Discursos dados por Sai Baba
{SB 21} (34 discursos 1988)
28. 14/10/88 La Madre Divina
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 21 cap. 28 )
La Madre Divina
14 de Octubre de 1988
Hoy todos deberían pensar que su deber principal es venerar a la madre por ser divina y servirla, sin importar el país o las circunstancias.
Si un hombre no respeta ni sirve a su madre, que lo llevó en su vientre durante nueve meses, le permitió venir al mundo y lo crió a lo largo de los años, ¿a quién podrá respetar?
El amor maternal es semejante al del Creador, que proyecta y protege a este cosmos infinito de innumerables formas. Un individuo puede elegir adorar a la Divinidad en la forma de su diosa favorita.
Otro puede adorar a Dios en una forma diferente y obtener bienaventuranza de tal adoración.Tengan presente que las formas en que la Divinidad es adorada por otros son tan importantes para ellos como lo es para cada uno la deidad elegida. Si alguien critica o difama a las deidades adoradas por otros, comete un grave pecado, por más que realice correctamente su propia adoración.
Del mismo modo, un hombre debe mostrar por las madres de otros la misma consideración y reverencia que siente por su propia madre.
En la vida cotidiana, hay muchos ejemplos notables de la cualidad divina que representa la maternidad. La vaca convierte su propia sangre en leche nutritiva para que el hombre pueda alimentar su cuerpo. La vaca es el primer ejemplo de la Divinidad como Madre. Por su parte, la Tierra, al igual que la Divinidad, lleva al hombre en su seno y lo cuida de muchas formas. Por eso, la Tierra también es la encarnación de la Madre.
Los principios que constituyen el papel de la maternidad En el cuerpo humano, la Divinidad fluye a través de todos los miembros en la forma de Rasa (la esencia Divina) y los sustenta.
El principio Divino se llama Rasasvarupini (la Encarnación de la dulzura Divina). También se le da el nombre de Angirasa. Estos principios Divinos que saturan y sustentan el cuerpo físico también deben ser adorados como las diosas madres. Los grandes sabios, los Maharishis, investigaron los temas relacionados con el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, lo que eleva al hombre o aquello que lo degrada, y, como resultado de sus esfuerzos y penitencias, dieron a la humanidad las grandes escrituras que señalan las sendas espirituales y mundanas y el modo en que la humanidad puede redimir su existencia. Estos sabios también tienen que ser venerados como Madres Divinas.
La vaca, la tierra, las deidades que presiden el cuerpo, los sabios y el gurú son todos dignos de adoración como encarnaciones de la Maternidad Divina. Aunque los cinco aparecen con diferentes nombres y formas, tienen algo en común con la madre.
Desempeñan un papel maternal, protector y sustentador para la humanidad y, en consecuencia, deben ser venerados y adorados como Madres Divinas.
Por otro lado, la madre de cada niño despliega, en relación con su hijo, los atributos de estas cinco entidades. La madre nutre al niño, le proporciona lo necesario para su crecimiento, le enseña lo que debe saber y lo que debe evitar, y lo conduce por la senda de la rectitud.
Los poderes de Durga, Lakshmi y Sarasvati La vida de un hombre que no puede respetar y amar a una madre tan venerable es completamente inútil. Uno debe ver en la propia madre a la misma encarnación de todas las fuerzas divinas, y, por lo tanto, debe reverenciarla y tratarla con amor.
Este es el verdadero mensaje de Navaratri, la festividad de las nueve noches. La suprema Shakti se manifiesta en la forma de Durga, Lakshmi y Sarasvati. Durga otorga energía física, mental y espiritual. Lakshmi concede riquezas de diversas clases, no sólo dinero, sino también riqueza intelectual, de carácter, y demás. Incluso la salud es una forma de riqueza. Ella otorga riquezas incalculables. Y Sarasvati brinda inteligencia, la capacidad de indagación intelectual y de discernimiento. La festividad de Navaratri se celebra para proclamar al mundo el poder de las diosas. La madre de cada uno es la combinación de todos estos seres Divinos. Ella les proporciona energía, riqueza e inteligencia.
Siempre desea que progresen en la vida. Por lo tanto, la madre representa a las tres diosas adoradas durante la festividad de Navaratri.
