La devoción y la sabiduría son como la yunta de bueyes de un carro. Ambos tienen que tirar al mismo tiempo. Cada uno debe llevar el paso con el otro, y ayudarlo a arrastrar más rápido el peso. La sabiduría tiene que ayudar al incremento de la devoción; la devoción tiene que contribuir al crecimiento de la sabiduría. Fue gracias a esta ayuda mutua, a esta colaboración, que las jóvenes pastoras de Brindavan pudieron alcanzar la liberación. Su devoción al Señor Krishna también las dotó con la más elevada sabiduría. Ahora bien, la esencia de la devoción, y también de la sabiduría, es la paz, el tipo más elevado de paz, la paz suprema. La paz suprema (prasanthi) nos conduce a la gloria de la refulgencia espiritual (prakanti), y desde allí a la súper refulgencia de la máxima revelación (param jyothi). La sabiduría es concomitante a la devoción, es su parte componente. El amor fijado en Dios es sumamente benéfico. Produce el mayor bien. No sujeta a las personas a la Tierra. Las lleva de la mano por el camino de la liberación. Sathya Sai (Prema Vahini, Capítulo 27)