventuranza). Para que una semilla se convierta en una planta, la tierra y el agua son necesarias. Del mismo modo, para que la semilla divina en el hombre crezca hasta convertirse en un árbol y dé la flor de Sat-Chit-Ananda, necesita de Bhakti y Sraddha (devoción y ahínco). La condición de humano no consiste meramente en volver la mente hacia Dios. El hombre tiene que experimentar lo Divino en su interior. El estado humano es la manifestación del infinito potencial de la Divinidad. El hombre es la individualización de los infinitos rayos de la Divinidad. Al no reconocer su esencia divina, el hombre está malgastando su vida en la búsqueda de placeres transitorios y triviales. ¿Qué es la espiritualidad? Es la búsqueda resuelta de la conciencia cósmica. El fin de la espiritualidad es permitirle al hombre manifestar en toda su plenitud la divina conciencia cósmica (chaitanya) que está presente dentro y fuera de él. Esto significa librarse de la naturaleza animal y desarrollar las tendencias divinas presentes en su interior. Significa romper las barreras entre Dios y la Naturaleza y establecer su unidad esencial. La bondad es un sinónimo de Dios Para realizar tal estado de conciencia divina, la devoción es esencial. El fin de la devoción es despertar la conciencia de Ishvara (Dios) en el hombre. Toda actividad dirigida a volver la mente hacia Dios es una forma de devoción. Pensar en Dios para satisfacer deseos mundanos y comodidades físicas no es devoción. La verdadera señal de devoción es visualizar y experimentar la divina Sat-Chit-Ananda en el interior. Anil Kumar dijo en su alocución que Dios no habita en algún lugar remoto sino que reside dentro de cada uno. Desde la antigüedad, el hombre fue tras los objetos materiales externos, y por eso olvidó la Realidad eterna y divina dentro de sí. Aprisionado dentro de sus cualidades, el hombre olvida lo Divino. Quien está inmerso en la espiritualidad es indiferente a Prakriti (el mundo fenoménico). La transformación espiritual requiere que la mente deje de ser prisionera de los tres gunas (cualidades) y se apegue a Dios. Tienen que desarrollar la firme convicción de que lo Divino es la base y el sustentador del Universo. La bondad es un sinónimo de Dios. El poder de la conciencia cósmica consiste en hacer que las buenas cualidades se manifiesten en el hombre. Una mente pura es la morada del Señor Casi nadie en el mundo es consciente de qué es la verdadera espiritualidad o devoción. Si uno está inmerso en deseos mundanos, ¿cómo puede reconocer lo Divino? Esto puede hacerse sólo mediante el esfuerzo persistente. Uno tiene que esforzarse por experimentar la presencia de lo Divino en cada partícula y a cada instante. Un devoto debe considerar que una mente pura es la morada del Señor. Él debe llenar su mente con pensamientos puros, sagrados y divinos. De este modo, redimirá su vida entera. El ave Chataka experimenta muchas penurias para asegurarse gotas de lluvia impolutas provenientes de las nubes. En el instante en que divisa una nube oscura en el cielo, se lanza a su aventura. Hay agua en abundancia sobre la tierra en lagos, estanques y ríos. Sin embargo, el ave Chataka no bebe de estas aguas contaminadas. Espera las gotas de lluvia puras en el mes de Kartik y no busca otra agua. No la intimidan el trueno y el relámpago. Busca sólo las gotas de lluvia puras que caen de las nubes, sin temor ni preocupación. Canta alegremente mientras bebe las gotas de lluvia. El ave Chataka es un ejemplo de amor puro. El verdadero devoto debe llevar a cabo un esfuerzo similar (para realizar a Dios). Debe tener la misma determinación. Debe atravesar similares pruebas severas para experimentar el éxtasis último. No debe sucumbir ante las atracciones del mundo. El hombre no es meramente un ser humano, sino que es verdaderamente Dios La dorada vida de un hombre debería ser probada en la piedra de toque del nombre del