( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 21 cap. 29 )
Hacia la unidad humana
20 de Octubre de 1988
¿Quién le dio al hombre su aparato digestivo?
¿Quién es el autor del nacimiento y la muerte?
Conocerlo a Él es la culminación de la Sabiduría.
¡No olvides esta verdad, oh, Hombre! El poeta Bhartruhari dijo: “Salutaciones al Señor del Tiempo, quien pone todo en movimiento”. El Tiempo es todopoderoso. No hay que desperdiciar ni un instante de este tiempo precioso. Todos tienen que seguir los dictados del Tiempo, porque el Tiempo no está subordinado a nadie. Dios es la encarnación del Tiempo. Con buenas acciones, uno debe adquirir la gracia de Dios y redimir su vida.
La mundialmente conocida cultura bharatiya, cuyo mensaje ha llegado a todos los rincones de la tierra, que ha resistido las vicisitudes del tiempo y las circunstancias, que ha permanecido inmutable durante eones desde el comienzo de la creación, da testimonio de las verdades eternas. Los Yagas y Yajnas (ofrendas ceremoniales y ritos de sacrificio) reflejan la imagen de esta cultura.
¿Qué es Yajna? No es simplemente reunir a diez Ritwiks (eruditos que llevan a cabo los rituales) para hacerlos recitar los cuatro Vedas y realizar el homa (hacer ofrendas a diversas deidades en el fuego del sacrificio). Cada acto llevado a cabo por el hombre como ofrenda a Dios —donde ofrece todos los frutos de esos actos— es yajna. Cualquier acción que uno realice, ya sea grande o pequeña, debe considerarse como hecha para complacer a la Divinidad.
Puede ser un acto sagrado o secular, puede ser para el beneficio del mundo o el más allá, puede atar o liberar, puede ser material o espiritual: cualquiera sea la naturaleza de la acción, debe estar dedicada a Dios.
Todo en el Cosmos está saturado de la Divinidad Cada individuo es un preceptor. Cada hombre es un Ritwik.
Todos son encarnaciones de Brahmán (el Espíritu Supremo). Todo en el Cosmos está saturado de la Divinidad. Esta es la verdad proclamada en los Vedas cuando dicen: “Antarbahischa tatsarvam vyapya Narayanas-stitah” (“El Señor Narayana está presente dentro y fuera de cada cosa en el universo”).
¿Por qué, entonces, el ser humano es incapaz de reconocer la Divinidad omnipresente? Los Upanishads le piden al hombre que ofrezca los frutos de todas sus acciones a la Divinidad como medio para realizar la Divinidad. ¿En qué forma puede ser experimentada la Divinidad? La respuesta es: “Sathyam Jñanam, Anantam Brahma” (“Brahmán es Verdad, Conciencia e Infinitud”). La Verdad no es mera exactitud objetiva con respecto a algún hecho u objeto.
Esta es la Verdad en el sentido mundano. Sin embargo, la Verdad en el sentido espiritual trasciende las categorías de Tiempo y Espacio y permanece inmutable siempre. Esta Verdad trascendental debe grabarse en el corazón. A la luz de esta Verdad el hombre debería transitar el camino de la vida.
¿Qué es Jñanam? Jñana (conocimiento espiritual) se refiere a Chaitanya (Conciencia Superior) y no al conocimiento de diversas clases. La conciencia es la que inspira al hombre, satura a los árboles y anima incluso a los insectos más pequeños. El santo Thyagaraja cantó acerca de la presencia de la Conciencia Cósmica en la hormiga y en Brahmán, en Siva y en Vishnu, en la forma del Amor Supremo. Experimentar esta Conciencia que todo lo penetra es experimentar la Divinidad.
Dios se le manifiesta al hombre en la forma en que este lo visualiza Esta Conciencia Pura es Anantam (Infinita). Es omnipresente.
