La actividad es la nota clave del Universo. Por medio de la actividad todos los seres nacen, por la actividad se mantienen, y a través de la misma perecen. La respiración constante, la inhalación y la exhalación, mantienen la temperatura del cuerpo cómoda y constante. El Uno que está más allá de toda actividad asumió la forma de los cinco elementos primordiales: el cielo, la tierra, el aire, el fuego y el agua, para actuar y activar. Estar activo, aun siendo consciente de que todo es solo una actuación, es el secreto de la felicidad. Ese es el Dharma que debe regular y santificar el karma. Los avances de la tecnología que llevan al hombre a la Luna también son eventos en el Drama Cósmico, donde los principales actores están llevando a cabo Su plan. El identificarse con la aventura, con su éxito o su fracaso, hace que los protagonistas estén orgullosos o deprimidos, estados que no ayudan a la paz interior y la felicidad. El secreto del buen karma es realizarlo como un acto de adoración, un ritual dedicatorio a la fuente de toda energía e inteligencia, y nunca tomarse demasiado a pecho las consecuencias. Por estos medios, uno puede acercarse al Principio Divino, que está más allá de toda actividad. i Sathya Sai. (Discurso del 11 de mayo de 1971)