Cultiven cuatro tipos de fortalezas: la del cuerpo, la del intelecto, la de la sabiduría y la de la conducta. Entonces se vuelven inquebrantables, y están en la senda de la victoria espiritual. Una vez, alguien vino a Mí y expresó que no había ningún Dios, y que no estaba dispuesto a creer en uno. Yo le respondí: «¿Al menos tienes fe en ti mismo? ¿Quién es tu verdadera naturaleza? Tu verdadera naturaleza es Dios. Tienes fe en tu juicio, en tu inteligencia y en tu capacidad, porque el Dios dentro de ti te dice que no temas ni dudes. Esa seguridad desde dentro, desde tu verdad básica, también es conocida como Dios. No es importante si no la llamas Dios. Es suficiente con que creas en ti mismo. Esta es la verdadera prueba del teísmo.» Les digo lo mismo a ustedes. El cuerpo es el templo de Dios. Dios está instalado en todos, ya sea que el dueño del cuerpo lo reconozca o no. Es Dios quien inspira las buenas acciones y los previene contra el mal. Escuchen esa voz. Obedezcan esa voz, y no sufrirán ningún daño. Sathya Sai. (Discurso del 27 de febrero de 1961).