Cualquiera sea la forma en que la Divinidad es adorada, y la idea que uno pueda tener de Ella, cualquiera sea el sentimiento que uno experimente hacia Ella, la Divinidad responde con esa forma y esa imagen para infundir alegría al devoto. Cuando un devoto ora: “Oh, Señor, permanece a mi lado y camina conmigo, detrás de mí y alrededor de mí”, el Señor le hace compañía. El devoto puede experimentar sólo los pasos del Señor. Si el devoto exclama: “¡Oh, Señor! ¿Acaso no ves mi situación lamentable? ¿No tienes ojos para mi infortunio?”, sólo los ojos del Señor aparecerán ante él. Cuando un devoto ruega: “¿Acaso no oyes mis lamentos, oh, Señor?”, la Divinidad se le manifiesta sólo como un par de oídos. Su experiencia de Dios está determinada por sus sentimientos y su forma de acercarse a Él. El Señor tiene Sus pies, cabeza, ojos y oídos en todas partes y se le manifiesta a cada persona en la forma en que esta lo visualiza.
El aspirante espiritual es la encarnación de la Bienaventuranza Luego viene Ananda (la Bienaventuranza). Todas las personas buscan la Bienaventuranza. Al aspirante se lo ha llamado la encarnación de la Bienaventuranza. Esta ha recibido diversos nombres:
Bienaventuranza Eterna, Suprema, la Bienaventuranza del Yoga (la unidad con lo Divino), Brahmananda (la Bienaventuranza de Dios), Atmananda (la Bienaventuranza Espiritual). Sin embargo, todas estas formas de Bienaventuranza se funden en una sola: la Bienaventuranza del Corazón (Hridayananda). El hombre desea obtener dicha hasta del más pequeño acto que realiza. Esta dicha está dentro de él.
Al decir “Sathyam, Jñanam, Anantam Brahma”, Brahma como la Suprema Verdad, Sabiduría e Infinitud es la encarnación de la Bienaventuranza. Brahma significa el que todo lo penetra, el que está presente en todas partes. Al no haber ningún lugar donde Él no se encuentre, ¿qué necesidad hay de buscarlo? Cuando las puertas del corazón están abiertas, puede verse la forma bienaventurada de la Divinidad. Esta fue precisamente la experiencia de las Gopikas.
El universo entero es la Morada del Señor.
¿Cuál es entonces la calle o la puerta de esa mansión?
Pulsa las cuerdas de la vida en tu cuerpo, derrama lágrimas de devoción y ofrece tu Espíritu.
Ve el Cielo en esa experiencia.
¡Ese es el camino y la puerta! Cuando ofrecen sus vidas, todas sus energías y potencias a la Divinidad, experimentan una bienaventuranza inefable. ¿Están buscando hoy esa bienaventuranza? ¿Son conscientes de ella? No.
Toda la bienaventuranza reside en el corazón. Del corazón emanan vibraciones. Estas vibraciones proclaman el nombre del Señor. No es necesario dedicarse a ningún sadhana (disciplina espiritual) si se comprende el poder del nombre del Señor.
Los tres poderes encarnados en el nombre de Rama Tulasidas declaró que hay sólo tres poderes que importan en el mundo: “Krusanu Bhanu Himakarate”, Agni (el Fuego), Surya (el Sol) y Chandra (la Luna). Estos tres son los testigos eternos. Son esenciales para todos, ya sean creyentes o ateos, yoguis o epicúreos, renunciantes o hedonistas. Sin fuego, el cuerpo se enfría y muere. Sin las radiaciones del Sol, no puede haber energía o vitalidad en el hombre. Los rayos solares son esenciales para la supervivencia de las plantas o los seres humanos. La Luna es igualmente fundamental para la existencia.
El nacimiento humano es la consecuencia de los pecados pasados y de la ignorancia. Es necesario destruir los pecados, eliminar la ignorancia y alcanzar la paz y la serenidad en la vida. Agni quemará sus pecados hasta convertirlos en cenizas. El Dios Sol destruye la ignorancia. La Luna enfría las agitaciones del corazón.
Estos tres están encarnados en el nombre de Rama: Ra+aa+ma.