Si los Pandavas llegaron a ser tan amados por Krishna y dignificaron sus vidas sirviéndolo, no fue gracias a sus propios méritos o a su austeridad. Fue el amor que la madre Kunti Devi sentía por ellos lo que les trajo tanta fortuna. Incluso cuando tuvieron que vivir en una selva o en la Casa de Cera, su madre siempre permaneció con ellos y oró por su bienestar. Los Pandavas también le retribuyeron su amor, y esa es la razón de su victoria final.
Del mismo modo, Lakshmana fue capaz de vivir en la selva con su hermano, Rama, sirviéndolo incesantemente, sólo debido a las bendiciones de su madre, Sumitra. Ella le dijo que Ayodhya sin Rama era como una selva, y que la selva en la que Rama viviera sería para él una verdadera Ayodhya. Gracias a las sinceras bendiciones de su madre, Lakshmana fue capaz de pasar catorce años en la selva incluso sin alimento ni descanso.
Los niños necesitan la gracia amorosa de las madres Todas las epopeyas y libros sagrados destacan el poder del amor de la madre, sus bendiciones y su gracia. Tomen como ejemplo la historia de Gandhari y los Kauravas. Cuando Krishna visitó a Gandhari para consolarla después de la guerra de Kurukshetra, ella lo acusó de haber favorecido a los Pandavas. “Si eres Dios, ¿cómo pudiste ser tan parcial? ¿Por qué apoyaste totalmente a los Pandavas y permitiste la destrucción de todos mis hijos?”, le preguntó.
Krishna le respondió que ella misma era la culpable de la muerte de sus hijos. Le recordó que, aunque había dado a luz a cien hijos, ella nunca miró con amor a ninguno de ellos. “¿Cómo podían prosperar y florecer semejantes pecadores, que ni siquiera pudieron disfrutar de la gracia amorosa de su propia madre?”, le preguntó Krishna.
No es necesario ganarse la voluntad de Durga, Lakshmi y Sarasvati para obtener energía, prosperidad material y conocimiento mundano. Si aman y adoran a su madre, estarán mostrando amor y devoción a todas las diosas.
La madre, en primer lugar La madre de uno es más grande que el mismo cielo. Incluso Sri Rama declaró que la propia madre y la Madre Tierra son aún más grandes que el cielo. La festividad de Navaratri enseña esta profunda verdad. Hay que recordar que venerar a la madre es el deber supremo. Si una madre es infeliz, todos los gastos en los que el hijo incurra y toda la adoración que ofrezca en el nombre de Durga, Lakshmi y Sarasvati en la festividad de Navaratri no darán ningún fruto.
Incluso en las antiguas enseñanzas acerca de las personas que han de ser veneradas como Dioses —la madre, el padre, el maestro y el huésped— se da el primer lugar a la madre al decir: “Matru Devo Bhava”. Aun en la conversación informal uno dice “madre, padre, maestro y Dios”. Dios es relegado a la última posición, pero la madre recibe el primer lugar. Esto revela la actitud de la cultura bharatiya hacia las mujeres en general y hacia la madre en particular.
La madre es la que lleva al niño de la mano y le enseña a caminar.
La madre es la que alimenta al niño y le enseña a comer. La madre es, una vez más, la que enseña al niño a pronunciar sonidos con sentido y a hablar. Así, la madre es la primera maestra.
Vemana declaró que un hijo que no cuida a sus padres no es mejor que un gusano que nace y muere en un hormiguero.
Consideren a sus padres como a Ishvara y Parvati, y sírvanlos de todo corazón. Si no pueden complacerlos, ¿cómo esperan poder complacer a Dios? Piensen en la historia de Lava y Kusa.
Sita los dio a luz en la ermita del sabio Valmiki. Él les enseñó diversas ramas del conocimiento. Sita también les impartió muchas lecciones y les transmitió muchos talentos. ¿Qué ocurrió cuando Sri
Rama Mismo llegó a luchar contra ellos? Lava y Kusa recordaron a su madre con gran veneración y le lanzaron a Rama una flecha.
Rama cayó desmayado cuando la flecha hizo blanco en Él. Tal es el poder de la bendición de una madre.
Discurso pronunciado en el Auditorio Purnachandra el 14 de octubre de 1988.