Discursos dados por Sai Baba
{SB 11} (27 de 54 discursos 1971 a 72)
25. 15/05/71 ¿KOHAM?
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 08 cap. 7 ) KOHAM? 15 de Mayo de 1971 Dharwar EXISTIR COMO UN ser humano es en sí una gran fortuna, y haber nacido en la India, con toda su preciosa herencia de disciplina espiritual, es una bendición por la cual deben en verdad sentirse muy agradecidos. Hay cuatro líneas de indagación que los sabios de la India han enfatizado para construir ese legado del cual deben sentirse orgullosos. Ellas son: deham, naham, koham y soham. El cuerpo donde ustedes moran, dentro del cual están encasillados, se llama deham, y tiene sentido porque deham significa combustible, lo que se puede quemar. ¿Cómo es posible tener apego hacia algo transitorio? El cuerpo crece y se deteriora; es un refugio de gusanos y de virus, de suciedad y enfermedad, está sujeto a impulsos y al impacto de pasiones y emociones. Es el asiento de enfermedades e inquietudes, de caprichos, fantasías y temores. Les invita seductoramente a dedicarse por completo a su cuidado y curación; los enreda de tal manera que se olvidan de que ustedes son el amo, así como lo son del auto que conducen o del hogar al que llegan después del trabajo. Cuando sondean profundamente en lo transitorio de deham, queda en ustedes fija esta idea: naham: yo no soy el cuerpo al que por error he considerado como mi ser. Naham significa no yo. El deham es naham, el cuerpo es no yo. Yo soy el dueño, el que lo usa temporalmente, el que ocupa este instrumento o conjunto de instrumentos, eso es todo. Todos preguntan siempre: ¿quién eres?, ¿cómo te llamas?, ¿de dónde vienes?, ¿a quién estás unido?, pero muy rara vez se hacen esas preguntas a ustedes mismos para tratar de revelar estos misterios. Cuando sienten esa necesidad, están en el nivel de koham. Koham significa «¿quién soy yo?» Yo soy un mono muy evolucionado, dicen algunos; otros dicen: yo soy un conglomerado de compuestos químicos; hay quienes dicen: yo soy un dispositivo con una vida limitada, que empieza cuando nazco y termina cuando muero; y otros más aseguran: yo soy una entidad eterna y esto es sólo un viaje aquí en la tierra. «Yo» es una limitación impuesta por la ignorancia. Otros declaran: yo soy una ola en el océano, así que yo soy el océano mismo. Estos últimos anuncian que yo es soham: «Yo soy Él»; Él, que significa el Absoluto universal eterno, Brahman, el ilimitado, la entidad sin principio y sin fin. Cuando se medita sobre este axioma y se vuelve su propia y más profunda experiencia, el hombre alcanza la más elevada bienaventuranza. La bienaventuranza de fundirse con el Atman (el Alma), del cual sentía que, desde mucho tiempo atrás, había sido separado. El hombre es la chispa de lo Divino y debe manifestar lo Divino en cada actividad que desarrolla. La actividad es su sino, no puede existir sin la actividad física de la respiración o sin la actividad mental del pensamiento. Con cada respiración debe inhalar la experiencia de soham: «Yo soy Dios», en cada pensamiento debe expresar y experimentar su divina filiación. Dios es amor; el amor es la cualidad más divina que el hombre puede cultivar y concederse. Nazcan en amor, mueran en amor, vivan en amor, es decir, emerjan de Dios y fúndanse en Dios, sean una ola del océano de amor. No deben morir, deben fundirse y consumarse. Ése es el destino, ésa es la meta. Ustedes no están limitados por ningún nombre. Un bebé no trae asignado ningún nombre cuando nace; la etiqueta del nombre se le coloca después, por conveniencia social. ¡Y ustedes se empiezan a identificar con esa etiqueta! Responden diciendo su nombre cuando les preguntan «¿quién eres?» El nombre separa, distingue, enuncia las características que dividen el lenguaje, la religión, la casta, la raza, etcétera. Vayan más allá del nombre, al individuo; más allá del individuo, al Dios que está instalado en el corazón. ¡Entonces se conoce el parentesco y el amor brota! Ocupen los años de su vida y las riquezas que ganan o que poseen, en el servicio a los afligidos. El amor crece a partir de ese servicio, la forma más sincera de adoración a Dios. Cuando el hombre se aleja de sus raíces el odio se extiende. En las eras anteriores, la Krita, Threta y Dwapara, el odio envenenaba a la humanidad, pero nunca fue tan insidioso ni estaba tan infiltrado en el hombre como en la era actual, cuando la maldad ha contaminado