Discursos dados por Sai Baba – 24. 22/11/85 El Cultivo del Amor es la Necesidad más grande

Discursos dados por Sai Baba

{SB 18} (31 discursos 1985)

24. 22/11/85 El Cultivo del Amor es la Necesidad más grande

( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 18 cap. 24 )

El Cultivo del Amor es la Necesidad más grande

22 de Noviembre de 1985

La educación moderna desarrolla el intelecto e imparte destrezas, pero no promueve buenas cualidades en manera alguna. ¿De qué valor es la adquisición de todo el conocimiento en el mundo, si no hay carácter?

El conocimiento se ha multiplicado y con él los deseos han crecido. El resultado es que uno es un héroe en palabras, pero un cero en acción.

¿De qué sirve adquirir inteligencia y destrezas, si ni siquiera una pequeña fracción de lo que se aprende se pone en práctica?

La palabra satya, la verdad, es Brahmán. La rectitud está basada en la verdad. La verdad es el corazón del habla. La verdad lo es todo.

¡Encarnaciones del Amor! La verdad es la bella mansión de Dios. La rectitud está firmemente establecida en la verdad. Los Vedas que representan al conocimiento y a la más alta sabiduría (jñâna y vijñâna) son encarnaciones de la verdad. Aquellos que buscan lograr estados más altos en la vida deben seguir los mandatos de la verdad.

Las nueve gemas que se deben atesorar

La verdad, la caridad, la austeridad, el sacrificio, la amabilidad, la pureza, la franqueza, el servicio al guru y el estudio son las nueve gemas que cada buscador de conocimiento debe atesorar. La rectitud, la paz, el amor y la no violencia se encuentran en un estado en el cual la verdad y la bondad prevalecen. La verdad básica es una, pero los sabios la han llamado por muchos nombres. El hombre ideal es aquel que se adhiere a la verdad y no la abandona en ninguna circunstancia. Él vive la verdadera vida. La verdad no existe por el bien de una persona en particular. Trasciende las limitaciones de tiempo, lugar y personalidades. Es el aliento vital para todos los países, para toda la gente, para todos los tiempos. El gran padre de la humanidad, el gran Manu, después de una profunda indagación, análisis y experiencia, le dio su don a la humanidad; “Hablen la verdad, hablen lo agradable. Pero nunca hablen una verdad que sea desagradable (Satyam bruyât, priyam bruyât, Na bruyât Satyam Apriyam). No deben pronunciar una mentira porque puede ser agradable. Ni deben pronunciar una verdad que sea desagradable. Este gran consejo le fue dado por Manu a la humanidad.

El Conocimiento no significa conocimiento libresco

El hombre puede hacer genuino progreso sólo cuando la idea de que la educación es para ganarse un sustento sea abandonada. La conexión entre educación y trabajo debe ser cortada totalmente. La educación debe ser para la vida, no para un medio de vida. Sólo aquel que hace real esta verdad es una persona verdaderamente educada. Desde tiempos remotos esta verdad ha sido reconocida por los sabios de Bharat, que preservaron la herencia cultural de la nación. El conocimiento no significa mero conocimiento libresco. No es la transferencia de los contenidos de los libros al cerebro.

La educación es para la transformación del corazón. El hombre de hoy está orgulloso del poco conocimiento que ha adquirido acerca del mundo físico y alardea de que él lo conoce todo acerca del universo. El verdadero conocimiento es aquel que establece armonía y síntesis entre ciencia por un lado y espiritualidad y ética por el otro. El hombre, por lo tanto, debe desde el principio determinar el verdadero valor de la educación. Hoy en día, debido al notable crecimiento de las ciencias físicas, el hombre tiende a sentir que es altamente sabio. Pero sólo cuando el hombre trate de comprender el conocimiento de las cosas más allá de las ciencias físicas podrá beneficiarse plenamente de éstas últimas. Más allá de la física está la metafísica. Ultimamente, algunos han comenzado a darse cuenta de este hecho y se están avocando a una exploración espiritual.

Grandes sabios como Vasishta, Vamana, Jamadagni, Vishvamitra, Gautama y Parasara estuvieron entre los Siete rishis (sapta rishis) que lograron la distinción debido a su grandeza espiritual. ¿Tenemos tales sabios hoy en día? No se puede decir que los logros de la ciencia moderna no son prodigiosos. No hay cuestión alguna acerca de la necesidad de conocimiento científico. Pero hay que darse cuenta de que es necesario desarrollar asimismo nuestro sentido de discriminación para el uso apropiado de la ciencia pari passu con el desarrollo del conocimiento científico. Es debido a que esta discriminación ha faltado en el uso de la ciencia que encontramos que el mundo está enfrentando muchos peligros y dificultades.

