Discursos dados por Sai Baba
{SB 23} (36 discursos 1990)
20. 30/05/90 Kshetra y Kshetrajna
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 23 cap. 20 )
Kshetra y Kshetrajna
30 de Mayo de 1990
¡Queridos estudiantes! Bhagavan es más puro que el cielo.
El sol, la luna y las estrellas son los ojos del Señor. Él satura el Cosmos entero. Sólo cuando comprendan la naturaleza del cuerpo, los sentidos y el Budhi, que son los instrumentos de comprensión para el hombre, podrán entender la verdad relacionada con el Atma sagrada y omnipenetrante.
Como declara el Gita, el Cosmos es una combinación de Kshetra y Kshetrajna (el Campo y el Conocedor del campo). El verdadero conocimiento consiste en tomar conciencia de la relación entre Kshetra y Kshetrajna.
El cuerpo humano, llamado Kshetra, es un reflejo de Prakriti (la Naturaleza). Todos los objetos conscientes e inertes en el Cosmos se hallan inmanentes en el cuerpo humano. El Cosmos mismo es un reflejo de lo que se halla dentro del hombre. Es un “reflejo del Ser Interno”. No basta con reconocer el papel del cuerpo, los sentidos, la mente y el intelecto. Dentro del cuerpo está el Kshetrajna. El Conocedor Interno, que dirige a estas entidades.
Si comprenden al Kshetrajna (Conocedor) en el Kshetra, no necesitarán indagar acerca del Kshetra (el cuerpo, etcétera).
Sin embargo, hasta que tengan esa comprensión, deberán tener en cuenta al Kshetra (el complejo cuerpo-mente).
Atmajnana es conocimiento verdadero Para conocer El Kshetrajna tienen que adquirir Jnana (el Conocimiento Supremo). Esto trasciende todos los demás tipos de conocimiento relacionados con lo físico y lo fenoménico. Nadie puede comprender al Atma a través de estos tipos de conocimiento.
Se necesita un diamante para cortar un diamante. Para comprender al Atma, tienen que adquirir Atmajnana (conocimiento del Espíritu). Todo lo que ustedes consideran conocimiento en el mundo fenoménico actual es sólo ignorancia. Sólo el conocimiento del Espíritu es Jnana (conocimiento verdadero).
Atma y Jnana son uno, aunque se los llame por diferentes nombres.
El Conocimiento verdadero es Jnana. El conocimiento obtenido mediante el análisis de los objetos físicos o a través de los sentidos es una forma de ignorancia. Posee tres elementos: lo conocido, el conocer y el conocedor. Éstos son tres aspectos de la mente. Únicamente aquello que es conocido cuando se elimina la mente constituye Jnana (conocimiento verdadero).
Todas las investigaciones asociadas con la mente son ilusiones de diversas clases. Son subjetivas. Todo lo que el hombre hace –ver, oír, experimentar y hacer– son ilusiones mentales causadas por la asociación con el cuerpo. La mente no puede permanecer quieta ni por un instante sin pensar en uno u otro objeto. Por lo tanto, la mente depende del cuerpo. Ella experimenta todo lo que se relaciona con el mundo formado por los Panchabhutas (los cinco elementos) mediante los órganos sensoriales: los ojos, los oídos, la nariz y la boca. La mente ve el mundo a través de los ojos, oye a través de los oídos. Ella no tiene forma. Es Maya. Es Deseo. Es Naturaleza. Es Avidya (ignorancia).
La ilusión es su misma naturaleza. Es extremadamente difícil comprender al Atma pura e inmutable a través de un instrumento sujeto a las ilusiones.
La existencia de la Voz Interior inmutable ¿Qué es verdadero Jnana? Cuando la mente controla los sentidos, ella misma deja de funcionar. Desaparece, por así decirlo.
Entonces, el hombre experimenta un profundo silencio.
Esa quietud que resulta de la ausencia de la mente es Conocimiento verdadero. No puede ser adquirido mediante la capacidad intelectual o la agilidad mental. Tampoco se lo puede adquirir siguiendo un ejemplo. Es sui géneris. No es algo nuevo que se pueda obtener. Es como las cenizas que cubren a las brasas o como el musgo que cubre una capa de agua. Las cenizas han surgido de las brasas. El musgo se ha originado del agua. ¿De dónde surge la catarata que nubla la visión del ojo?
Ha surgido del ojo mismo. Cuando se quita el velo que ciega la visión, el verdadero Ser es revelado en su verdadera forma.
No puede obtenerse Atma Jnana (el Conocimiento del Ser) de los libros. Tampoco pueden impartirlo los preceptores. Ni siquiera puede otorgarlo el Paramatma (el Ser Supremo). Ustedes mismos son Paramatma, Jnana, Atma. ¿Cómo existe el Atma en todos los seres? ¿Cómo hay Jnana en cada uno?
