Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam del día 22 de enero de 2024

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Los sátvicos (los puros y buenos) aman a todos como encarnaciones de Dios, y se dedican con humildad al servicio. Pundalika era uno de ellos. Se encontraba masajeando los pies de su anciana madre, ¡cuando Dios apareció ante él! No interrumpió el servicio, porque estaba sirviendo al mismo Dios, en su madre. Tukaram dijo a Pundalika que era Dios quien se había manifestado ante él, pero Pundalika no cambió su actitud. Pidió a Dios que esperara un momento, hasta que él hubiera terminado el servicio al Dios a quien había comenzado a servir. La incitación interior en el hombre, de amar a su madre, es una expresión de la naturaleza divina en él. Si en el hombre no hubiera una chispa de la Divinidad, no podría amar. Una persona que ama es un creyente en Dios, sin importar si concurre o no a un templo o una iglesia. Pundalika no fue culpable de sacrilegio, porque estaba realmente adorando a Dios en su forma más accesible: su propia madre. Ustedes tienen que avanzar desde lo conocido hacia lo desconocido. Sathya Sai (Discurso, 24 de mayo de 1967)