Nuestra compañía determina nuestro carácter

Pero aun hoy hay algunas nobles mentes que, aun en la persecución de la ciencia, están explorando las verdades espirituales, analizándolas y tratando de ver cómo éstas pueden ser usadas para transformar al hombre. Newton, después de descubrir la fuerza gravitacional de la tierra, declaró: “Aunque he descubierto la fuerza de la gravedad, la fuerza de la gravedad ha erxistido desde siempre antes de mi descubrimiento”. También admitió que mientras “He sido capaz de identificar la fuerza de la gravedad, no la creé yo”. Él estaba convencido de que había un creador para la fuerza de la gravedad.

Einstein también, después de sus estudios científicos del funcionamiento de la naturaleza, volteó su mente a asuntos espirituales. Se dio cuenta de que para los objetos espirituales la compañía de buenos hombres era necesaria y que ésta puede transformar la condición humana. Él declaró, “Díme con quién andas y te diré quién eres”. Esto muestra que somos lo que se determina por el carácter de las personas con las cuales estamos asociados.

Heisenberg, un gran filósofo, después de estudiar varias ciencias, se embarcó en una investigación del nexo entre las ciencias físicas y la espiritualidad. Él descubrió los grandes secretos contenidos en los Yogashastras. Observó, “Domen la mente; sean un genio creador”. Otro científico, Schroedinger, encontró que la ciencia y la espiritualidad estaban integralmente conectadas y que, de hecho, la espiritualidad era la base de la ciencia. También notó que el crecimiento de la ciencia había llevado a una multiplicación de las necesidades, lo cual había traído un debilitamiento de la voluntad e inteligencia del hombre. Él declaró: “Más deseos, más desesperación”.

El ayudar a otros es meritorio

Hubo otro gran pensador, llamado Dirac. Él buscó averiguar la conexión entre la ciencia y la espiritualidad. Trató de descubrir la entidad única que subyace a todas las cosas en la creación y condujo experimentos para este fin. Encontró que la verdad consiste en la afirmación; “Amen siempre; no hieran nunca”. La conclusión de Dirac no es otra cosa que un eco del pronunciamiento lleno de significado de Vyasa, después de completar su obra de los 18 Puranas: “El ayudar a otros es meritorio; el dañar a otros es pecaminoso”.

Tenemos otros pensador moderno, De Broglie. Habiendo comenzado como crítico de la espiritualidad, después de una seria indagación, De Broglie confesó que sus críticas se debían a la ignorancia. Él proclamó de su propia experiencia que la divinidad estaba en el centro de todo en el universo.

Tales buscadores de la verdad no están ausentes en el mundo de la ciencia. Estos grandes científicos, que han examinado, explorado y declarado la verdad, son iguales a los antiguos Siete Sabios. Newton declaró que el universo es una manifestación de Dios y que todo gira por medio del poder de Dios. Fritzof Capra, en el momento actual, ha explorado la conexión entre el átomo y las vibraciones en la naturaleza En los tiempos antiguos, Vyasa declaró que el univertso emanaba de las vibraciones del sonido. ‘Sita’ y todas las cosas en la creación, vivientes y no vivientes, eran resultado de estas vibraciones.

Hijos ideales de la antigua
India

He aquí un episodio del Mahabharata. Una vez, cuando su esposa, Subhadra, estaba esperando, Arjuna, no sabiendo que el niño que ella llevaba en su vientre era el futuro héroe Abhimanyu, empezó a contarle a ella todo acerca de la guerra y del Padmavyuha, un intricado tipo de formación militar. Krishna entró en ese momento y le señaló a Arjuna que el niño que Subhadra llevaba en su vientre estaba siendo influenciado por lo que a ella le estaba diciendo. Es una antigua práctica en Bharat el relatar a las mujeres encintas historias acerca de héroes y santos para que el niño en el útero pueda ser influenciado por las vibraciones producidas por tales sublimes historias y los pensamientos producidos en la madre. Los antiguos rishis conocían esta verdad. No es de maravillarse entonces que los hijos nacidos bajo tales condiciones tuvieran una naturaleza noble y virtudes heroicas. Era una práctica común relatar historias de niños ejemplares como Markandeya, Dhruva y Prahlada. Proveían la inspiración y los ideales para los niños de aquellos días.

¿Qué encontramos hoy? Las mujeres encintas se están dedicando a ver televisión, a ir al cine y ver otros medios deletéreos que representan el crimen y el sexo. El resultado es que los niños nacen desarrollando tendencias indeseables.