Cuando meditan acerca de ello, en soledad, un sonido permanente e inmutable surge de la mente. Todos los objetos del mundo están continuamente expuestos al cambio de sustancia y forma. Todos los objetos manifiestan el poder del átomo. Cada objeto está compuesto por átomos. Es la naturaleza de los átomos combinarse y separarse. Sin embargo, en todos los seres humanos hay una entidad divina inmutable e indivisible (la Voz Interior).
El cuerpo pasa por cambios desde la infancia hasta la vejez, pero la Voz Interior permanece invariable. Los hombres experimentan tres diferentes estados de conciencia: los estados de vigilia, sueño y sueño profundo. Sin embargo, la Voz Interior no sufre cambios en los estados denso y sutil del cuerpo. ¿Qué es esa Voz? Es la divina Voz Interior que surge del Atma tatwa (el Principio del Atma). Ella declara continuamente “Yo”, “Yo”, “Yo”:
Aham, Aham, Aham. Ésta es la Verdad que es más sutil que el átomo, más fundamental que el átomo.
Lo Divino no puede ser realizado a través de la erudición De Aham ha surgido la declaración So-Ham (Yo soy Él).
Cuando este Aham (el “Yo) se identifica a sí mismo con el cuerpo, desarrolla Ahamkara (egoísmo). El egoísmo es una condición mundana común. Sin embargo, Aham (“Yo”) es la palabra de lo Divino. Esto no puede ser realizado a través de la erudición o la dialéctica. Por más importante que sea un pandit, no podrá ver un objeto si es ciego. Del mismo modo, a pesar de toda su erudición, no podrá ver un objeto que no está presente, aunque tenga visión. Sin embargo, un hombre dotado de ojos podrá percibir objetos, sea él un erudito o un ignorante. Incluso un gran erudito conocedor de todas las escrituras será incapaz de ver objetos del mundo fenoménico durante el estado de sueño.
No obstante, un hombre que está despierto –sea erudito o no– podrá ver los objetos del mundo. Del mismo modo el Atmasakti (el poder del Espíritu) que no puede ser fácilmente reconocido, será evidente para aquel que ha alcanzado el conocimiento Átmico mediante la pureza de la mente.
El Atma lo penetra todo Si miran las cosas que se hallan por debajo de la mente, perciben el mundo fenoménico; pero si miran aquello que está más allá de la mente, reconocen al Atma. Todas las experiencias y todo el conocimiento están asociados con la mente externamente.
No van más allá de la mente.
Los aspirantes que buscan experimentar al Atma no podrán hacerlo llevando a cabo acciones mundanas. El Atma lo penetra todo. El Cosmos está saturado de Chaitanya (Conciencia Átmica). Creer que porque tienen un cuerpo serán capaces de experimentarla es una fantasía de la mente. Ya sea que haya una vasija o no y que haya agua en ella o no, los reflejos del sol pueden verse en todas partes. Cuando hay una vasija con agua, podemos ver directamente el reflejo del sol, pero la ausencia de una vasija no significa que no haya sol o reflejo del sol. El Atma está presente más allá de que haya un cuerpo o no, que haya una mente o no. No se necesita un cuerpo o una mente para experimentar lo Divino. Sin embargo, hasta que se comprenda esto correctamente, ha de cuidarse bien del cuerpo, de los sentidos, la mente y el intelecto. Se los debe colocar en la senda correcta sin permitir que se desvíen. Todas las dificultades surgen porque toman caminos equivocados.
Se cree que cada hombre posee libre albedrío. Esto es un error. También se cree que es a través de las ideas y esfuerzos del individuo que se logran muchas cosas. Esto se debe al concepto erróneo de que el hombre e
s el hacedor y a su egoísmo.
El Amor devocional en sí mismo es Dios ¿Qué le ocurrió a Karna a pesar de toda su destreza con las armas y su inteligencia? Sólo la fuerza derivada de lo Divino es verdadera fuerza. Todo lo demás es debilidad. Para realizar al Atma, la habilidad física no sirve de nada. La Conciencia Átmica sólo puede ser realizada desarrollando el sentido de unidad espiritual. Hoy, el mundo está sumido en el caos y el conflicto porque se ha perdido este sentido de unidad.
El hombre realiza arduos esfuerzos para obtener comodidades mundanas, pero no hace ni una mínima fracción de tales esfuerzos para meditar en Dios. ¡Cuánta más felicidad podría disfrutar si dedicara al menos unos pocos momentos a los pensamientos de Dios! Para experimentar esta bienaventuranza divina, el mejor medio es cultivar la devoción por el Señor. No hay diferencia entre Bhakti (la devoción) y Jnana (el conocimiento del Espíritu). A través de la devoción amorosa, puede capturarse al Señor. El Amor devocional es Dios mismo. Es permanente.
Con devoción pueden superar cualquier prueba severa en la vida.
Discurso durante el Curso de Verano en Brindavan, el 30 de mayo de 1990.