Señor. En lugar de seguir esta senda fácil, el hombre se deja envolver en múltiples problemas y malgasta su preciosa vida. El hombre no es meramente un ser humano. Verdaderamente, él es Dios. Él está hundiendo su divinidad inherente en deseos mundanos. Debería usar los pensamientos puros y sagrados que surgen en él para alejarse de las atracciones transitorias del mundo y encaminarse en la senda hacia Dios. “Se lo describa como Chaitanya (la Conciencia Cósmica), o el Kshetrajña (el Conocedor Interno), o Jñana (la Sabiduría Suprema) o Ahamkara (Yo soy), o Ishvara (el Supremo Señor), o Vishnu, o Ananda (la Bienaventuranza Pura), o Paramapadam (la Morada Suprema), o Prakriti (la Naturaleza), o Adi Shakti (la Energía Primordial), todos éstos son sólo diferentes nombres dados al Atma (el Espíritu Supremo). Originalmente, no tenía ningún nombre” (Poema). La refulgencia del Atma excede el esplendor de un diamante de múltiples facetas. El diamante puede tener innumerables facetas, pero es uno y el mismo. De igual modo, el Atma irradia una infinita cantidad de rayos, pero es sólo Una. Hoy el hombre es como un jinete que cabalga sobre dos caballos al mismo tiempo. Anhela lo Divino, pero también ansía los placeres mundanos. Olvida que el creador contiene a la creación. Olvidando esta verdad, va tras el mundo fenoménico, considerándolo diferente de lo Divino. Es tan necio como el hombre que llora por obtener ghi (manteca clarificada) mientras tiene la leche en su mano, sin darse cuenta de que el ghi está latente en la leche. Los devotos de hoy estudian los Vedas y otras escrituras, como un ritual, pero no ponen en práctica ninguno de los preceptos contenidos en ellos. Las escrituras son guías para la vida práctica ¿De qué sirve meramente saber cómo los Vedas o los Upanishads han descrito a la Divinidad? Este saber libresco no se refleja en la vida del hombre. Él es como un ciego que oye hablar sobre la existencia del mundo, pero no puede verlo. No hay ninguna diferencia entre este hombre físicamente ciego y la persona espiritualmente ciega que meramente estudia las escrituras. Las escrituras son para proporcionar guías para la vida práctica y no meramente para ser aprendidas de memoria. Todos conocen la palabra Dios, pero eso no significa que conocen a Dios. El significado de ‘Dios’ será conocido sólo sirviendo a aquellos que han realizado a Dios. Todos pronuncian la palabra Dios, ¿pero cuántos realmente buscan conocer a Dios? ¿Qué esfuerzos realizan por conocer a Dios? La bondad es otro nombre de Dios. ¿Cuánta bondad hay en ustedes? Si no hay bondad, ¿cómo puede Dios ser comprendido? Para comprender algo, la experiencia subjetiva es esencial. En el Ganges, que fluye con rapidez, un pequeño pez es capaz de nadar libre y alegremente, sin temor a la profundidad o al rápido fluir del río. Sin embargo, en el mismo río, un gran elefante probablemente será arrastrado por la corriente. Uno debe saber cómo mantenerse a flote en la c Una hormiga diminuta, por ejemplo, es capaz de llegar al azúcar mezclada con arena, porque tiene la capacidad de distinguir entre la arena y el azúcar dulce en esa mezcla. Sin embargo, otro animal, sin importar lo grande que pueda ser, si no posee esta capacidad, no podrá separar el azúcar de la arena. Del mismo modo, si un hombre ha experimentado la bienaventuranza de lo Divino, ¿irá tras los placeres mundanos? Sólo la persona que no ha saboreado el néctar del Amor divino buscará estos placeres. El Amor divino se encuentra dentro del hombre. Todos los sentimientos y pensamientos divinos emanan de su interior. El Creador y el Cosmos son inseparables Hoy, las personas piensan que la espiritualidad no tiene relación con la vida mundana y viceversa. Esto es un gran error. La verdadera Divinidad es una combinación de espiritualidad y obligaciones sociales. La unidad nacional y la armonía social se basan en la espiritualidad. La Divinidad