Las personas que no son conscientes de la omnipresencia de Dios, desarrollan antagonismos entre ellas basados en la religión, la casta y la raza. Todas las religiones han aceptado la atemporalidad y omnipresencia de Dios. Por lo tanto, es extraño que incluso aquellos que aceptan esta verdad muestren tal estrechez de mente, ya que el odio entre personas que profesan religiones diferentes conduce, en última instancia, a la destrucción de la fe en la propia religión. Aquellos que se empeñan en destruir la religión son insensatos. Lo que hay que destruir es la intolerancia religiosa, no la religión misma. Despreciar la religión de otras personas por amor a la propia religión es como demostrar el amor a la propia madre denigrando a las madres de los demás. Deben ser conscientes de que los demás tienen la misma consideración y devoción por sus creencias que las que uno tiene por las suyas. Los jóvenes de hoy en día, al mismo tiempo que cultivan apego a su propia religión, deben respetar las creencias y prácticas de todos los demás. -Sathya Sai. Discurso 24 de Julio de 1983.