Deben asegurarse que vivir sea un proceso con propósito. Sin esa fe, la vida se vuelve desenfrenada y es desperdiciada. Con ella, pueden alcanzar la Divinidad. La fe inducirá una vida regulada y disciplinada. En una ocasión, un granjero fue acusado ante un tribunal de Grecia de adulterar la leche que vendía. El juez descubrió que la leche no era pura y estaba a punto de dictar sentencia cuando la ferviente declaración de inocencia del granjero lo indujo a indagar más a fondo en sus hábitos. Descubrió que el granjero ordeñaba sus vacas algunos días a las 4 de la mañana, otros a las 6 y otros días, cuando no podía dormir mucho, incluso a las 3 am. La calidad de la leche se veía afectada por esta irregularidad y variación en el ordeño. Se amonestó al granjero y se le aconsejó que cumpliera un horario regular. El deber se cumple mejor por medio de la disciplina. – Sathya Sai. (Discurso, 23 de marzo de 1984).