es la que conecta a la espiritualidad con la existencia social. El Creador y Prakriti (el Cosmos) están inextricablemente asociados entre sí. Por lo tanto, no debería considerarse a Dios como separado de la creación. Vean a Dios en el Cosmos. Por ejemplo, he aquí un vaso de plata. Quien nota la plata en el vaso, piensa sólo en la base material y no en la forma del vaso. Quien lo ve como un vaso, no nota su base, la plata. Sólo la persona que puede reconocer tanto la plata como el vaso puede reconocer que es un vaso de plata. Del mismo modo, sin el Ser Omnímodo no hay creación. Hoy, la mayoría de las personas ven sólo la creación. Muy pocas reconocen que la creación es una proyección del Creador. Es esencial que cada ser humano tome conciencia de que sin Brahmán (lo Supremo) no puede haber Cosmos. Desafortunadamente, hoy el hombre ve las cosas de otro modo. La razón es que se ha vuelto un esclavo de los sentidos. Ya es tiempo de que reconozca la verdad acerca de su naturaleza inherente y comience a controlar sus sentidos. Sólo cuando el hombre domine sus sentidos podrá percibir la realidad última. Es desastroso que el hombre esté dominado por sus sentidos. Él pierde la paz y olvida la Divinidad. Cada hombre tiende a pasar por alto sus propios defectos y a ver las faltas de otros. La causa radical de esta tendencia es el egoísmo y el egocentrismo. Todos sus apegos se basan en el amor egoísta. Y esto también se aplica al amor del hombre por Dios. Los hombres simulan amar a Dios, pero quien ama verdaderamente a Dios se olvidará de sí mismo. Amar a alguien por el propio bien es anuraga (afecto), pero amar a Dios por Él mismo es Prema (amor verdadero). El hombre no logra reconocer el poder de lo Divino, debido a su egoísmo y egocentrismo. Sólo cuando pueda librarse de las impurezas incrustadas en su corazón, podrá experimentar su divinidad. Eviten la ostentación y el engreimiento La ingratitud es un gran pecado, que trae como consecuencia un sinnúmero de dificultades. Olvidar lo que uno les debe a otros por su posición y prosperidad equivale a perder la gracia de la Divinidad. Es como si tal hombre estuviera muerto. Tienen que sentir gratitud hacia aquellos que los han ayudado a alcanzar una posición, poder, riquezas y excelencia. Al olvidar lo bueno que otros hicieron por ella, la persona ingrata está reduciendo a nada los más elevados valores humanos y se está pavoneando como una criatura jactanciosa. ¡Encarnaciones del Amor Divino! Eviten la ostentación y el engreimiento, cultiven amor desinteresado hacia todos. Debe haber un límite para el interés personal. El egoísmo llevado a extremos conduce al desastre. El egoísmo excesivo puede causar la pérdida de la amistad y el honor y finalmente dar por resultado la ruina absoluta. La veneración por los padres es una obligación sagrada. “Kesava” simboliza la unidad de la Trinidad Cualquiera que sea la escuela de pensamiento en la que uno crea –ya sea Advaita (no dualismo), materialismo (según lo interpreta la escuela de Charvaka) o Mayavada (la doctrina de la naturaleza ilusoria del mundo fenoménico)– algo que tienen todas en común es la creencia en el poder del nombre del Señor como “Kesava”. Este nombre es considerado el principio cardinal. ¿Cuál es el significado interno de este nombre? Está formado por tres términos: Ka + isa + va. “Ka” representa a Brahma, “Isa” representa a Ishvara y “Va” representa a Vishnu. En conjunto, el nombre simboliza la unidad de la Trinidad, que representa los poderes de creación, disolución y protección del Cosmos. Hoy los hombres no comprenden el significado interno de términos tales como “Kesava”. ¡Encarnaciones del Amor Divino! Es necesario estudiar las escrituras, los Upanishads y otros libros sagrados. Sin embargo, esto no debe realizarse como un ritual mecánico. Los predicadores religiosos de hoy meramente prescriben la lectura del Gita u otros textos