Discursos dados por Sai Baba
{SB 16} (32 discursos 1983)
32. 31/12/83 Devoción y gracia divina
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 16 cap. 32 )
Devoción y gracia divina
31 de Diciembre de 1983
Cada segundo es un momento nuevo en sus vidas. No esperen todo un año para celebrar el año nuevo y hacerse nuevos propósitos. Utilicen cada segundo para purificar su corazón y llenarlo de amor, entonces se darán cuenta de que Dios es suyo y que ustedes están con el amor.
La verdadera devoción es el medio para realizar a la Divinidad. Devoción significa amor a Dios sin abrigar deseo alguno de recompensa. Una devoción así se puede desarrollar sólo por medio de la buena conducta; sin rectitud no puede haberla. La pureza de mente es tan esencial para disfrutar de la bienaventuranza divina como la pureza del cuerpo lo es para su salud.
El Atmajñana (conocimiento del Ser) es más elevado que todo el conocimiento que se pueda adquirir en el mundo. Nada se compara con la bienaventuranza que se obtiene de la realización del Ser. Ésta sólo se obtiene cuando se destruye el sentimiento del ego y cuando hay una devota entrega a la Divinidad; las plegarias deben salir del corazón y no de los labios. Las que provienen de los labios son como una llamada de teléfono a teléfono; una llamada de este tipo no los comunicará con la persona que buscan. Las plegarias que emanan del corazón son como una llamada de persona a persona: van directamente hacia Dios.
Las plegarias se utilizan para alcanzar deseos materiales. Entre los millones de personas que oran, muy pocas buscan a Dios con un corazón puro. La felicidad que se obtiene de los beneficios materiales se pierde junto con ellos. La vida es una sucesión constante de felicidad y aflicción. Para liberarse de estos opuestos se debe cultivar el desapego; éste es vairagya.
Relación entre la naturaleza, el hombre y Dios
En una vida llena de deseos, los placeres que uno busca son inevitablemente seguidos por el dolor y la decepción. Todas las acciones incorrectas conducen al dolor. Ésa es la razón por la que Buda enfatizaba la necesidad de la discriminación. La primera oración, “Buddham Sharanam Gachchami”, es un llamado para cultivar la sabiduría y el discernimiento, el budhi (intelecto), pero el poder de discriminación no será de utilidad a menos que se emplee para llevar a cabo la acción correcta en beneficio de la sociedad. He aquí la segunda oración: “Sangham Sharanam Gachchami” (Me refugio en la sociedad). ¿Cuál es esta acción correcta que debe hacerse? Ella se indica en la tercera oración: “Dharmam Sharanam Gachchami” (Me refugio en el Dharma). Para alcanzar su objetivo, el camino real es el dharma (rectitud). Sólo cuando se combinan sabiduría, servicio social y rectitud hay completa realización en la vida.
Todos deben darse cuenta de la relación integral entre la naturaleza, el hombre y Dios; los tres están inextricablemente interrelacionados. Consideren un ejemplo sencillo: aquí hay una jarra que contiene agua y ha sido puesto sobre la mesa en razón del agua. Si uno no requiere agua, no habrá necesidad de la jarra; si no hay mesa, no se puede poner la jarra sobre ella. Ahora bien, se preguntarán qué es lo importante, ¿la mesa, la jarra o el agua? Lo importante es el agua. Ésta necesita de la jarra para que la contenga. La naturaleza es como la mesa, el individuo es la jarra, la Divinidad existe en la forma de naara (agua). La jarra no tiene utilidad a menos que contenga agua.
Naara es el agua que refresca del calor generado por las agitaciones que surgen del cuerpo, la mente y el aliento vital (los factores Adhibhoutika, Adhyathmika y Adhidhaivata). Este nara (humano) es Narayana, la conciencia universal suprema. Narayana está presente en todos los individuos. Si el hombre no tuviera el poder refrescante de la Divinidad no podría soportar el calor generado por el cuerpo, la mente y el aire vital.
¿Qué tan lejos está la Divinidad?
¿En dónde está la Divinidad? Los Shastras (antiguas escrituras reveladas) dicen que la Divinidad está a seis metros del brahmachari (estudiante célibe). La razón es que la juventud afectada por la fiebre de la adolescencia no puede percibir a la Divinidad, sólo confía en sus habilidades mentales, el poder de sus músculos y en su corazón. No tiene fe en el poder del Dharma o en Dios. De ahí que quien está alejado del Dharma también se encuentra distante de Dios.
Se dice que para un sanyasi (asceta) Dios está a un metro de distancia. El hecho de llevar una túnica amarilla y rasurarse la cabeza no hacen de un hombre un asceta genuino. Éste debe renunciar a todos los apegos del cuerpo y a los deseos materiales. Aunque haya renunciado a muchas cosas, el sanyasi tiene todavía algunas ilusiones en relación con el cuerpo y, por ello, se dice que Dios está a un metro de él.
Sólo para el caso del grihasta (jefe de familia) se dice que Dios reside en su corazón, pero aun morando ahí Dios no le será visible hasta que se deshaga de vicios como la codicia, el odio y la envidia. El apego y el ego lo ciegan con una venda en los ojos.
Para asegurar la gracia de Dios no es necesario buscar el conocimiento, la riqueza, la salud o la posición; la sola pureza de mente es suficiente. Cada célula del cuerpo estará llena de la Divinidad cuando se alabe a Dios con devoción pura y mente resuelta. La Divinidad será omnipresente para el devoto que se autosacrifica.
La devoción se ha reducido a una exhibición pomposa
El Señor siempre está dispuesto a responder a las oraciones de los devotos, pero lo que actualmente pasa por devoción es sólo un océano profundo, una inmersión en el océano de la vida mundana. La gente habla de lo Divino pero sólo le interesa el fuerte vino. Hablan de la compasión pero sólo está interesada en la moda. Su boca habla de cooperación pero sólo llegan a la operación.* La devoción se ha reducido a una exhibición pomposa.
El verdadero conocimiento sólo puede venir cuando uno se ve confrontado con una crisis moral extrema. Ésa era la situación que enfrentaba Arjuna cuando estuvo enmedio de dos ejércitos enemigos. Parikshit afrontó una situación similar cuando supo que sólo le quedaba una semana de vida. Es en tales situaciones de crisis que uno piensa en Dios y busca la ayuda divina.
Prashanti Nilayam, 31-12-83.
* Sai Baba hace aquí un juego de palabras en inglés, oponiendo devotion a deep ocean, Divine a deep wine, compassion a fashion.