Discursos dados por Sai Baba
{SB 09} (30 de 35 discursos 1969)
06. 10/05/69 El rosario y los cantos devocionales
( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 07 cap. 9 )
El rosario y los cantos devocionales
10 de Mayo de 1969
Dharmakshetra, Bombay
SE ME DIJO QUE ustedes son aspirantes espirituales y se me pide que les diga algo acerca de la práctica espiritual a la cual se están dedicando. Bien, ¿cuál es la práctica espiritual fundamental? Es upavasam o upasana. Upa significa cerca, y asana o vasam significa sentarse o residir. Nos sentamos cerca de un ventilador para poder sentirnos frescos; nos sentamos cerca de Dios para poder adquirir algunas cualidades divinas y librarnos de las características malignas. Dios no es un artefacto o aparato externo como el ventilador, sino que es el Morador Interno, el Director Interno, la Realidad Interna, la base invisible sobre la cual todo el mundo visible es construido. Él es como el principio del fuego, latente en la madera, que puede manifestarse cuando un trozo se frota vigorosamente contra otro. El calor así producido consume la madera. La buena compañía (safsanga) los hace encontrarse con otras almas (individuos) de naturaleza parecida, y crea el contacto que hace que se manifieste el Fuego interno.
Satsanga significa «encontrar el Sat», el Sat del cual se habla cuando se exalta a Dios como Ser, Conciencia, Bienaventuranza (Sat Chif Ananda). Sat es el principio de la existencia, el ES que constituye la verdad básica del universo. Únanse con la Verdad, el Sat en ustedes, la Verdad Safhya sobre la cual lo falso es impuesto por mentes que no ven la luz. Al morar en ese Sat (satsanga) la llama se enciende, la luz aparece, la oscuridad huye y el sol de la realización se levanta (jñana bhaskara).
Cuando hay roca dura, deben taladrar más profundo para obtener el agua pura que está debajo. Cuanto más blando sea el suelo, más rápido será el éxito. Hagan blando su corazón; entonces el éxito será rápido en la práctica espiritual. Hablen suavemente, hablen dulcemente, hablen sólo de Dios, ése es el proceso para ablandar el subsuelo. Desarrollen compasión, bondad; dedíquense al servicio, comprendan la agonía de la pobreza y de la enfermedad, de la aflicción y la desesperanza; compartan las lágrimas y las alegrías con otros. Ésa es la manera de ablandar el corazón y ayudar a que la práctica espiritual tenga éxito. Mantenerse en buena compañía (satsanga) es como beber agua pura y cristalina; dusanga, la compañia de los viciosos, los demoníacos, los impuros, los pueriles, es como beber agua del mar; ninguna cantidad de azúcar que se le añada podrá hacerla potable, sólo aumenta la sed. Krishna es llamado Yogeshvara en el Gita. ¿Qué significa esto? El yoga es definido por Patanjali como el control de las agitaciones de la mente o conciencia interna. Si la mente es tranquilizada y liberada de las olas producidas por el viento del deseo, entonces uno se vuelve un yogui, y el Señor es el yogui más alto, pues él es el océano que no es afectado por las olas que agitan la superficie. Se dice que Krishna bailó sobre la cabeza de la serpiente Kalinga y la obligó a vomitar su veneno. Ésta es sólo otra manera de decir que él obligó a los deseos sensuales a despojarse de sus efectos perniciosos. El yoga de este tipo es el mejor medio de alcanzar al Yogeshvara o Señor del Yoga; no el control del aliento sino el control de los sentidos es la prescripción.
Trasciendan la conciencia de los muchos (aneka tua bhava) y cultiven la conciencia del Uno (eka tua bhava); esto terminará con las luchas, la aflicción, el dolor y el orgullo. Vean a todos sólo como expresiones del mismo Dios, como proyecciones en la misma pantalla, como lámparas encendidas por la misma corriente, aunque de múltiples colores y voltajes.
Sientan que ustedes y ellos son capaces de hablar y caminar, pensar y actuar debido al Dios que tienen dentro. Las diferencias que les llaman la atención cuando las ven son ilusorias; ustedes no han desarrollado todavía la visión que los haga aprehender la unidad que es la verdad de toda la aparente variedad; eso es todo. La falla está en ustedes, no en el mundo. El mundo es uno, pero cada cual lo toma como lo que más le place. El mundo es uno pero cada ser lo ve desde su propio ángulo y así, pareciera que tiene múltiples caras.