espirituales como un ejercicio rutinario. ¿De qué sirve la mera lectura de las escrituras si sus preceptos no son puestos en práctica? Los sagrados nombres de las distintas deidades son repetidos como una rutina diaria (parayana). ¿Sirve de algo? En lugar de recitar cien slokas mecánicamente, es mejor poner en práctica un sloka después de haber captado plenamente su significado. Por ejemplo, está la expresión Sat-Chit-Ananda. Sat se refiere al Paramatma (el Ser Omnímodo). Chit se refiere al Jivatma (el alma individual). Cuando Sat y Chit se juntan, hay Ananda (Bienaventuranza Divina). Si Sat y Chit están separados, ¿cómo puede haber bienaventuranza? Sólo puede haber pesar. Deben esforzarse por alcanzar la unión de Sat y Chit. Podrán tener luz sólo cuando la corriente llegue al foco. Todos son encarnaciones del Espíritu Divino. Sin embargo, debido a que se hallan inmersos en los deseos mundanos, están llevando una existencia mundana. Experimenten lo Divino en todas sus actividades. Al adorar a Dios, no hagan distinciones entre un nombre o forma y otro. Todos los nombres –Rama, Krishna o Govinda– son divinos. A algunos fanáticos que adoran el nombre de Vishnu no les gusta pronunciar o siquiera oír el nombre de Shiva. Tal actitud ha de ser abandonada. Deben considerar al Cosmos entero como la encarnación de la Divinidad. La significación de Shivaratri Hoy se celebra Shivaratri. Shi-va-ra-tri consta de cuatro sílabas. Numerológicamente, las tres letras “Sa”, “va” y “ra” juntas dan once. Estos once representan los cinco Jñanendriyas (órganos sensoriales), los cinco Karmendriyas (órganos de la acción) y la mente. Estos once están gobernados por los once Rudras. Estos once órganos envuelven al hombre en deseos sensuales y lo arrastran hacia la existencia mundana. Más allá de estos once está el Paramatma, el Ser Omnímodo. Cuando uno confía en lo Supremo, puede controlar a los otros once. Nadie debería hacer distinción alguna entre Shiva y Ranga, o Rama y Krishna, porque la Divinidad es Una, cualquiera que sea el nombre con que se la adore. La esencia de todos los Nombres divinos es la misma Adorar a un nombre e injuriar a otro no es verdadera devoción. Hoy, la mayoría de los devotos tienen actitudes estrechas y sectarias. Hay algunos que van por ahí glorificando el nombre de Rama y colectando dinero en el nombre de Rama. No se ha de dar lugar a tal comercialización del Nombre divino. No presten sus oídos a tales predicadores. Reconozcan que la Divinidad habita en todos los seres. Amen a todos. Comprendan que la esencia de los Nombres divinos es la misma. Canten el nombre del Señor con este espíritu. Cuando canten bhajans de este modo, tomarán conciencia de la unidad de toda la humanidad. En el canto comunitario, todos tienen el sentimiento de unidad. Shivaratri es una noche auspiciosa. En esta noche, de los dieciséis aspectos del hombre, quince se funden en la Divinidad del hombre. Un aspecto permanece. Es un momento agradable y No se observa la sagrada vigilia de la noche de Shivaratri jugando a las cartas toda la noche. Eso es una caricatura de Jagarana. Ésta es la clase de observancia religiosa que se practica en la Era de Kali. Si durante las doce horas de esta noche, todos los sentidos son mantenidos bajo control y la mente está totalmente concentrada en lo Supremo, sólo eso constituye Jagarana (vigilia espiritual). Si tal vigilia es observada tan sólo por uno en un millón, eso es suficiente. Procuren observar esta vigilia pura, sagrada y divina esta noche y experimenten la bienaventuranza divina. Discurso en el Auditorio Purnachandra, El 12 de febrero de 1991, el día de Shivaratri. Krishna, como el Gurú, dio el Gita al mundo a través de Arjuna porque Él lo consideró un discípulo digno. Sus vidas serán bendecidas cuando desarrollen fe en Dios, veneren Sus palabras y decidan poner en práctica Sus sagradas enseñanzas en sus vidas cotidianas. BABA |