Lo que Krishna le dijo a Arjuna podría haber sido descartado como carente de sentido anteriormente. Pero hoy, los científicos en Occidente se están dando cuenta de que lo que se decía en el Mahabharata es verdad. El Instituto de Salud del Niño y de Desarrollo Humano, de la Universidad de Carolina en América, ha estado conduciendo experimentos sobre los factores que influencian el desarrollo de los niños. Un eminente científico de ese Instituto, Anthony Casper, después de varios experimentos, llegó a la conclusión de que lo que Shri Krishna había dicho era cierto, aunque nuestras mentes mal equipadas no pueden plenamente comprender la profunda verdad que subyace a la afirmación de Krishna. Anthony Casper anunció sus hallazgos el 3 de enero de 1984 en una conferencia de científicos. Los experimentos de Casper demuestran que el alimento tomado por la madre encinta, los pensamientos que ella tenía y las palabras que ella escuchaban tenían su impacto sobre el niño que ella llevaba.

La conexión entre la ciencia y la espiritualidad

Es una alentadora señal que existan científicos abiertos que hoy estén dispuestos a explorar las verdades declaradas por nuestros antiguos sabios y a buscar la conexión entre la ciencia y la espiritualidad.

Por otro lado, es una lástima que gente nacida en este gran país con una herencia tan preciosa, estén llevando vidas contrarias a sus ideales y desperdiciando sus oportunidades.

El cosmonauta americano, Mitchell, después de aterrizar en la luna, miró a la tierra desde la luna. Vio a la tierra como un enorme y brillante diamante colocado frente una vasta alfombra de terciopelo azul. Al experimentar este espectáculo, derramó lágrimas. Quedó sobrecogido por el sentimiento: “Nacidos en una tierra tan bella y brillante, ¿por qué están los hombres comportándose como seres ignorantes y malvados? Sólo un diamante puede salir de un diamante y no de un mero trozo de piedra. ¿Por qué surgen hombres malvados de la pura y sagrada Madre Tierra?”, se preguntó. Y encontró la respuesta en la fascinación del hombre por las cosas materiales, dejando a un lado el cultivo de las buenas cualidades.

La conducta correcta es la única cosa que importa

Debe realizarse que no importa la erudición que uno pueda poseer, no importa la posición o el nombre que uno pueda ostentar, sin una conducta correcta, todos éstos carecen de sentido. La conducta recta es lo único que realmente importa. Lo que hacen determina lo que obtienen. Por ende deben concentrarse en la conducta correcta. Abandonen los sentimientos estrechos. Amplien su visión. La verdadera educación puede resumirse en una palabra: AMOR, un amor todoabarcante. Una vida sin amor es peor que la muerte.

El conocimiento mundano es sin duda necesario. Pero no lo es todo. Deben también conocer la verdad básica acerca de la vida y del destino humano. Junto con la adquisición de conocimiento, deben también cultivar las disciplinas del comportamiento correcto tal como el respeto por los mayores, el amor por los padres y el afecto por los amigos. El afecto que muestren debe ser constante, continuo y sin cambio como su respiración.

La educación hoy en día es un proceso de llenar la mente con el contenido de libros, el vacíar el contenido en el salón de exámenes y regresar con la cabeza vacía.

La verdadera educación consiste en la cultivación del corazón. Lo que aprenden debe volverse parte de todo su ser. Sólo entonces tendrán un sentido de plenitud y establecerán completa armonía en pensamiento, palabra y acción. El país necesita hoy en día personas que lleven vidas así de integrales.

El cultivo del amor es la necesidad más grande

La gente en todos los paises habla de paz pero sus acciones son contrarias a lo que profesan. Hablan de paz por un lado y mantienen la bomba atómica por el otro. El mundo entero está sufriendo de contaminación ambiental. El hablar de guerras de galaxias contiene la amenaza de contaminación de hasta el espacio exterior. El deseo por la paz debe ser desarrollado en los corazones de los hombres.

El cultivo del amor es la más grande necesidad de hoy en día. Esta vasta asamblea es una manifestación del amor en acción. Aquí están reunidas centenares de miles de personas. ¿Se les enviaron invitaciones? Han venido por amor a Sai y por Sai. De nada sirve adquirir todas clase de conocimientos y llevar a cabo japas y meditación si no hay amor en el corazón. Sólo el amor podrá salvar al mundo. ¡Estudiantes, maestros y amantes de la educación! Yo deseo que en su intento por perfeccionar el sistema de educación ustedes provean el amor, la rectitud y los valores morales, pues sólo éstos pueden llevar al país hacia adelante y permitirle recobrar su pasada gloria.

Discurso de Clausura de Bhagavan a la Cuarta Convocación

del Instituto Shri Sathya de Educación Superior

en su calidad de Rector el 22-11-1985.