El impulso mental que anima los órganos de los sentidos es más fuerte que los órganos mismos. Los ojos son meros instrumentos para ver, pero la vista es un poder superior a ellos. De la misma manera, la capacidad de oír es superior al mero oído. La mente es superior a los órganos de los sentidos, y superior a la mente es el intelecto (Buddhi), la capacidad de discernimiento. Por encima del intelecto está el Principio Vital (el Jivatma) que anima lo demás. Por encima del Jivatma o alma individual está el Alma Suprema (el Paramatma). Entre el individuo y la Divinidad hay un velo atractivo y engañoso: es maya (el poder ilusorio). Cuando este velo cae, el Uno Mismo individualizado y el Uno Mismo Universal se hacen Uno. Cuando la mente se aparta de los sentidos y se vuelve al Buddhi en busca de iluminación, la Divina Dicha comienza a fluir, y la gloria del Alma Divina es revelada. El Buddhi promueve la búsqueda interior. Mientras que los órganos de los sentidos se abren todos hacia los objetos exteriores, el verdadero Sadhana consiste en volver la visión hacia dentro y nadar contra la corriente. Pocas veces la gente percibe cuán cerca está la meta de tomar consciencia de uno mismo, una vez que los órganos de los sentidos se vuelven hacia dentro. Sathya Sai (Discurso, 24 de julio de 1983)