Los aspirantes nunca deben abrigar odio contra aquellos que señalan sus defectos, porque eso es tan malo como odiar lo “bueno”. Lo bueno tiene que ser amado y lo malo desechado. Recuerden: lo malo no debe ser odiado. Tiene que ser abandonado, evitado. Solo las personas que pueden hacer esto logran progresar en la meditación y la sabiduría espiritual. El engreimiento, los celos, la apasionada (rajásica) exhibición de la propia superioridad, la ira, el ansia de informarse acerca de las debilidades y fracasos ajenos, el engaño, todos ellos son obstáculos en el camino de la meditación. Aunque no se exhiban de modo manifiesto, los impulsos interiores que nos incitan a tomar estas direcciones equivocadas están latentes en la mente. Una habitación que ha estado cerrada durante largo tiempo queda cubierta de polvo y maloliente. Es necesario abrirla, limpiarla y hacerla habitable barriendo y quitando prolijamente el polvo. De la misma manera, también la mente debe ser limpiada mediante la meditación. Sathya Sai (Dhyana Vahini, Capítulo 14)