las relaciones en la familia, la comunidad, el pueblo, la escuela, la nación y las organizaciones internacionales. No hay actividad humana en la que no esté presente. Si los miembros de una familia están divididos, ¿qué se puede esperar de una nación? ¿Cómo se pueden llevar los asuntos nacionales con un espíritu de tolerancia y cooperación? Es un error pasar los días en la prisión de la dualidad, el vaivén de la tristeza y la alegría, el dolor y el placer, el triunfo y la derrota. Vayan más allá del horizonte del cuerpo, la mente y el intelecto, y sean Uno con la vastedad. Brahman significa lo vasto, la expansión sin límites. Es paz lo que todo ser busca, pero la paz no puede conseguirse en el mundo externo. Alejandro no tuvo paz; Mahoma de Ghazni no tuvo paz. Los millonarios se sienten acosados por el temor y la ansiedad. La acumulación de riqueza o de poder no asegura la paz. Ésta sólo puede brotar de la fuente interna. A una anciana casi ciega se le cayó la aguja mientras remendaba su sari; no pudo encontrarla donde estaba sentada, así que salió a buscar donde hubiera más luz. Unos muchachos que regresaban de la escuela se ofrecieron a ayudarla, y le preguntaron qué había perdido, y ella respondió: «Se me cayó una aguja en el piso de mi cabaña, pero ahí está muy oscuro, soy medio ciega, aquí hay más luz y por eso es que estoy buscando aquí». Los chicos se rieron y le dijeron: «Abuela, ¿cómo podrías encontrar aquí tu aguja? Búscala donde la perdiste». Ustedes han perdido la paz, la visión y la sabiduría en la región del ser; ¿cómo podrán encontrarlas si las buscan en el mundo, con el que sólo pueden tener contacto por medio de los sentidos? Busquen donde las han perdido: en su corazón; ahí las recuperarán, ya que son sólo atributos de lo Divino que reside ahí. Dios es la verdad interna de todo, Él está latente en todo y se vuelve patente en el universo que es su vestimenta. Ustedes podrán hablar con elocuencia acerca de todo esto pero sus acciones no parecen estar moldeadas por esas ideas. La comida que está en el plato debe llegar al estómago; sus calorías deben llegar a cada miembro y órgano del cuerpo; igualmente, el espíritu de lo Divino debe impregnar cada palabra, acción y pensamiento. Puede ser que tengan un cáliz de ambrosía a su lado, tal vez conozcan su composición, olor, color, densidad, etcétera. Sin embargo, si no ponen una gota de ella en su lengua, no estarán cumpliendo el propósito de tenerla. Dios está en cada uno de los seres que los rodean, pero ustedes no se esfuerzan por verlo. Sirvan a los demás con reverencia ése es el mejor método y el más sencillo para conocer a la Divinidad contenida en cada uno. Ya que todos son sus formas, chispas de su fuego, sus hijos, sientan ese parentesco con toda la comunidad; rueguen por el bienestar y la prosperidad de toda la humanidad, más allá de los límites políticos que puedan separar a los hombres. Hasta hace poco, Paquistán no existía. Es un producto de las estrategias de la política, de las flaquezas humanas. Cuando piensen en ese país, no olviden que se trata sólo de disposiciones artificiales; no permitan que su amor se fraccione. Rueguen por que prevalezcan la tolerancia y el entendimiento y por que el amor y la cooperación reinen más y más entre los hombres, cualquiera que sea la denominación que reciban: rusos, chinos, paquistaníes, indios, americanos. Cada país no es sino una habitación de la casa de Dios. Las mentes siguen caminos estrechos, pero ustedes Los aspirantes espirituales, aquellos que aspiran a la realización del Ser, son como una mansión. Deben ir poniendo ladrillos y levantar las paredes cada vez más alto. Eso es tener miras elevadas. Otros son como excavadores de pozos; cada vez se hunden más, aspiran a lo bajo. Sean como una espiral, abriéndose paso hacia el cielo. Den felicidad a los demás, guíenlos por el buen camino, sean un ejemplo de sinceridad y firmeza. Participen en las sesiones de cantos devocionales y al cantar háganlo en voz alta y con entusiasmo. Algunosmepregun tan: “¿Por qué debemos cantar alto? ¿No es suficiente si lo sentimos en el silencio de nuestra mente?» Esto no es más que filosofía hueca. Están listos para aconsejar a otros que participen en las actividades de los centros espirituales y de servicio, pero no están dispuestos a hacerlo ellos mismos. Había dos amigos notables por su haraganería. Una vez, uno de ellos tenía que tomar el tren