Ra representa a Agni (el Dios-Fuego). Aa representa a Surya (el Dios-Sol).Ma representa a Chandra (la Luna). El nombre de Rama contiene tres deidades: Agni, Surya y Chandra. Además, el nombre de Rama encarna también la declaración Védica “Tat-tvam-Asi” (“Eso eres Tú”). Ra es “Tat”, y Ma es “Tvam”. La esencia de los Vedas y los Sastras está contenida en el nombre Divino. El significado Supremo del nombre de “Rama” nace también del Sankhya Sastra (la Ciencia de la Numerología). De acuerdo con esta ciencia, las letras Ra+Aa+Ma suman siete según sus equivalentes numéricos. Siete es un número sagrado como lo evidencia el carácter sagrado de los Saptarishis (los Siete Sabios), los siete colores del arco iris, las siete svaras (notas de la música india) y los siete días de la semana.
El significado del Saptaha Yajna Hoy hemos completado el Saptaha Veda Purusha Jñana Yajna.
¿Qué significa Saptaha Yajna? Es la ofrenda de los Siete Sonidos internos a la Divinidad. A la consumación del Yajna se la llama Samapti, que significa Brahma-Prapti (la realización de la conciencia Bráhmica). El yajna de siete días es llevado a cabo con este propósito.
¡Estos siete días han volado como si fueran minutos! ¿Por qué?
Como pasaron los siete días pensando en la Divinidad Atemporal y realizando actividades dedicadas al Señor, que está más allá del Tiempo, también trascendieron las limitaciones del Tiempo.
Cuando dedican todo su tiempo a recordar a Dios, el tiempo deja de ser una carga. “¿Kala-Kala prapannanam Kala Kimkarishyati?” (“Si nos refugiamos en el conquistador del Tiempo, ¿qué puede hacernos el Tiempo?”). Cuando veneran a Kala (el Señor del Tiempo) en sus corazones, se vuelven los amos del Tiempo.
¿Cómo se hace esto? El modo más fácil es cantando el nombre del Señor. Se ha de preferir el canto comunitario en una asamblea de devotos. Esto se conoce como Sankirtan (cantar juntos las glorias del Señor). Hay cuatro clases de Sankirtan: Guna Sankirtan, Lila Sankirtan, Bhava Sankirtan y Nama Sankirtan. Guna Sankirtan significa cantar los atributos de Dios y meditar en Sus numerosas cualidades auspiciosas. Al describir las cualidades de Sri Krishna, un devoto cantó así:
¿Acaso podemos comprenderte, oh, Krishna?
Tú eres más sutil que el átomo, más denso que lo más denso.
Inmanente en los millones de especies, Tú eres Quien las sustenta.
Siendo Tu forma infinita, ¿cómo podremos jamás conocerte?
Cuando se describe al Señor de esta forma, es posible que surjan algunas dudas. Si Él está presente en el átomo más diminuto y en la vastedad del espacio, ¿por qué no se lo puede ver?
Los cosmonautas que dieron la vuelta a la Tierra pueden tener dudas acerca de la presencia de Dios. Sin embargo, existe una diferencia entre los instrumentos empleados por ellos para explorar el espacio y los mantras mediante los cuales se experimenta a Dios. Dios es la encarnación del mantra y no un yantra (dispositivo mecánico).
Lila y Bhava Sankirtan En el Lila Sankirtan, los cantos devocionales glorifican las Lilas (juegos extraordinarios y otras acciones milagrosas del Señor) y las diferentes formas en que el Señor deleita y prueba a los devotos.
El modo de obrar del Señor no puede ser fácilmente comprendido.
Hace llorar a un devoto y seca las lágrimas de otro. Convierte a un asceta en un buscador de placeres y a un libertino, en un santo.
Estimula la locura en uno y elimina la demencia en otro. Estos juegos desconcertantes de la Divinidad son el tema de las canciones en el Lila Sankirtan.
En el Bhava Sankirtan, se expresan los sentimientos más profundos del devoto. Estos sentimientos son de diferentes tipos.
Bhishma ejemplifica el Bhava (sentimiento) de paz y contento. Arjuna representa el Sakhya-bhava (el sentimiento de amistad). Hanuman simboliza el Dasya-bhava (el sentimiento de servicio).Yasoda mostró Vatsalya-bhava (el sentimiento de amor maternal). Las gopis ejemplificaron el Anuraga-bhava (el sentimiento de cariño). Radha reveló el Madhura-bhava (el disfrute de la dulzura del Señor). Entre los diferentes Bhavas, el Madhura-bhava ocupa el lugar supremo, por ser el estado de disfrute extático del nombre y la forma del Señor en toda Su dulzura.
