El sol, al emprender su viaje hacia el norte, saludó al Himalaya como la bella morada del Señor Shiva. El corazón debe considerarse la morada del Señor, y la visión debe buscar la experiencia de la Divinidad. El corazón humano simboliza el Himalaya, como morada de la pureza y la paz. El viaje del sol hacia el norte es un indicador del camino que debe emprender el hombre para tomar consciencia de Dios. El sol es el ejemplo supremo de servicio desinteresado e incansable. El mundo no puede sobrevivir sin el sol. La vida en la Tierra es posible solo gracias al sol. El sol enseña al hombre la lección de la humilde devoción al deber, sin ningún envanecimiento. El sol es para todos el ejemplo supremo de una tarea realizada con devoción y dedicación. Cumplir con el propio deber es el más elevado yoga, como Krishna lo señala en el Gita. Que las acciones y pensamientos de ustedes sean buenos; entonces experimentarán la dicha divina. Sathya Sai (Divino Discurso, 15 de enero de 1992)