Discursos dados por Sai Baba
{SB 17} (31 discursos 1984)
26. 01/10/84 La divinidad del Avatâr
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 17 cap. 26 )
La divinidad del Avatâr
1 de Octubre de 1984
Exhortando a Arjuna a ver a todo en el Alma Divina (Âtma), Krishna le reveló Su Forma Cósmica Divina (Vishvarûpa), que consiste en todas las formas vistas en el cosmos del cual han venido. Krishna le reveló que todas ellas estaban en Él. Le dijo a Arjuna: “Yo estoy en el árbol que ves. Estoy en el océano. Estoy en la tierra. Veme en todo”. Krishna reveló que todo lo que se ve en el universo fenoménico está dentro de Él.
En este contexto, hay que comprender la diferencia entre la Divinidad (como la Conciencia Universal) y el Avatâr (Lo Divino en forma humana). El Ser Supremo (Parabrahmán) no está sujeto a cambio. El avatâr tiene nombre y forma y, por ende, está sujeto a cambiar por su propia voluntad. El Ser Supremo no tiene nombre ni forma. La diferencia entre los dos puede ilustrarse con el ejemplo del sol y los rayos que vienen del sol. No hay diferencia en substancia entre el sol y los rayos del sol. Son uno. No importa la situación en la cual el Avatâr aparece, no hay limitación en la omnipotencia (Pûrnatvam) del Avatâr. El nombre y la forma no circunscriben la total plenitud de la divinidad que el Avatâr manifiesta. Nombre y forma son los atributos autoescogidos de la infinita, eterna, y siempre pura Conciencia universal.
Lo Divino permea lo más diminuto así como lo más vasto
Las características de lo Divino son asti, bhâti, priyam, o sea, existencia, refulgencia y bienaventuranza. De hecho, son lo Divino mismo. Son la base de todo en el universo. Cuando están asociadas con nombre y forma, adquieren un carácter quíntuplo, por esto todas las cosas en la creación se conocen como objetos con cinco atributos (panchaka). El mundo es descrito como prapancha porque hace evidentes estos cinco atributos en la creación. Para la evolución del cosmos, los cinco elementos (pancha bhûtas) del éter, aire, fuego, agua y tierra, son necesarios. Para nutrir los cinco elementos, las cinco envolturas (pancha koshas) deben ser desarrolladas. Las envolturas deben ser sostenidas por los cinco aires vitales (pancha prânas). Los cinco aires vitales están contenidos en la Encarnación Divina o Avatâr. Éstos son: prâna, aire vital, apâna, el aire que sale por el ano, vyâna, el aire que se mueve por los lados, udâna, el aire que se mueve hacia arriba, y samâna, el aire equilibrado. Estos cinco aires vitales surgen del Uno que es su fuente. Se originan por la voluntad del Ser Supremo o Chaitanya, de la Conciencia Cósmica.
No hay nada en el universo sin este principio divino de chaitanya. Desde la más diminuta partícula en su forma más sutil hasta la más vasta en su amplitud, lo Divino permea el universo.
El agua tomada del océano, no importa lo pequeño del recipiente, tiene la misma calidad que el océano. Asimismo, el Avatâr, no importa Su nombre y forma, tiene la plenitud de lo Divino. En todo respecto, excepto el de nombre y forma, es idéntico con la Divinidad. Cuando Krishna instó a Arjuna, “Ríndete a Mí, adóraMe, ofréceMe todos tus dharmas, y te protegeré y liberaré”, Él hablaba con la plena conciencia de Su Divinidad, Su omnipotencia, omniciencia y omnipresencia. Sólo lo Divino podría haber hablado con esa seguridad.
Debemos reconocer lo Infinito en lo individual
En el Ramayama, aunque Rama, en muchas situaciones, parece actuar como un ser humano ordinario, el sabio Vasishta, que conocía Su Realidad âtmica, observó: “¡Rama! Tú eres la encarnación misma del Dharma. Tú no eres esa entidad corpórea, hecha de carne y sangre. Tú eres la encarnación de todos los mantras sagrados. Tú no eres de la tierra. Tú eres el Espíritu Eterno. La gente común puede considerarte como un mortal ordinario. Pero los yoguis Te experimentan como el Divino sostenedor del dharma”. El Avatâr Rama es la encarnación misma del dharma. La sílaba ‘Râ’ significa la cualidad de hombría (purushatvam), la cualidad superhumana (mahâpurushatvam). ‘Mâ’ también tiene varios significados. Así que ‘Râma’ simboliza la unidad de la creación (prakriti) y el Ser Supremo (paramâtma).
El cosmos no tiene dualidad. La divinidad es la unión de prakriti y Paramâtma. Lo Divino se manifiesta en el hombre como una entidad individual. Debemos reconocer lo Infinito en lo individual. Lo individual multiplicado por la infinidad es Dios. Dios debe ser visto en la infinidad del cosmos, en la Omnipresencia de lo Divino.
Auditorio Purnachandra, Prashanti Nilayam
1-10-1984
¿Cómo puede un estudiante ser considerado un éxito si, al final del curso, él toca a la puerta de cada oficina exhibiendo el diploma que ha obtenido y clama como un mendigo pidiendo un trabajo? La educación le ha conferido este bochornoso papel. ¿Puede ésta pretender que ha cumplido con su deber?
No. La persona educada debe servir a la gente, con sudor y trabajo. La educación debe inspirar a los jóvenes a ofrecer servicio, a sacrificarse y a ayudar. No debe inspirar a los jóvenes a amasar dinero como su meta, y a viajar más y más lejos para ganar más.
Pues, el dinero acumulado trae arrogancia y la arrogancia trae en su séquito muchos vicios.
Shri Sathya Sai