a las 3 a.m. y le pidió a su amigo que lo despertara a las 2:30 porque no confiaba en sí mismo, ¡pero el amigo era más perezoso todavía! Éste esperaba que su amigo lo despertara a las 2:15 para luego él, a su vez, despertarlo a las 2:30. ¿Cómo pueden personas así llevar algo a feliz término? Desarrollen la imperturbable serenidad de la mente. Den la bienvenida a la desdicha y la tristeza porque ellas fortalecen la fibra moral y revelan desconocidas fuentes de valor y fortaleza. Ellas parecen afectar su progreso, pero su verdadero ser permanece inafectado. Su ser real es el Yo que se despierta, sueña y duerme. Mientras están en las profundidades del sueño, ustedes no saben si son un hombre, un pájaro, una bestia o un árbol. Aquí, en Dharwar y Hubli, tenemos un importante número de devotos de Shiva, el aspecto divino que es el ejemplo supremo de la serenidad. Shiva es el supremo ejemplo de serenidad. Shiva, según los Puranas, tiene una curiosa colección de parientes de todas clases. No obstante, cada uno es tan sereno y está tan libre de agitaciones, que la familia divina vive en paz y concordia. ¡Shiva lleva serpientes en los brazos, alrededor del cuello, en la cabeza y en torno a la cintura! Uno de sus hijos, Kumara, cabalga en un pavo real que ataca a las serpientes; otro cabalga sobre un ratón, animal del cual se alimentan las serpientes. Un hijo tiene la cabeza de elefante, que despierta el apetito del león, que es el vehículo de Durga, la esposa de Shiva, quien es tan inseparable de él, que de hecho es la propia mitad del dios. El león es además enemigo por naturaleza del toro, a quien tiene como su vehículo el propio Señor. Éste tiene al fuego en el entrecejo, y el agua (el río Ganges) en su frente; elementos incompatibles estos dos. Imaginemos qué amorosos y solidarios deben ser los muchos y divergentes miembros de esta familia para que la vida en Kailasa, el cielo, sea tranquila y feliz. Todo depende de la mente y de su correcta disciplina. El arma del amor desarma a cualquier oponente. El amor engendra amor. Su reacción y su reflejo serán también amor. Griten «¡amor!» y desde el corazón de las otras personas un eco responderá «¡amor!» Caminen siempre por el sendero de la rectitud, el dharma. Eso es lo que todos aprecian. Dharma significa moralidad, controla las pasiones y emociones y las encauza por canales benéficos. Si no tienen codicia u odio, tendrán un sueño tranquilo, sin necesidad de somníferos. Ahora la vida se ha vuelto artificial; no hay arte en ella. Despierten todos los días para cantar la gloria de Dios, porque si Dios no existe, ¿qué existe? Vivan cada día con este regocijo, con esta inspiración como su compañía. Algunos Centros Sal han informado que han empezado a realizar nagarasankirtan un día a la semana o dos días al mes. Éste no es un sadhana sincero. ¿Cuántas de las propiedades hereditarias que tenían para vender perderán si realizan este canto por las calles todas las mañanas? Háganlo todos los días; sumérjanse en esta disciplina y empápense de la sagrada felicidad que da. No teman que la gente los llame locos. Si ustedes saben y sus corazones les dicen que ésa es una experiencia dichosa, búsquenla a pesar de la calumnia y !a crítica. Es mucho mejor estar loco por Dios que por el dinero o la esposa y los hijos. Si sólo algunas personas más sufrieran de esta locura, ¡el mundo sería un lugar mucho más feliz! «Sólo por la renunciación puede alcanzarse la inmortalidad». Renuncien a los placeres insignificantes y emprendan el camino hacia la felicidad suprema que es Dios. Ustedes dicen «disfrutar», pero acabar con el disfrutar es empezar a disfrutar’. Estos triviales disfrutes deben terminar, la búsqueda de baratijas debe concluir, entonces la mente fijará su atención en frutos más valiosos. Veo aquí un vasto océano de piedad y aspiración espiritual. Habiendo tal cantidad de buscadores en Dharwar, ¿por qué la ciudad está afligida por la ansiedad y el temor? Lleven a cada puerta el Nombre del Señor y hagan que las oscuras nubes se iluminen con amor y veneración. Que cada calle del pueblo, que cada pueblo del estado resuene con la adoración del Todopoderoso y cada madrugada con el canto del nombre de Rama, Ishvara, Shankara o Krishna; cualquier nombre es efectivo, a condición de que se llene con la divina esencia del amor. Vivan en paz y servicio. Los bendigo para que triunfen en esta noble empresa. Dharwar 15 V 71 |