La diferencia entre Kirtan y Nama Sankirtan Con excepción de Nama Sankirtan (el canto del Nombre), las otras formas de Sankirtan pueden dar lugar a dudas y dificultades.
Por lo tanto, en este Kali-Yuga, la forma más fácil y segura de Sankirtan es Nama Sankirtan: canto comunitario de los Nombres del Señor. Esto no dará lugar a ninguna duda ni alterará las emociones.
A medida que uno canta el nombre, experimenta una dicha interna que es indiferente a la alabanza o a la crítica. La repetición constante del nombre del Señor debe hacer que el Nombre quede grabado en el corazón. Esto sólo puede ocurrir cuando el amor del Señor ablanda el corazón.
La diferencia entre Kirtan y Sankirtan reside en que el primero se refiere al canto del individuo en privado, mientras que el segundo tiene que ver con el canto comunitario. En el Sankirtan, todos los participantes experimentan dicha en común; por eso es superior a Kirtan, donde la dicha está limitada a un solo individuo. Muchos devotos que jamás se atreverían a cantar solos en voz alta se unirán al canto comunitario espontáneamente, sin reservas.
Un “milagro” en Dharwar Acerca de este tema, recuerdo lo que ocurrió en Dharwar hace muchos años, durante Mi visita a la Universidad de Karnataka. Esa Universidad estaba completamente dominada por Vira Saivas (fundamentalistas devotos de Siva). Ellos cerraban sus oídos a cualquier nombre excepto el de Siva. Comencé Mi discurso en la lengua kannada. Mi kannada era más dulce que el hablado en Dharwar. Dado su apego lingüístico, ellos se sintieron inmensamente felices cuando Yo hablé en su lengua. Suelo terminar mis discursos con un bhajan comunitario. Miré a la asamblea y observé su estado mental. Sabía que el nombre de Vishnu era como una maldición para ellos; si se pronunciaba la palabra “Narayana”, cerraban sus oídos, y si se mencionaba el nombre de Krishna, daban vuelta la cara.
En esa situación, comencé a cantar el bhajan: “¡Govinda Krishna Jai! ¡Gopala Krishna Jai!”. Enseguida todo el auditorio respondió con: “¡Govinda Krishna Jai!”. Entre ellos había un gurú Vira Saiva. Hasta él se unió al bhajan cantando “¡Govinda Krishna Jai! Gopala Krishna Jai!”. Al finalizar la reunión, el vicedecano, el Sr.
Adke, se me acercó corriendo y me dijo: “Solíamos tener nuestras propias ideas acerca de lo que significan los milagros de Sai Baba.
Él ha hecho que gente que jamás en su vida recitó el nombre de Krishna, lo cantara hoy. ¡Es un gran milagro!”.
¿Cuál es el significado interno de este episodio? Significa que todos, más allá de su formación anterior, se olvidan de sí mismos en un Sankirtan y participan de él. Sólo el Nombre Divino puede hacer que uno se olvide de todo y se sumerja en la dicha de cantar el Nombre. Aprendan a atravesar las dificultades de la vida con el Nombre en sus labios.
Trasciendan las diferencias ¡Encarnaciones de la Divinidad! Hay algo de suma importancia que deben saber y comprender. Dejen de lado todas las diferencias de raza, religión, casta y credo, no presten atención a la clase social o la comunidad; sientan que todos son hijos de un solo Dios.
Nuestra raza es sólo una: la raza humana.
Adoramos sólo a Uno: a Dios.
Nuestra casta es sólo una: la casta del Amor.
Nuestro lenguaje es sólo uno: el lenguaje del corazón.
Cuando reconozcan esta unidad, no hagan diferencias y llenen sus corazones de amor, serán capaces de redimir sus vidas cantando constantemente el nombre del Señor. Ese nombre los ayudará a lograr cualquier cosa. Llenará sus vidas de paz y felicidad.
Les permitirá librarse de gustos y aversiones. La cualidad suprema del hombre es el amor. Desarrollen amor para poder librarse de apegos y aversiones. ¡Así santificarán sus vidas! Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra el 20 de octubre de 1988. |