Discursos dados por Sai Baba
{SB 15} (42 de 59 discursos 1981 a 82)
22. 02/10/81 Hagan de cada momento un yajna
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 11 cap. 26 ) Hagan de cada momento un yajna 2 de Octubre de 1981 Cuán asombroso es que una persona pueda realizarse efectuando muchos sacrificios védicos, por sí misma o con la ayuda de los eruditos versados en la sabiduría de los rituales; que una persona pueda alabar la santidad de los santuarios y templos para inspirar a otros a viajar a ellos y que ella misma pueda hacerlo; que pueda enseñar los Ocho Vidyas a muchos hombres y hacerlos expertos, y ella misma conocerlos; pero son pocos los que tienen éxito en el control de sus cuerpos, sentidos y mentes inestables y en dirigirse hacia dentro para ganar eterna ecuanimidad. La vida es el don más precioso y el aliento (prana) que la sustenta lo es aún más; sin embargo, a menudo se vuelve necesario entregar este precioso prana para alcanzar algunas metas. La naturaleza humana es tal, que el hombre nunca está contento con un solo logro, siente «que siempre hay lugar en la cima»; esto le despierta el deseo de buscar cada vez más metas más altas. Logra muchas victorias y anhela aún más; nunca se sacia. Está siempre descontento. El hombre siempre busca un propósito, meta o fin, pero el esfuerzo se sublima convirtiéndose en yajna (sacrificio ritual para atraer la gracia de Dios) sólo si el propósito, la meta o el fin es la glorificación de Dios, sin ninguna otra consideración. «Yajno Vai Vishnu», dicen los Vedas. Dios es el yajna, la ofrenda, porque Él es la meta, su gracia es la recompensa, su creación se usa para propiciarlo; el hacedor es Él, el receptor es Él. Cuando el ego de aquél que sacrifica no clama gloria alguna, entonces el yajna se vuelve divino. “Aham hi, Aham hi, sarvayajnanam.» En todos los yajnas, yo soy el hacedor, el donante, el consumidor, el aceptante. Esta es la razón por la que el sacerdote principal en los yajnas, como el yajna Vedapurusha que estamos inaugurando ahora, se denomina Brahma. El sacerdote designado como Brahma tiene que guiar a los demás que participan en el ritual; debe tener a su esposa a su lado, de otra manera, su investidura será falsa; la esposa representa la fe, sin la cual, las alabanzas son vanas, la adoración carece de validez y el sacrificio es estéril. Propiamente, el corazón es el altar ceremonial, el cuerpo es el sitial del fuego, el pelo es la hierba santa, los deseos son el combustible con el que se alimenta el fuego; el deseo es el ghi (mantequilla clarificada) que se vierte en el fuego para hacerlo arder en una llama; la ira es el animal sacrificado; el fuego es tapas, la penitencia que llevamos a cabo. Es común que la gente interprete tapas como prácticas ascéticas, como sostener el equilibrio con una pierna o de cabeza, pero no, tapas no es contorsión física; es la completa y correcta coordinación de pensamiento, palabra y acción; cuando ésta se logre, el esplendor del fuego se manifestará. Hablando del pensamiento, la palabra y la acción, en el contexto del yajna Vedapurusha, debo aclararles que el Rig Veda es vak (el habla), que ha asumido forma. El Sama Veda contiene himnos que se cantan, y es srotra (el oído) que asume una forma. Siempre que el habla está saturada de verdad y compasión, o inspirada en el servicio a los demás, se vuelve Rig Veda. Las buenas acciones se conocen como Yajur Veda. No tienen obligación de erigir un altar igual al de aquí, sólo tienen que ser muy cuidadosos y hablar y oír únicamente palabras puras y no involucrarse en acciones que los comprometan. Cada acto, desde el amanecer hasta el ocaso, es un yajna, ¡recuérdenlo! Existen cinco yajnas prescritos como mandatos para cada ser humano: 1) Rishi yajna: actividades dirigidas hacia el estudio de las Escrituras; 2) Pitri yajna: actividades dedicadas a los padres que nos dieron vida, guiaron y alimentaron. Estos actos, mediante los cuales expresan su gratitud y afecto, adoración y aprecio, son realmente yajnas santos; 3) Deva yajna: actos de reverente homenaje a Dios, quien los dotó de mente, inteligencia, memoria y conciencia, y quien es inherente en cada célula como energía vital. Él es energía fluida, Él está presente en cada miembro. Así, Deva yajna implica hacer uso correcto de estos instrumentos que Dios nos dio; 4) Athiti yajna: adoración de los huéspedes. Toda persona tiene la oportunidad, alguna vez, de dar la bienvenida a un huésped, tratarlo con afecto y brindarle sincera hospitalidad. Pueden ser parientes o extraños, pero todos deben ser honrados como si Dios los hubiera enviado. Así, las acciones para hacerlos sentir como si estuvieran en su propia casa se elevan a la categoría de yajna; 5) Bhuta yajna: acciones generosas hacia los árboles, plantas, animales, pájaros, y mascotas como gatos y perros. Existen algunos yajnas más, prescritos en las Escrituras. El Jñana yajna tiene un significado más complejo. Jñana generalmente se usa para designar al conocimiento adquirido mediante la instrucción de los eruditos, la enseñanza de los libros y las acciones realizadas de acuerdo con ese conocimiento. Sin embargo, el conocimiento obtenido no puede ser jñana. El conocimiento no puede madurar en sabiduría mientras el ego persista en anhelar aquello que pueda satisfacer los deseos. Cuando el ego se desvanece, el conocimiento puede brillar como sabiduría. La sabiduría revela que en el sacrificio Vedapurusha celebrado aquí, y en cualquier otro yajna celebrado en cualquier parte, Dios es el que acciona, fomenta y sacrifica, es el sacrificado, el resultado y el recipiente del producto. Muchas personas efectúan ~as sin encontrarse puras. Sólo los ~as que tienen, como éste, la paz y la prosperidad del mundo como propósito bien definido pueden alcanzar a Dios, porque Él es el consumidor de la ofrenda; Él es el guardián de la misma y su celebrante. Él es todo; sólo si Él es todo, el acto se vuelve un genuino yajna. Si pueden adoptar esta actitud en todas sus actividades, santificarán cada momento de su vida y lo harán un yajna. La gente acude a los gurús para recibir mantras, las poderosas fórmulas místicas recitadas para elevarse espiritualmente; otros buscan curanderos y monjes para obtener yantras (talismanes esotéricos para protegerse de fuerzas malignas); algunos otros aprenden tantras (ritos secretos para adquirir poderes sobrehumanos) de los pandits; mas todo esto es inútil. Deben aceptar al cuerpo como tantra, al propio aliento como mantra y al propio corazón como yantra; no es necesario buscarlos fuera de nosotros. Cuando sus palabras sean dulces, su aliento será Rig Veda; cuando se nieguen a escuchar malas palabras y prefieran sólo el, lenguaje suave y dulce, será Sama Gana. Cuando ejecuten sólo suaves y dulces acciones, será Yajur homa; sólo así estarán llevando a cabo, diariamente, el yajna Vedapurusha, el yajna que propicia el Veda. Auditorio Pumac_handra 2 X 81 |