¡He venido a encender la lámpara del amor en sus corazones y a asegurarme de que brille cada día con mayor fulgor! No he venido a hablar en nombre de ningún dharma en particular, como el Dharma Hindú. No he venido en una misión de publicidad para ninguna secta, credo o causa; ¡ni he venido para reunir seguidores para ninguna doctrina! No tengo ningún plan para atraer discípulos o devotos a Mi redil o a cualquier redil. ¡He venido a hablarles de esta fe unitaria universal, de este principio átmico, de este camino de amor, de este dharma de amor, de este deber de amor y de esta obligación de amar! Todas las religiones enseñan una disciplina básica: eliminar de la mente la mancha del egoísmo y del correr tras pequeñas alegrías. Todas las religiones enseñan al hombre a llenar su ser con la Gloria de Dios, y a eliminar la mezquindad del engreimiento. Lo adiestra en métodos de desapego y discernimiento para que pueda apuntar alto y alcanzar la liberación. Crean que todos los corazones están motivados por el Uno y Único Dios. -Sathya Sai. Discurso del 4 de julio de 1968.