Es difícil deshacerse del orgullo y el amor propio o ego (ahamkara), ya que todos han estado dando forma a su vida desde tiempos inmemoriales. Durante siglos, todos dejaron que su mente fluya en la dirección que le plazca; en consecuencia, es muy difícil desviarla del camino acostumbrado y torcer sus pasos en otra dirección. Las personas llenas de «yo» (aham), se deleitan ejerciendo su autoridad sobre los demás. No estarán de acuerdo con los demás en cuanto a que esto los «esclaviza», ya que no aceptan las argumentaciones ajenas. Ven todo a través de lentes teñidas por el humo del egoísmo y el amor propio. «Mis palabras son la verdad», «mi opinión es la correcta», «mis acciones son justas». Así opinan, y así se pasan la vida. Este comportamiento es muy perjudicial para los aspirantes espirituales. Deben estar ansiosos de recibir críticas, sugerencias o consejos útiles, vengan de donde vengan. Sathya Sai. (Dhyana Vahini. C.14)