El japamala (rosario) les enseña la unidad, aunque tiene 108 cuentas. Si es de cuentas de cristal, pueden ver el hilo que pasa por cada una de ellas, la realidad interna sobre la cual todo está enhebrado. Si las cuentas no son transparentes, siguen sabiendo que la cuenta pasa a través de éstas y las mantiene juntas y es la base sobre la cual el rosario existe. ¿Por qué 108 cuentas? Ciento ocho es el producto de 12 por 9. Doce es el número de Adityas, las luminarias que revelan el mundo objetivo y de ese modo son los símbolos del aspecto sakara (del mundo de nombres y formas, de la multiplicidad, de la aparente variedad, de las fugaces imágenes); nueve es la pantalla sobre la cual aparecen las imágenes, la base, la cuerda que los engaña haciéndolos creer que es una serpiente en la penumbra; Brahman, el Absoluto Eterno sin nombre y sin forma. El 9 es el número de Brahman, pues es siempre 9, no importa cuántas veces lo multipliquen. Es inmutable, pues 9 multiplicado por cualquier número suma siempre 9. Así, cuando van pasando las cuentas, impriman en su ser el hecho de que hay verdad y ficción en el mundo, que la apariencia atrae, distrae y se deleita en engañarlos, en desviarlos por caminos tortuosos, pero la verdad los libera.
Ahora, hablemos de pasar las cuentas. Antes que nada deben conocer el simbolismo de los dedos. El dedo pulgar representa a Brahman, el Eterno Absoluto, el Principio inmanente. El dedo índice, que señala a esto y aquello, ustedes y el otro, es el individuo, que se siente separado y distinto. Cuando estos dos se unen en la punta, sostenidos en esta posición, es el gesto de la sabiduría o Jñana Mudra, pues la sabiduría consiste en que el individuo se vuelva uno con Dios, la fusión de aquello que sentía haber emergido. Los otros tres dedos representan a la naturaleza, el mundo objetivo, que es negado cuando se efectúa la fusión. Son las tres características de la naturaleza o gunas, el sátvico (pureza), el rajásico (pasión) y el tamásico (inercia), que con su interacción crean el mundo fenoménico.
Sostengan el rosario encima del dedo del corazón, manteniendo los tres dedos de los gunas juntos. Esto significa que están ahora trascendiendo el mundo de los atributos y de las cualidades, del nombre y de la forma, de la multiplicidad que es la consecuencia de toda esta transformación, y avanzando hacia el conocimiento de la Unidad. Ahora el dedo del individuo pasa lentamente cada cuenta hacia el dedo pulgar (Dios), tocando la punta de éste cuando la cuenta pasa por él, para que la fusión sea enfatizada con cada cuenta y cada aliento, pues mientras los dedos aprenden y enseñan la lección, la lengua también repite el mantra o el nombre, junto con el Pranava Om. El rosario es muy útil para los principiantes en la práctica, pero a medida que progresen esa repetición debe volverse el aliento mismo de su vida, y así la rotación de las cuentas se vuelve un ejercicio superfluo y pesado en el cual ya no tendrán interés. Siempre, en todo momento, en todo lugar, se está meditando sobre el Señor (Hari). Ése es el nivel al cual debe llevarlos el rosario o japamala. No deben estar amarrados a él para siempre; es sólo un medio para ayudar a la concentración y a la contemplación sistemática. El salvavidas debe ser abandonado una vez que han aprendido a nadar, dejan las muletas cuando ya pueden caminar.
Al comienzo, sean regulares en las horas que dedican a la repetición del Nombre. Los domingos, cuando no tienen que preocuparse por ir a la oficina o la tienda, hagan más japa hasta las 9 de la mañana. Adóptenlo natural, espontáneamente, con amor y entusiasmo. Debe volverse su propia naturaleza, su deseo innato emanando como activid
ad. Claro está que la gracia del gurú ayuda mucho. Vivekananda estaba cayendo en el ateísmo y el agnosticismo cuantos más libros iba leyendo, pero un toque de la mano de Ramakrishna Paramahamsa lo transformó completamente. También ustedes pueden ganarse esta gracia por sus esfuerzos y su intensa oración.
Un punto más. Antes de empezar su sesión de meditación canten Soham ; inhalando «so» y espirando «ham», inhalando por una nariz y espirando por la otra. Soham significa «Él es yo», los identifica con el infinito y expande su conciencia. Armonicen el aliento y el pensamiento. Respiren suave y naturalmente; no lo hagan de manera artificial y laboriosa. Debe fluir hacia adentro y afuera, suave y silente; si tienen algo de harina en su palma y la sostienen delante de su nariz, no debe moverse en absoluto; ¡así de suave debe ser el aliento! Cuanto más rápida sea la respiración, más rápido se van consumiendo y más corta es la duración de su vida; la respiración lenta aquieta y calma las emociones. La sensación de relajación producida por esta recitación del Soham es una buena preparación para una provechosa sesión de meditación.
Hay otras cosas que se necesitan para esta relajación: no tengan ninguna espina de odio en su mente, desarrollen amor hacia todos. El deseo es agitación, la codicia es un remolino, el orgullo un precipicio, el apego es una avalancha, el egoísmo es un volcán. Mantengan estas cosas lejos de ustedes para que cuando hagan su rosario y meditación, no perturben su ecuanimidad. Dejen que el amor quede entronizado en su corazón. Entonces, habrá sol y una fresca brisa y burbujeantes aguas de contento que alimenten las raíces de su fe.
Dharmakshetra, Bombay
10 V 69